lunes, 1 de febrero de 2010

El rayo inédito de Miguel Hernández

MADRID.- El primer Congreso del Centenario de Miguel Hernández autorizado por su familia (días 3, 4 y 5 de febrero, organizado por la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, en Burgos, que dirige Gonzalo Santonja) revolucionará la biografía del poeta con la presentación de 31 cartas inéditas. Cuatro de ellas las desvelará Gonzalo Santonja, y están fechadas en junio de 1939, preso Miguel Hernández en la cárcel de Torrijos en Madrid (hoy calle de Conde de Peñalver), según adelanta 'Abc'.

Desde allí, el poeta recurre a «los amigos de verdad», y uno de ellos es José María de Cossío, que le ha tenido empleado en la Enciclopedia de los toros redactando biografías de matadores. «Durante la guerra en Madrid se vieron, Miguel se va a Orhuela, intenta escapar por Portugal, le devuelven e ingresa en la cárcel -explica Santonja-. Cossío está en Valladolid y se pone a disposición del poeta. Luego Hernández regresa al pueblo, le vuelven a detener e ingresa definitivamente en prisión. José María de Cossío consigue que no fusilen a Miguel. Y va a verle en dos ocasiones, acompañado por escritores falangistas (posiblemente Alfaro y Sánchez Mazas). A Miguel se le sugiere que «haga algún gesto», que se arrepienta o incluso que se afilie a Falange. Muy airadamente el poeta los echa del locutorio».
Visita de Cosío a la cárcel
¿Por qué sabemos que los echa? Prosigue Santonja: «Porque en una de las cartas Hernández le comenta a Cossío que lo que pasó el otro día fue lamentable, que los dos estuvieron apasionados, pero «debemos sotener nuestra amistad, que está por encima de estas cosas». Estas cuatro cartas son muy interesantes porque en esa situación de máxima incertidumbre y de absoluta angustia en la que Hernández sabe que se está jugando la vida, consciente de lo que están pasando su mujer e hijos, él por dignidad se niega a atravesar esa puerta que le han abierto. Pero una vez que ha regresado a las galerías, pasa una semana y sigue sumido en el mismo ambiente sórdido, viendo más cercano el paredón que nunca, entonces ahí toma la pluma y le escribe a Cossío: «Somos amigos, tenemos que recuperar la amistad, pero yo voy a seguir siendo fiel a mis ideas, siendo quien soy»». Sólo se podía escribir por una cara y a la familia directa, desde la cárcel: «Por eso a Cossío le llama «primo» y para que la carta se tramitara en el remite pone Miguel Hernández ¡Arriba España! ¡Viva Franco! Eran presos sin ningún derecho y entregaban las cartas al carcelero, que las tramitaba o no según le diera la gana», concluye Santonja.
Tensión amorosa
Por otra parte, el prestigioso hispanista Gabriele Morelli, uno de los más grandes estudiosos de la literatura española, aporta a ABC la correspondencia de Josefina Manresa, esposa de Miguel Hernández, con el hispanista romano Dario Puccini (parte de la cual presentará en el congreso de Burgos), hallada en el archivo de la casa de Puccini, donde el pasado año, como ya publicó ABC, descubrió otro epitolario inédito de Rafael Alberti. En el caso de Josefina Manresa, se trata de 27 cartas, cuyo argumento gira alrededor de la publicación de la obra de Hernández Introducción y antología bilingüe, que Puccini estaba preparando en Italia y que se publica en 1962 con el título Miguel Hernández. Poesie. (Milan, Feltrinelli,).
Gran parte de la correspondencia discurre sobre los derechos de autor, la protesta por los pocos ejemplares enviados por parte de Feltrinelli, la queja por los escasos ejemplares vendidos, el retraso del pago, el envío de algunos sonetos inéditos (lo que, sucesivamente crea la reacción de Puccini en cuanto descubre que se anticipan en una revista suramericana), la protesta de ella sobre algunos datos del libro de Puccini, en que el hispanista (de fe marxista) explica la poesía de Miguel como reflejo de su biografía.
