MADRID.- Los empleados de las cajas de ahorro se enfrentan a un otoño caliente, con una
nueva ronda de despidos que en algunos medios digitales cifran en más de
5.000 personas. La fecha clave para el pistoletazo de salida se
producirá tras la primera quincena de septiembre, cuando las auditorías
independientes detallen qué entidades recibirán ayudas del rescate
europeo, según http://www.elboletin.com.
Según los cálculos de los sindicatos, desde que se inició la crisis más de 30.000 trabajadores de los bancos y cajas han perdido su empleo, un 11,1% de las plantillas que existían en 2008. La nueva ronda de ayudas del rescate de 100.000 millones de euros llevará aparejadas nuevas condiciones de reestructuración por parte de Bruselas. En otras palabras, más despidos y cierres de sucursales.
Una entidad que podría tener que recibir ayudas es BMN. La entidad, de la que el ministro de Economía, Luis De Guindos, fue consejero antes de asumir su cartera, quedó fuera de la nueva ronda de fusiones y tiene difícil poder realizar los saneamientos del ladrillo a cargo de sus resultados. El grupo surgido de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Penedès, necesita algo más de 1.000 millones de euros para realizar las provisiones exigidas por los dos reales decretos aprobados por el Gobierno este año.
Por lo pronto, BMN ha iniciado en la segunda quincena de agosto el ‘Segundo Plan de Adecuación Laboral’, que estará ejecutado previsiblemente para principios de octubre. 389 trabajadores han presentado solicitudes para adherirse a esta nueva reestructuración de la plantilla, de los que 353 han pedido bajas voluntarias, 25 suspensiones y 11 excedencias.
Las entidades en procesos de fusión también deberán recortar sus plantillas al regreso del verano si finalmente reciben parte del rescate. Es el caso del proceso de Unicaja y Caja España Duero. Los rumores apuntan a que 1.800 empleados podrían abandonar la entidad. En su momento, la fusión de Caja España y Caja Duero ya vino acompañada de un expediente de regulación de empleo (ERE) de 846 trabajadores.
Más complicado es el caso de la fusión a tres bandas entre Ibercaja, Liberbank y Caja3, ya que, según han publicado algunos medios digitales, si el proceso finalmente requiriese ayudas públicas, Ibercaja podría plantearse romper el acuerdo o, como poco, reformular el reparto de poder.
Se da el hecho de que Liberbank surgió precisamente de una fusión rota, cuando Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, las tres entidades que la conforman, rompieron su acuerdo con la CAM hace aproximadamente un año. Su unión ya provocó un ajuste que afectó a 1.227 empleados, un 17% de su plantilla.
Casos aparte son los de las tres entidades nacionalizadas, Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa, que aglutinarán la mayor parte de las ayudas públicas, y cuyo futuro está incluso en el aire al abrirse la puerta a que el FROB liquide entidades.
Bankia, formada por Caja Madrid, Bancaja y las cajas de Avila, Segovia, La Rioja, Insular de Canarias y Laietana, ya aprobó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 3.700 trabajadores, el 16% de la fuerza laboral, tras su fusión.
Mientras, Novagalicia ha eliminado un total de 1.904 empleos para cumplir con las exigencias de su plan de reestructuración, a los que se sumarán 700 puestos de trabajo más hasta el 2013, según el expediente de regulación de empleo (ERE) en vigor, que contempla además otras 1.400 suspensiones de contratos. CatalunyaCaixa eliminó 1.300 puestos de trabajo con la fusión de las cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa. Otra incógnita es qué ocurrirá con Banco de Valencia, que cuenta con 2.000 empleados.
Según los cálculos de los sindicatos, desde que se inició la crisis más de 30.000 trabajadores de los bancos y cajas han perdido su empleo, un 11,1% de las plantillas que existían en 2008. La nueva ronda de ayudas del rescate de 100.000 millones de euros llevará aparejadas nuevas condiciones de reestructuración por parte de Bruselas. En otras palabras, más despidos y cierres de sucursales.
Una entidad que podría tener que recibir ayudas es BMN. La entidad, de la que el ministro de Economía, Luis De Guindos, fue consejero antes de asumir su cartera, quedó fuera de la nueva ronda de fusiones y tiene difícil poder realizar los saneamientos del ladrillo a cargo de sus resultados. El grupo surgido de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Penedès, necesita algo más de 1.000 millones de euros para realizar las provisiones exigidas por los dos reales decretos aprobados por el Gobierno este año.
Por lo pronto, BMN ha iniciado en la segunda quincena de agosto el ‘Segundo Plan de Adecuación Laboral’, que estará ejecutado previsiblemente para principios de octubre. 389 trabajadores han presentado solicitudes para adherirse a esta nueva reestructuración de la plantilla, de los que 353 han pedido bajas voluntarias, 25 suspensiones y 11 excedencias.
Las entidades en procesos de fusión también deberán recortar sus plantillas al regreso del verano si finalmente reciben parte del rescate. Es el caso del proceso de Unicaja y Caja España Duero. Los rumores apuntan a que 1.800 empleados podrían abandonar la entidad. En su momento, la fusión de Caja España y Caja Duero ya vino acompañada de un expediente de regulación de empleo (ERE) de 846 trabajadores.
Más complicado es el caso de la fusión a tres bandas entre Ibercaja, Liberbank y Caja3, ya que, según han publicado algunos medios digitales, si el proceso finalmente requiriese ayudas públicas, Ibercaja podría plantearse romper el acuerdo o, como poco, reformular el reparto de poder.
Se da el hecho de que Liberbank surgió precisamente de una fusión rota, cuando Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, las tres entidades que la conforman, rompieron su acuerdo con la CAM hace aproximadamente un año. Su unión ya provocó un ajuste que afectó a 1.227 empleados, un 17% de su plantilla.
Casos aparte son los de las tres entidades nacionalizadas, Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa, que aglutinarán la mayor parte de las ayudas públicas, y cuyo futuro está incluso en el aire al abrirse la puerta a que el FROB liquide entidades.
Bankia, formada por Caja Madrid, Bancaja y las cajas de Avila, Segovia, La Rioja, Insular de Canarias y Laietana, ya aprobó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 3.700 trabajadores, el 16% de la fuerza laboral, tras su fusión.
Mientras, Novagalicia ha eliminado un total de 1.904 empleos para cumplir con las exigencias de su plan de reestructuración, a los que se sumarán 700 puestos de trabajo más hasta el 2013, según el expediente de regulación de empleo (ERE) en vigor, que contempla además otras 1.400 suspensiones de contratos. CatalunyaCaixa eliminó 1.300 puestos de trabajo con la fusión de las cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa. Otra incógnita es qué ocurrirá con Banco de Valencia, que cuenta con 2.000 empleados.
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