VALENCIA.- La atmósfera ha dado un respiro al litoral este español. Tras varios días de fuertes lluvias y tormentas de efectos devastadores, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha rebajado al nivel verde las alertas en la Comunidad Valenciana, Murcia y las provincias de Almería o Málaga,
las más castigadas por la DANA (depresión aislada en niveles altos).
Hay previsión de lluvias, pero no serán tan intensas en la costa
mediterránea, se escribe hoy en El Confidencial.
La llegada del sol y los cielos despejados no harán sino
arrojar luz sobre una compleja realidad, la de los daños provocados por
las inundaciones y las avenidas en viviendas, vehículos, polígonos
industriales, plazas, jardines, carreteras o campos de cultivo. Un
desastre material que costará cientos de millones reponer y al que las
instituciones tienen que dar respuesta en cuanto bajen los niveles de
las aguas y queden completamente al descubierto los destrozos.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez,
aseguró el sábado en su visita a las zonas afectadas de la Vega Baja
(Alicante) o Murcia que todavía es "muy prematuro" tratar de cuantificar
los daños materiales, aunque aseguró que ya se estaban iniciando los
trámites para evaluar los costes de la reparación.
Gobernantes, alcaldes
y partidos de la oposición ya han reclamado la declaración de zona
catastrófica para que el Ejecutivo pueda agilizar el trámite de ayudas y
créditos blandos. Además debe habilitar recursos para licitar de
urgencia las obras necesarias para reponer infraestructuras básicas
como carreteras.
Un dato curioso: la naturaleza es tan caprichosa que
la Confederación Hidrográfica del Júcar hace muy pocos meses que acaba
de ejecutar trabajos de reconstrucción y reparación en zonas de dominio
público hidráulico y márgenes de ríos por valor de 4,7 millones para
paliar daños de los temporales de 2016 y 2017. Llueve sobre mojado.
Muchas de estas obras tendrán que volver a realizarse.
Para que el Consejo de Ministros pueda hacer las
correspondientes declaraciones de zona catastrófica tiene que contar
antes con informes de evaluación de los gobiernos autonómicos. Algunos,
como Castilla-La Mancha y Murcia ya lo han solicitado
públicamente, pero deben hacer todo ese trabajo de campo antes para
evaluar realmente los daños y costes y remitir el correspondiente
estudio.
En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, la Conselleria de Agricultura ya ha hecho una primera estimación provisional de daños solo sobre caminos afectados,
con 400 kilómetros de desperfectos que podrían suponer un coste de casi
un millón de euros. Es solo el principio de una lista mayor.
La Generalitat valenciana tiene previsto poner en marcha en un plazo
máximo de dos semanas su propio decreto de ayudas. La vicepresidenta
autonómica, Mónica Oltra, avanzó que en cuanto finalice
la emergencia comenzarán los trámites. Los alcaldes de los municipios
dispondrán de 45 días para evaluar desperfectos y presentar sus informes
a la Administración autonómica.
Las riadas han sido crueles en una zona especialmente sensible para el sector agrícola. Tanto el interior de Valencia, como la Vega Baja en Alicante como Murcia son territorios con mucha actividad en el campo cuyo impacto está por determinar.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA)
estima que las lluvias que azotaron Ontinyent con el desbordamiento del
río Clariano han afectado a más de 2.000 hectáreas de viñedo en las
comarcas de la Vall d'Albaida, la Costera y el norte de Alicante. El
temporal ha llegado justo en temporada de vendimia y hay que evaluar
destrozos.
En Requena y Utiel también se ha paralizado la recogida de la
viña. La Unió de Llauradors estima que todos los cultivos de
poblaciones alicantinas como Orihuela, Almoradí y municipios de la Vega
Baja se han echado a perder.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que lleva
desde el que comenzaron las lluvias visitando municipios y evaluando
sobre el terreno las zonas afectadas, se mostró dispuesto a prestar
ayuda a los agricultores.
"Cuando uno ve todo el campo de la huerta de
Europa anegado, somos conscientes de que va a tener ayudas importantes",
señaló el viernes durante una visita a Orihuela acompañado del ministro
del Interior Fernando Grande Marlaska.
Anoche, tras una visita a Dolores, Puig aseguró: “Vamos a hacer un gran
esfuerzo para, sobre todo, solventar las situaciones personales de las
personas que lo están pasando peor, que están en una situación de máxima
vulnerabilidad”.
El 'president' añadió que, cuando se dé por concluido
el episodio de lluvias, la Generalitat trabajará con el resto de
administraciones “por la reparación y la restauración no solo de las
zonas afectadas, sino del alma colectiva, que está, en estos, momentos
herida”.
El jefe del Consell reconoció que el temporal va a tener
"consecuencias económicas y sociales muy graves" y reclamó la puesta en
marcha de "un Plan Marshall" para afrontar la reconstrucción.
Agricultores y particulares tendrán que recurrir también al Consorcio de Compensación de Seguros
para tramitar las posibles indemnizaciones necesarias para cubrir los
costes de los desperfectos por las lluvias.
Viviendas, industrias o
vehículos pueden beneficiarse de la ayuda de este organismo adscrito al
Ministerio de Economía siempre que tuviesen en vigor una póliza de seguros con una compañía privada.
Estas no suelen incluir en sus coberturas las derivadas de "riesgos
extraordinarios", que asume normalmente el Consorcio cuando se producen
este tipo de catástrofes.
Para gozar de la ‘cobertura de riesgos extraordinarios’ del Consorcio de Compensación de Seguros;
es necesario que los bienes o las personas afectadas tengan contratado
un seguro que cubra los daños sobre los mismos.
Así, un multirriesgo del
hogar, de la comunidad de propietarios, del comercio o de la industria,
un seguro de vida para caso de fallecimiento (también la invalidez) o
un seguro de accidentes personales, en el caso de las personas, incluyen
esta cobertura del Consorcio. En el caso de los vehículos a motor es
suficiente que tengamos contratado el seguro de responsabilidad civil,
aunque no se aseguren los daños propios.
Récord por inundaciones
La
entidad batió el año pasado el récord de apertura de expedientes
relacionados con coberturas por inundaciones: 39.697. Es la mayor cifra
desde 1971, cuando se inició la estadística, según recoge su memoria,
aunque en términos económicos ha habido años peores.
El año pasado, el Consorcio desembolsó 225 millones por riesgos extraordinarios relacionados con inundaciones.
El ejercicio más caro fue 1983, con algo más de 700 millones de euros.
Fue un año de temporales no solamente en la costa del Mediterráneo.
En
agosto, el País Vasco sufrió fuertes tormentas que dejaron imágenes históricas de Bilbao inundado. Pocos meses antes, además, en octubre de 1982, se había producido en octubre la Pantanda de Tous, en Valencia. La rotura de la presa causó cuarenta muertos daños millonarios.
Según
las últimas cuentas del Consorcio, la reserva de estabilización
disponible para la cobertura de los riesgos asegurados al cierre de 2018
alcanzó, una vez incorporados los excedentes del ejercicio, 8.826 millones de euros en la llamada "actividad general" (expedientes por inundaciones, incendios, vehículos, etc) y 770 millones de euros en la Actividad Agraria.
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