Explica el profesor Morelli que Josefina Manresa protesta enérgicamente ante Puccini por presentar a Miguel Hernández como «poeta empeñado políticamente». E invita a eliminar de un libro de María de Gracia Ifach la historia del romance que tuvo Hernández con Maruja Mallo («la pintora») y otros datos equivocados sobre su familia. En otra carta, Josefina pide a Puccini que elimine la alusión al beso que aparece en el soneto de El rayo que no cesa. «Un beso furtivo debió de pasar entre los dos enamorados durante estos encuentros, como documenta el conocido soneto, que Manresa niega, y del que se siente ofendida («Para mí, un beso del novio era perder el honor y en esa actitud siempre fui dura, además que yo quería demasiado y procuré tenerlo siempre con la misma ilusión para nuestra felicidad») aludiendo al episodio que suaviza hablando de un «beso que le dio al aire»», desvela Gabrielle Morelli.
El poema, además de la extraordinaria belleza de sus versos y su capacidad narrativa, traduce el momento de efusión amorosa que el ardoroso poeta literalmente robó a la mejilla de la amada forzando su dura resistencia. Reza así el soneto:
«Te me mueres de casta y de sencilla: / Estoy convicto, amor, estoy confeso / De que, raptor, intrépido de un beso, / Yo te libé la flor de la mejilla. / Yo te libé la flor de la mejilla, / Y desde aquella gloria, aquel suceso, / Tu mejilla, de escrúpulo y de peso, / Se te cae deshojada y amarilla. / El fantasma del beso delincuente / El pómulo te tiene perseguido, / Cada vez más patente, negro y grande. / Y sin dormir estás, celosamente, / Vigilando mi boca ¡con qué cuido! / Para que no se vicie y se desmande.»
Sobre el carácter reservado y la fuerte educación virtuosa y religiosa de esta costurera de provincia mucho se ha insistido y además el propio poeta, en su periodo de trasformación ideológica y consiguiente distanciamiento de Josefina ocurrido durante su estancia en Madrid en 1935, lo ha hecho notar directamente a la amada, como escribe en su carta de comienzos de julio, subrayando la diversidad de su vida ligada al pueblo con la de Madrid en que él vive y piensa realizar su aspiraciones de poeta. Escribe Miguel Hernández: «No es que me haya engañado contigo, Josefina; la que tal vez se haya engañado eres tú; esto te lo digo no como reproche a ti, sino a mí mismo; me parece que no soy el hombre que necesitas yo tengo mi vida aquí en Madrid, me sería imposible vivir en Orihuela ya; tengo amistades que me comprenden perfectamente, ahí ni me comprende nadie ni a nadie le importa nada lo que hago».
Contra la vida provinciana
Y en carta posterior, insiste sobre los distintos modelos de vida provinciana dedicada a la murmuración y al ocio característico de la pequeña Orihuela y el libre, divertido y dedicado a varias oportunidades del trabajo que ofrece la capital: «Es la vida de Madrid, Josefina; la vida de Madrid que le hace a uno olvidarse de todo con sus ruidos y sus mujeres y sus diversiones y sus trabajos. Es tan diferente de esa vida callada de ahí, donde no se hace hacer otra cosa que murmurar del vecino o hablar mal de los amigos y dar vueltas por los puentes».
Comenta el profesor Morelli que es este uno de los momentos más tensos de la relación entre los dos enamorados, y abarca un periodo de seis meses de separación que llega a crear una situación de verdadera ruptura, «durante la cual, es sabido, Miguel vive una intensa experiencia amorosa con la pintora gallega Maruja Mallo».
