VALENCIA.- El presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, ha aprovechado hoy el discurso institucional con motivo del 9 d'Octubre, Día de la Comunidad Valenciana, para reclamar «un nuevo pacto de la Moncloa que estabilice un modelo federalizante para garantizar la singularidad entre territorios y la igualdad ciudadana».
De
esta manera, el presidente valenciano apuesta por un cambio del modelo
territorial “con la voluntad de desarrollar un nuevo proyecto para
España”. Lo ha dicho en su discurso por la Diada Valenciana, con
continuas referencias, aunque sin citarla explícitamente, a la crisis de
Estado por el conflicto catalán.
Puig
se ha dirigido al resto de presidentes autonómicos para abrir un
“espacio de reflexión amplio” que permita impulsar “un nuevo proyecto de
España” desde un “marco de estabilidad”.
A su juicio, ese proceso de reforma debe llevar a un marco de
estabilidad, y no se debe entender como “un gesto de debilidad ante
nadie”.
Sin
citar de forma expresa la crisis abierta por el desafío legal de los
separatistas catalanes, el presidente de la Generalitat ha recalcado que
la actitud de los valencianos «será de lealtad reivindicativa».
Asimismo,
en una crítica implítica al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha
señalado que «el inmovilismo es la peor de las acciones».
Durante
su discurso institucional con motivo del Día de la Comunidad
Valenciana, Puig ha hecho un llamamiento a "recuperar el espíritu de
diálogo" que hizo posible en 1977 los Pactos de la Moncloa, que
permitieron estabilizar la economía y poner las bases para construir la
democracia social.
Para el presidente de la Generlitat, ese proceso de reforma debe llevar a un marco de estabilidad,
y no se debe entender como "un gesto de debilidad ante nadie", sino
como la voluntad para desarrollar "un nuevo proyecto de España".
"Es
hora de que busquemos el encuentro para superar la crisis más grave de
nuestra reciente historia", ha aseverado Puig, quien ha asegurado que
hace 41 años España estaba "mucho peor que ahora", pero se supo entender
que por encima de los intereses de los partidos están los intereses del
país.
Ha
afirmado que a los valencianos les "duele" lo que está pasando, les
"conmueve la ruptura de la legitimidad democrática constitucional", les "indigna la falta de puentes" para considerar las razones del otro y les "entristece la fractura, el enaltecimiento de la polarización".
Por
ello, ha pedido generar "un patriotismo cívico", donde tengan cabida
"todas las patrias y 'matrias' personales y colectivas"; ha pedido a los
dirigentes políticos que no hagan sufrir a las personas, y ha
reivindicado la política "sin mesianismos, sin dramatizaciones, sin
excusas", como la que hacen los valencianos.
Puig ha centrado la otra parte de su discurso en defender la "lealtad reivindicativa" de los valencianos,
que quieren formar parte de un proyecto "compartido, justo y
solidario", pero que no decaerán en demandar los recursos que necesitan,
porque "una cosa es la prudencia, incluso la paciencia" si se ve
voluntad de cambio, y otra "bajar la cabeza".
En su opinión, “han quedado claras las consecuencias de los
desequilibrios continuados y las políticas discriminatorias en beneficio
de intereses partidarios o de expresión cortoplacista”, y por ello hay
que huir de la “demagogia y el patriotismo mal entendido” y avanzar en
la lucha contra los desequilibrios y el respeto a las propias
identidades.
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