sábado, 22 de mayo de 2010

La nueva Caja de Alicante y Murcia nacerá la próxima semana

ALICANTE.- La próxima semana, previsiblemente, nacerá en potencia la nueva Caja de Alicante y Murcia, tal como el sentido común político aconseja y si se remueven al final todos los obstáculos políticos y personalistas que lo han estado impidiendo durante los últimos quince días. Y que en última instancia han estado esta vez más en Valencia que en Murcia, según fuentes próximas a la negociación.


Es ahora el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien no lo ve tan claro para sus intereses políticos aunque si lo esté para las dos provincias vecinas, tan interactivas en lo económico. Y es que el tan cuestionado Camps ve ahora el fantasma de su antecesor por todas partes y aquí también por la vieja y sólida amistad del presidente ejecutivo de Caja Murcia, Carlos Egea, y el ex ministro Eduardo Zaplana, natural de Cartagena para más inri.

Si esa fusión natural no se anuncia antes del próximo jueves es bastante probable que la Caja de Ahorros del Mediterráneo sea intervenida por el Banco de España el próximo fin de semana y al siguiente lo sea Caja Murcia, según fuentes económicas y financieras de ambas provincias.

Al parecer, Roberto López, el verdadero hombre de Camps en Alicante y actual director general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, no tiene tan clara la conveniencia, aceptada por su presidente, Modesto Crespo, de ceder por cinco años la presidencia ejecutiva de la entidad a Carlos Egea, dinamitero anterior de un acuerdo prácticamente concluido y personaje ya bastante medido en el mundo de las cajas de ahorro.

El acuerdo que Camps rechaza, y así se lo ha comunicado al presidente de la región vecina, Ramón Luis Valcárcel, contemplaba, además, un consejo de administración paritario, la dirección general para el alcoyano Roberto López, la sede operativa en Alicante y la sede social en Murcia, para que la entidad resultante se rija por la ley autonómica de cajas de ahorro vigente en aquella Comunidad Autónoma.

Si el Banco de España manda el próximo lunes un mensaje claro al Palau y a San Esteban es casi seguro que ese mismo día se reanuden los contactos para perfilar un acuerdo final más equilibrado y viable en la práctica, con el que no se debe descartar la desaparición de quien ya forma más parte del problema que de la solución en aras del interés común de alicantinos y murcianos.

Tanto el vicepresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, Ángel Martínez, como de Caja Murcia, Antonio Sánchez Carrillo, forman parte de la guardia de corps del presidente de la Región de Murcia y son abiertamente partidarios de esta fusión conveniente para Alicante y Murcia en evitación de males mayores.

Además, el PP cuenta con amplia mayoría en la Asamblea General de la actual Caja de Ahorros de Murcia. Y las patronales y cámaras de comercio urgen ya a esa fusión por encima de fobias, caprichos e intereses ocultos de tipo personal. ¿Dónde está, pues, el obstáculo que lo impide?

En Alicante, finalmente, no ha gustado cierta actitud prepotente del lorquino Egea respecto a Crespo, un vendedor de automóviles en Elche, y sin experiencia anterior en estas lides financieras, durante el curso de las negociaciones, rayana en la humillación a la delegación alicantina. Alguno de sus integrantes ha llegado luego en privado a calificar a Egea de "soberbio" y "sobrao", hasta colmar la paciencia de la Generalitat Valenciana tras ser informada.

Además, desde Alicante se sabe la relación de cierta dependencia que tiene de Egea el ex vicepresidente 'zaplanista' de la CAM, el murciano Javier Guillamón, calificado de 'nefasto' en la sede central de la Caja del Mediterráneo por bastantes directivos, que condenan sus excesos y abusos en el desempeño del cargo al calificarlos como un 'claro despilfarro'.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que con Carlos Egea como máximo responsable para que el hombre que ha logrado llevar a Cajamurcia a los más altos niveles de eficacia pueda realizar lo mismo con la entidad resultante.

El método es sencillo en teoría pero difícil de aplicar.

Los trabajadores trabajaran medio día, es decir doce horas y estarán siempre disponibles para el capricho de la Dirección. Los sueldo tenderán a ser los más bajos del sector y se sustituirán progresivamente los empleos por contratos basura.

La clientela, comúnmente denominada morralla, será el objeto de nuestra máxima atención; en el momento que ésta descuide se le cobrará una suculenta comisión para paliar el estrechamiento de los márgenes y se les venderán productos muy bonitos que al final resultará que no lo son tanto; esos sí la comisión se les cobrará. Y así, un día tras otro la futura entidad alcanzará el preciado Don de la eficiencia, con los empleados desmotivados y los clientes mermados.

Anónimo dijo...

Yo fui su esclavo durante un breve periodo de mi vida y aún tengo pesadillas pensando en que Cajamar y Cajamurcia se fusionan bajo su mando.