En otra carta se recuerda la muerte del padre de Josefina, que era guardia civil, asesinado por los republicanos. En ella, Manresa se distancia de la interpretación de Puccini y niega que Miguel Hernández fuera comunista. Dos cartas de Josefina Manresa a Darío Puccini
Elche, 27 de enero de 1966
Sr. Don Dario PUCCINI
Roma
Estimado Señor:
De los poemas inéditos que le enseñe le puedo autorizar 10 para la revista Saldrá como Dieci sonetti di Miguel Hernández en Studi di letteratura spagnola, Roma, 1966]. Los demás quiero que sigan inéditos como hasta ahora. Por esos poemas que son inéditos, quiero cuatro mil pesetas, adelantadas al mandar yo el original. Le quise decir en una carta anterior sobre las biografías, que no escoja Vd. datos donde lo presenta a Miguel un político que él no era. La gente lo comprende y toma más el aspecto de la política que lo humano que fue y bueno. El se pasó los tres años de guerra ? a hambre y al final pagar las culpas de los demás.
De las Obras completas ha de eliminar Vd. de Gracia [María de Gracia Ifach ] de ¿la pintora que es una tontería que no existió. Concha Zardoya también dice en su libro que al morir mi padre se ocupa Miguel de mi familia. Miguel no podía hacer eso porque él no cobraba un sueldo, sino una limosna cuando pedía, además de que eso no lo hubiera consentido yo, ni mi madre mucho menos. En nuestra manera de ser admitir eso del novio es una deshonra. La gente escribe lo que encuentra más fácil, que no digan tampoco que a mi padre lo mataron en el frente, me lo dejen quieto si no quieren decir la verdad, que lo mataron en retaguardia (solo por llevar uniforme de la guardia civil), y después lo pisotearon diciendo: de estos cerdos nos gustan a nosotros matar: desde luego que eran fieras con hambre como Miguel dice, y Dios los perdone.
Le saluda a su esposa e hijos cariñosamente con recuerdos de mi hijo
Josefina MANRESA
Elche 10 de octubre 1971
Sr. Don Dario PUCCINI
Jacini, 23
Roma
Estimado Señor:
Refiriéndome a la última carta, cuando hagan la 2ª edición de su libro sobre Miguel, quiero que elimine Vd. la página 100 a partir de «El mayor interés del drama consiste en el material autobiografico». Eso nunca existió, nunca le di pie para ofenderme de esa manera. Vd. piense la importancia que le da en El rayo que no cesa a un beso que le dio al aire. También le diré que casi todo ese libro lo escribió estando disgustados. Como ese tiempo de relaciones interrumpidas fue por parte de él, que dijo después, que se dio cuenta en seguida del error, porque quiso volver enseguida por temor a que yo no lo quisiera ya, y de ahí vienen en quejas como por ejemplo:
¡Ay que acontecimiento de quebranto
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavorosa nieve!
Yo no fui nunca huraña con él, sino todo lo contrario. Fui muy cariñosa y le di muy buen trato. Tuve la suerte de comprenderle desde la primera vez que lo vi, y tal vez antes que el a mí, motivo quizás para alejarse de mí en su estancia en Madrid.
Par mi un beso del novio era perder el honor y en esa actitud siempre fui dura, además que yo lo quería demasiado y procuré tenerlo siempre con la misma ilusión, para nuestra felicidad.
Mi segundo apellido lleva h en la u en vez de i. En página 38 quite también «Se trata de un soneto, en verdad, un poquito tortuoso para que pudiera gustarle a una modesta y desavisada modistilla». En la misma página, el viaje a Madrid es en 1935. En página 39 el fracmento (sic) de carta es antes de interrumpir la relación, y también el fracmento en pagina 40. Quite también que se ocupó Miguel de mi madre y hermanos a la muerte de mi padre, no es cierto. Mi padre lo asesinaron a él y a cuatro guardias civiles más, en Elda, que es el pueblo que viviamos, no en combate. Todas las biografias tienen sus errores y es una pena que vayan haciéndose por ellas sin haberme muerto yo todavía. Tambien no debe ir que se va a publicar el epistolario, porque no a va ser por ahora.
Reciba con recuerdos a su familia un saludo de
Josefina MANRESA

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