ALICANTE.- Las asociaciones profesionales de guardias civiles JUCIL, AUGC y AEGC consideran que con la plantilla actual de agentes en la Comandancia de Alicante es inviable un cierre hermético de las carreteras de la provincia durante las 24 horas del día para controlar las entradas de personas no residentes en Alicante con el fin de hacer cumplir las medidas acordadas por el Consell.
Desde JUCIL afirman que el cierre perimetral al completo es imposible con los efectivos actuales y por ello se están realizando controles estratégicos en vías principales.
En la AEGC tampoco ven viable el cierre hermético, ni siquiera con toda la plantilla de servicio. Para cubrir las 24 horas del día, la AEGC estima que se necesitan muchos más efectivos y para ello tendría que salir el Ejército a la calle. Estiman que no es necesario y recuerdan que los controles actuales que se realizan sirven para disuadir a los infractores. En cualquier caso, indican que es como la persona que quiere robar, «si se lo propone, acaba robando».
Desde la AUGC también consideran bastante difícil ejecutar el cierre de todas las carreteras para controlar el acceso de vehículos y señalan que serían necesarios muchos más efectivos, ya que hay muchas carreteras comarcales por las que se pueden sortear las vías principales de acceso a la provincia.
La Vega Baja es un claro ejemplo de ello. Esta comarca y la Región de Murcia comparten docenas de kilómetros de frontera autonómica, en algunos tramos con zonas urbanas separadas por una calle, y ni en el momento más agudo del confinamiento los vecinos de ambos lados prescindieron de una movilidad secular.
Y el cierre perimetral es lo suficientemente elástico como para que esa movilidad siga vigente solo con algunos obstáculos. En Pilar de la Horadada los controles de la Policía Local se centran en la N-332 y la autovía Alicante-Cartagena, pero los vecinos pueden moverse en coche para llegar al otro lado a través de innumerables vías.
En Orihuela los controles se han centrado con amplísimo despliegue de medios en la autovía Alicante-Murcia, que cuenta con una media diaria de paso de casi 40.000 vehículos. Pero los habitantes de ambos lados de la raya conocen bien el terreno y si no tienen justificación para superarla lo pueden hacer fácilmente por varios caminos.
En Pilar de la Horadada, según fuentes del tejido comercial y hostelero local, al anuncio del cierre perimetral le siguió la llegada de vecinos de Madrid y, sobre todo, de Murcia, a las zonas en las que se encuentran miles de viviendas secundarias. Se notó especialmente el fin de semana en las copiosas compras realizadas en los supermercados del casco urbano, donde los empleados conocen a los clientes habituales. Y una parte de ellos este fin de semana no era clientela conocida. En los últimos días Policía Local y Guardia Civil han establecido controles más estrictos.
En Torrevieja los controles se han centrado también en los accesos desde el sur, con el tráfico que procede de la Región de Murcia. Esa entrada de vecinos de fin de semana también se deja notar en Orihuela Costa, en especial en Campoamor y Cabo Roig, que cuentan desde hace más de cuatro décadas con una población mayoritaria procedente de la capital murciana.
Clientes de otras regiones en hostelería y comercio
Los negocios reciben en el puente a público de fuera pero muy lejos del 40% de negocio que aportaban.
Sin llegar a ser un coladero, a la provincia de Alicante llegó público de otras regiones durante el puente de Todos los Santos, festivo en Madrid y en otras comunidades autónomas, por lo que el confinamiento perimetral decretado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, prorrogado ayer durante otra semana, funcionó relativamente. Hosteleros y comerciantes constataron la presencia de clientes de otros puntos de la península, sobre todo de Madrid, aunque con «cuentagotas». En todo caso, estuvo lejos del porcentaje de negocio (entre el 20% y el 40%) que representa este público potencial en estas fechas.
Para el sector hostelero no ha sido ni de lejos el puente que esperaban, que les suele salvar noviembre, el mes más flojo en facturación junto a febrero. En una situación normal, esta festividad llena la provincia de Alicante de turismo nacional de interior, sobre todo de Madrid y Castilla-La Mancha. Los representantes de la Federación Empresarial de Hostelería de la Provincia de Alicante (FEHPA); la Asociación de Restaurantes de Alicante (ARA) y la Asociación de Locales de Ocio y Restauración (Alroa) constataron que «se escapó» público de otras comunidades pero no de forma significativa.
En cuanto al comercio, percibió el lunes un repunte en los compradores de otras poblaciones, sobre todo de localidades de la provincia donde era festivo, con un aumento de las ventas en alimentación, electrónica, informática y equipamiento del hogar, de acuerdo a los datos que ofrece la patronal del pequeño y mediano comercio Facpyme. Las grandes superficies también notaron la presencia de público de otras regiones en la provincia «pero de manera testimonial», según la Asociación de Grandes Empresas de Distribución.
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