Hace años, los problemas financieros por los que atravesó la Caja Rural de Murcia llevó a las autoridades a buscar una solución dentro del marco de la Región fusionando Cajamurcia y nuestra hoy olvidada C. Rural.

Al principio todo fueron promesas de una integración no traumática. Con cara sonriente se presentó ante nosotros y dio todo tipo de garantías;a cambio sólo nos pidió la máxima diligencia para integrarnos lo antes posible en la nueva entidad.

Cuando consiguió todo el apoyo de los empleados , la fusión se cerró.

Lo que antes eran caras amables y un principio de acercamiento entre los directores de las entidades en las mismas localidades cambió. Los Directores fuimos destituidos y rebajados a la posición de cajeros; si alguno tenía las cuentas con zonas grises algo muy común en los pueblos ) fue llamado al orden y en algún caso despedido por abuso de confianza pese a haber recibido autorización de su anterior jefe.

Algunos de los nuevos compañeros de Cajamurcia nos dijeron que lo mejor que podíamos hacer era marcharnos porqué habían recibido instrucciones verbales de hacernos la vida imposible con toda clase de humillaciones en privado y en público.

Lo que antes era una vida tranquila fue convirtiendose en una pesadilla que término minado la salud de algunos compañeros que se vieron obligados a tirar la toalla y dejar Cajamurcia por la puerta de atrás.

Las promesas hechas a nuestro anterior Director General fueron olvidadas. De integración en el equipo de dirección nada. Pasó un año completo mirando a las palomas de San Esteban desde un despacho improvisado en una planta anónima hasta que dejó la empresa para dedicarse al cuidado de su hijo en la localidad de San Pedro del Pinatar.

Pero la maldad siempre lleva aparejada la estupidez. En su borrachera de Soberbia olvidó que dejaba un hueco en el mundo financiero de la Región, puesto que su tarea de aniquilamiento moral de los empleados de la Caja Rural, rompía el compromiso entre las diferentes Cajas Rurales de no entrara en el territorio de otras. Así , la Caja Rural de Almería se expandió sobre Murcia y comprobó que no era tan difícil si se trabaja bien tener un éxito que yo me atrevería a calificar de espectacular; hasta el punto que los logros en Murcia nos llevaron a otras aventuras territoriales hasta el punto de cambiar el nombre y pasar a llamarnos Cajamar.

En la actualidad superamos a Cajamurcia clientes en su propio territorio mientras que ellos son incapaces de avanzar en los otros territorios que compartimos. Para nadie es un hecho desconocido que a fecha de hoy tenemos más prestigio que ellos como demuestra la cantidad de clientes que están abandonado Cajamurcia y traspasandonos sus cuentas y préstamos.

Ahora vivimos tranquilos y podemos trabajar con la profesionalidad necesaria para poder dormir tranquilos.

A nadie le deseo el trato de que fui objeto durante los seis meses que pasé en Cajamurcia. Menos mal que ahora me espera una jubilación dichosa porque hace años que dejé de tomar pastillas contra la depresión que me causó el trato de que fui objeto.

Si Egea se hace con el control de la CAM como va presumiendo por ahí estar preparados para pasar malos tiempos como seres infrahumanos que sois a su consideración, y confiar en uno de esos fallos que tan a menudo comete y que alguien os salve.

Anónimo dijo...

de que va Camps y los directivos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Mientras que ellos se alojan en hoteles de cuatro estrellas propios de viajantes catalanes de segunda categoría, el Sr Egea utiliza para su alojamiento semanal en Madrid el Hotel Palace como los grandes Banqueros, los miembros de organismos internacionales y las estrellas del Rock. Cómo van a comparase los Alicantinos con el Glamour de los murcianos que abonamos gustosamente la factura y las dietas necesarias para que nuestro máximo exponente financiero pueda descansar en un marco adecuado a su inteligencia y cordura.

Anónimo dijo...

No hay color.

Mientras que el Presidente de la Comunidad Valenciana viste en sucursales de Cortefiel y está en los tribunales la investigación de quién los pagó, el Presidente Ejecutivo de Cajamurcia viste trajes de los mejores tejidos ingleses que consigue en las mejor nombradas sastrerías de Madrid y no está siendo investigado por ningún tribunal. De qué va Camps en esta historia. Por favor, un respeto a la gestión.

Anónimo dijo...

Si como decis es asi, mejor que venga otro si quieren fusión. En Caja Mediterraneo no va a tolerar ningun trabajador lo que aqui se cuenta pasó con la Caja Rural de Murcia: ni vejaciones, ni insultos, ni ostracismos profesionales, ni menosprecios. Esta es otra división, otra clientela, otra sociedad y otra plantilla muy distinta en el plano profesional. En cualquier caso, gracias por avisarnos, compañero de Cajamar. Estaremos alerta todos.