sábado, 28 de septiembre de 2019

El Coprincipado, garante de la independencia de Andorra / Xavier Espot *

Hace justo dos semanas que el copríncipe Emmanuel Macron hizo su primera visita oficial a Andorra, en una jornada intensa para las ciudadanas y los ciudadanos de nuestro país, que conocieron personalmente a un jefe de Estado próximo, que no dudó a romper el protocolo para ganar la distancia que a menudo separa los responsables políticos de la gente. 

El copríncipe Macron no solo tuvo gestos de atención y afecto con todo el mundo que se dirigió a él, ya fuera para saludarlo, hacerse una foto, firmar un autógrafo o contarle sus experiencias o sus situaciones personales, sino que también reafirmó su compromiso y su rol como copríncipe, el de ser el garante de la independencia del Principado.

El pasado viernes, 13 de septiembre, pudimos captar, gratamente, su forma de actuar y la proximidad que mostró. Una actitud que le permitió impregnarse de la realidad de Andorra y de su gente. El copríncipe dedicó una gran parte de su tiempo a recorrer, una por una, las siete parroquias, y en todas ellas se reunió mucha gente para poner de manifiesto la confianza de nuestra ciudadanía hacia la institución del Coprincipado. Una institución en la que el rol de jefe de Estado recae de forma indivisa y compartida en el presidente de la República Francesa y el obispo de Urgell.  

Esta fórmula genuina ha permitido la pervivencia y la prosperidad de Andorra a lo largo de los siglos gracias a un equilibrio de poderes entre las dos personalidades que asumen este rol. Desde los Pariatges de 1278 y 1288 hasta nuestros días, los copríncipes han sido el símbolo más importante de la neutralidad y la soberanía de nuestro país. Una institución que nos define y que continúa viva y vigente, porque responde a una realidad palpable: la independencia de Andorra y la voluntad de los andorranos de preservar el equilibrio a ambos lados de los Pirineos. 

Es obvio que la figura de los copríncipes ha sido útil para Andorra en el pasado, en tiempo de guerras y tribulaciones, pero no es menos cierto que hoy en día sigue siendo una institución capital para Andorra, dado que ofrece un apoyo decisivo, más allá de nuestras fronteras, a las acciones exteriores de nuestro país. 

A la vez, conlleva implicaciones positivas en clave interna, como por ejemplo la existencia de dos sistemas educativos, el francés y el español, que, junto con el sistema educativo andorrano, convierten el Principado en un país con una educación de primer nivel de elección libre, gratuita y pública. 

Del mismo modo, estoy convencido de que en el futuro, en un mundo cada vez más globalizado donde cuesta esfuerzo hacer sentir la voz de los pequeños países, los copríncipes seguirán teniendo un papel muy relevante.

Así lo manifestó el copríncipe Emmanuel Macron en su intervención ante centenares de personas a la Plaça del Poble de Andorra la Vella. Un discurso comprometido y muy concreto, pronunciado después de una jornada intensa y cargada de emociones. 

Dirigiéndose a las ciudadanas y los ciudadanos con el máximo respeto por su historia, sus particularidades, su idiosincrasia y su tradición democrática. Sin olvidar nunca que el territorio andorrano está por encima de las ideologías políticas, Emmanuel Macron no rehuyó ninguno de los retos a los que tiene que hacer frente próximamente nuestro país. El copríncipe fue al detalle en cuestiones que nos preocupan, extendiendo la mano, sin poner trabas y ofreciendo su apoyo.

El año 2017, cuando Emmanuel Macron fue elegido presidente de la República Francesa y se convirtió a la vez en copríncipe de Andorra, ya nos sorprendió entregando a las instituciones andorranas una fotografía oficial, posando ante la bandera andorrana y luciendo la medalla de copríncipe. Un hecho inusual que generó unas altas expectativas que el jefe de Estado ha sabido confirmar en esta visita.

Macron se ha mostrado siempre consciente de los retos que Andorra tiene que superar. El copríncipe ha manifestado en varias ocasiones que nuestro país ha escogido la buena dirección para garantizar su prosperidad en el futuro: encontrar un encaje con Europa a través de un acuerdo de asociación que nos permitirá participar plenamente en el mercado común europeo. En este sentido, una vez más, dejó claro su pleno apoyo porque este acuerdo se pueda materializar de la manera más beneficiosa para Andorra, respetando determinadas particularidades y abriendo nuevas oportunidades para nuestros jóvenes, trabajadores y empresarios.

El Gobierno que tengo el honor de encabezar entiende que Andorra necesita acercarse a la Unión Europea, puesto que es nuestro ámbito de relación y de negocio natural, y necesitamos consolidar los intercambios económicos, turísticos y demográficos con los países que forman parte de ella. Ahora bien, la Unión Europea también debe saber encontrar el encaje de nuestro país, teniendo en cuenta nuestra dimensión y nuestras especificidades. 

