ALICANTE.- Sucedió en la primera oleada de propagación del coronavirus, y ahora, en la segunda, se vuelve a repetir. Hoy entran en vigor los confinamientos selectivos en la Comunidad de Madrid y los afectados han aprovechado el fin de semana para buscar una alternativa habitacional en sus segundas residencias, muchas de ellas sobre suelo alicantino. Los alcaldes de los principales municipios turísticos de la provincia están a favor de esta decisión ya que, «siempre que se respeten las medidas sanitarias», la llegada de nuevos vecinos beneficia a la economía local, según Información.
«Preocupación, ninguna», dice Toni Pérez, alcalde de Benidorm. «La ciudad sigue de manera ejemplar las medidas de seguridad. Estamos abiertos a todo el que quiera venir porque somos una ciudad segura», reitera. «La mayoría vendrá a su segunda residencia, pero si viene de visita, también le abrimos las puertas porque damos por hecho que se entiende la gravedad de la pandemia y que se respetarán las pautas de prevención», augura Pérez.
Eduardo Dolón, alcalde de Torrevieja, va más allá: «Es un debate superado. Muchos vienen a su segunda vivienda y tienen que respetar las medidas de seguridad como todos los demás. La climatología es buena, las playas están listas y aún hay tiempo de sobra para disfrutarlas. No hay que preocuparse por su llegada; al revés, es mejor para la economía y beneficia a nuestros sectores productivos», considera Dolón.
Desde Xàbia, la corriente de opinión se mantiene. Su primer edil, José Chulvi, no cree que el número de trasladados vaya a ser «importante» porque, como él mismo aclara, «en la primera oleado no detectamos un número masivo». Asegura que la situación de la pandemia «es buena aquí y no creemos que su llegada deba ser motivo de preocupación porque somos un municipio de acogida y los recibiremos con los brazos abiertos, solo les pedimos, como a cualquier vecino, que respete la normativa sanitaria y adopte las medidas preventivas», recuerda Chulvi.
Dénia agrega un matiz: «Serán bienvenidos siempre que no vengan con la enfermedad». Su alcalde, Vicent Grimalt, defiende que no entrará «en una batalla de madrileños, sí; madrileños, no... Todo el mundo es bienvenido». El primer edil dianense considera «que estamos en un estado libre y no vamos a poner sacos de cemento ni guardias jurados en las puertas de la ciudad».
Loreto Serrano, alcaldesa de Santa Pola, en sintonía con sus homólogos, no pone reparos a la llegada a su municipio de habitantes de Madrid, «pero igual sí deberíamos solicitar una prueba de buena salud, no me preocupa que venga todo el mundo si viene en buenas condiciones y, sobre todo, a teletrabajar», arguye Serrano. «Los municipios no tenemos recursos para saber si la gente que viene porta la covid-19, sería necesario un criterio estatal único y sería conveniente que se guardara una cuarentena preventiva porque, en la calle, la preocupación sí es grande».
Juanjo Berenguer, máxima autoridad de El Campello, es tajante: «No seremos nosotros quienes demonicemos a lo madrileños. No podemos olvidar que la mayoría viene a su segunda residencia y, si en la primera oleada lo hicieron, en la segunda también respetarán las normas. Es más, nosotros aspiramos a que nos elijan como primera vivienda porque ahora, aprovechando las ventajas del teletrabajo, sí es posible. Sería una buena noticia para el municipio», esgrime Berenguer.
El alcalde de Alicante, Luis Barcala, no encontró oportuno valorar esta situación y optó por no hacer declaraciones al respecto a este periódico. Los gobernantes de la provincia, en una amplia mayoría, no consideran un problema de salud pública la llegada de madrileños.
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