En este sentido, el copríncipe mostró su convicción que Andorra no tiene que tener miedo de asociarse con la UE, porque el proyecto comunitario no tiene que diluir las identidades propias de cada país, sino que tiene que hacerlas valer para conseguir un mayor equilibrio interno y, al mismo tiempo, hacerse todavía más fuertes ante el resto del mundo. Este apoyo explícito, este mensaje hacia Andorra, pero también hacia Europa, del presidente de uno de los países con más peso político, económico y social de la UE, es de gran importancia para nosotros, en un momento en el que se están negociando las condiciones bajo las cuales podremos acceder al mercado interior europeo.

Como decía, ninguna cuestión relevante quedó al margen durante la visita del presidente francés, y por este motivo también se mencionó la mejora de las comunicaciones viarias entre Francia y Andorra. Es evidente que la potenciación de nuestras relaciones bilaterales de todo tipo con Francia pasa, ineludiblemente, por mejorar esta cuestión. Y así lo manifestó de forma expresa el copríncipe Macron, que subrayó la necesidad de garantizar la fluidez de la circulación de vehículos en la zona fronteriza, condicionada históricamente por el clima y los riesgos naturales.

Nuestro punto de conexión más evidente con los vecinos franceses son las infraestructuras, pero, para estrechar los lazos que nos unen con el pueblo galo y su cultura, también debemos continuar reforzando aspectos como la presencia del sistema educativo francés en Andorra y el incremento de la cifra de alumnos que siguen los estudios de enseñanza superior en Francia. Dar a las diferentes generaciones de niños y jóvenes de Andorra la oportunidad de formarse en francés es capital, puesto que nos abre al mundo y enriquece una identidad cultural compartida con nuestros vecinos del norte. 

No podemos dejar pasar esta magnífica oportunidad que hemos tenido históricamente y que continuamos teniendo. Además, tal como recordó el copríncipe Macron, la mejora de las relaciones entre Andorra y Francia pasa por restablecer los servicios consulares franceses en el principado, lo cual nos debe permitir potenciar la presencia francesa en nuestro país.

En la escena internacional, Francia y Andorra están unidos por la voluntad de tener un papel activo en la puesta en marcha de alternativas para actuar ante la emergencia climática actual. Desde los Pirineos tenemos presente que nuestra capacidad de generar bienestar y riqueza depende, en buena parte, del ecosistema de alta montaña. Francia comparte esta prioridad, y Emmanuel Macron manifestó que hay que repensar el modelo económico vinculándolo con el desarrollo sostenible. Un cambio indispensable en la época que vivimos y algo que nosotros, los andorranos, ya hemos empezado a hacer gracias a un ambicioso plan de transición energética.

Por otro lado, el jefe de Estado no quiso eludir la cuestión del aborto, consciente del debate que genera dentro de nuestra sociedad. Un debate que consideró que no tiene que poner en riesgo la continuidad del Coprincipado parlamentario, y puso énfasis en el hecho de que en Andorra la figura del copríncipe debe actuar como garante de la Constitución, y que, por lo tanto, las cuestiones propias de la política interna son potestad y competencia únicamente de los poderes legislativo y ejecutivo andorranos. 

En este sentido, pude reafirmar el compromiso del Gobierno andorrano, contraído en las urnas, de trabajar para apoyar y acompañar a las mujeres que se encuentren en esta situación. Un compromiso que se ha convertido en una prioridad para el Ejecutivo, que está trabajando en la creación de cara a los próximos meses del Servicio de Atención Integral a las Mujeres. 

Además, durante este mandato nos hemos comprometido a garantizar la plenitud de derechos a las mujeres a través de la aprobación de una ley específica de igualdad efectiva entre mujeres y hombres, sin que ello ponga en riesgo nuestro régimen institucional.

En definitiva, la visita del copríncipe Macron no solo ha reforzado la vigencia del Coprincipado parlamentario andorrano, sino que también se ha traducido en una serie de compromisos centrados a intensificar las relaciones bilaterales entre Francia y Andorra. Esto supone trabajo para los dos países, y desde el Gobierno de Andorra ya hemos empezado a trabajar para que los anuncios hechos y los compromisos contraídos puedan ser una realidad lo antes posible. 

Porque estamos firmemente dispuestos a reforzar los vínculos que unen Francia y Andorra, y porque estamos convencidos que la mejor manera de garantizar la pervivencia y la prosperidad de nuestro país pasa por abrirnos a Europa y al mundo sin dejar de ser lo que somos. Lo dijo el copríncipe Charles de Gaulle cuando visitó Andorra en 1967 y hoy en día es más válido que nunca: los andorranos queremos seguir siendo nosotros mismos, sin renunciar a hacer de esta época la nuestra.


(*) Jefe del Gobierno en el Principado de Andorra


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