NUEVA YORK.- La Conferencia de Consumidores Estadounidenses Musulmanes busca promover a los musulmanes como un nuevo segmento de mercado para las compañías estadounidenses. Aunque las corporaciones han atendido a las comunidades musulmanas en Europa desde hace tiempo, sólo lo han hecho de manera tentativa en Estados Unidos, y el creciente sentimiento antimusulmán existente preocupa a las compañías, porque podría afectarlas también.
Los estadounidenses musulmanes que buscan un mayor reconocimiento en el mercado argumentan que las empresas tienen más por ganar que por perder al abastecer a la comunidad.
"No estamos diciendo: 'Apóyennos'", dijo Faisal Masud, un egresado de la Universidad de Illinois, Chicago, y consultor administrativo. "Sino que queremos que entiendan cuáles son nuestros valores".
Masud, un ejecutivo de Wall Street que organizó la reunión, atrajo sólo a cerca de 200 asistentes cuando inauguró el evento el año pasado. Este año, dejó de admitir registros al llegar a 400 para evitar exceder la capacidad.
El mercado mundial para productos permitidos islámicamente, llamados halal, ha crecido a más de 500 millones de dólares anuales. La carne sacrificada ritualmente es el de mayor demanda, pero la industria halal es mucho más extensa e incluye alimentos y aderezos que no contengan alcohol, cerdo y otros productos prohibidos, junto con cosméticos, finanzas y prendas de vestir.
Las corporaciones han estado cortejando a comunidades de inmigrantes musulmanes en Europa por varios años. Nestlé, por ejemplo, tiene cerca de 20 plantas en Europa con líneas de producción que cuentan con certificación halal, y ha montado campaña de mercadotecnia llamada "El sabor del hogar". Nestlé planea extender sus ofertas étnicas y halal en Europa en los próximos años.
En Estados Unidos, compañías estadounidenses emblemáticas como McDonald's (que ya ofrece un popular menú halal en el extranjero) y Wal-Mart, han entrado en el terreno halal. En agosto, la cadena de tiendas naturistas Whole Foods comenzó a vender su primer producto alimenticio halal distribuido a nivel nacional: entradas indias congeladas llamadas Saffron Road.
No obstante, junto con los nuevos clientes, las compañías atraen críticas y se pueden volver blancos en la batalla ideológica sobre el islam y el terrorismo.
Abdalhamid Evans, director de proyecto del Foro Mundial Halal en Europa, dijo que una reciente repercusión ha provocado que algunos negocios en Europa sean discretos acerca de sus nuevos productos halal o que reduzcan su oferta.
En el Reino Unido, luego de que Kentucky Fried Chicken comenzó a ofrecer opciones halal en su menú en varias decenas de establecimientos, la cadena de restaurantes retiró los productos en algunas locaciones debido a protestas. Los detractores llamaban al menú "pollo terrorista".
En septiembre, el periódico Daily Mail de Londres reportó que muchos supermercados, cadenas de comida rápida, hospitales, escuelas, bares y estadios deportivos británicos como el Wembley servían cierta cantidad de carne de res y pollo halal sin notificar al público. Una gran cantidad de la carne que se vende en Gran Bretaña proviene en Nueva Zelanda, donde los mataderos han expandido la producción halal debido a que tratan de apuntalar sus ya sólidas exportaciones a naciones islámicas.
En el furor subsecuente, Barnabas Aid, un grupo que lucha contra la persecución de cristianos en el mundo, inició una petición en Gran Bretaña contra lo que llamó "imposición" del halal. "Podría ser interpretada como un acto de supremacía islámica", dijo el grupo.
Las compañías estadounidenses también enfrentaron cierta resistencia, aunque a menor escala.
El año pasado Best Buy Inc. fue inundada con llamadas telefónicas, correos electrónicos y cartas con quejas de que la compañía era antiestadounidense porque había reconocido una festividad musulmana _Eid al-Adha o Fiesta del Sacrificio_ por primera vez en un anuncio publicitario nacional. Ese año, la Eid al-Adha cayó cerca del Día de Acción de Gracias, por lo que el anuncio, un pequeño globo en el fondo de la página, apareció en el panfleto de Acción de Gracias de la compañía. Los quejosos señalaron que era un momento inadecuado.
"Usaron lenguaje muy ofensivo", dijo Naushina Husain, gerente de mercadotecnia de Best Buy en Minnesota. "Fue algo muy triste".
Los ejecutivos de Best Buy mantuvieron su decisión. La compañía vio la celebración de la festividad como parte de una meta más amplia de llegar a consumidores de diferentes culturas. Pronto, musulmanes comenzaron a llamar para agradecer a Best Buy y fundaron un página en Facebook para honrar a la compañía, que continúa reconociendo las festividades musulmanas.
"Es un segmento de consumidores muy viable", dijo Zainab Alí, gerente de marketing de la compañía de transferencia de dinero MoneyGram, la cual tuvo una promoción especial este año por el Ramadán para los musulmanes que viven en Estados Unidos, Europa y otros lados. "Sólo necesitas superar algo de miedo y verlos simplemente como otros consumidores".
El potencial de ganancias atrae a más compañías a la idea.
Este año, la compañía publicitaria internacional Ogilvy & Mather lanzó un servicio de consultoría para posicionamiento de marcas islámicas llamado Ogilvy Noor, que incluye un énfasis en los musulmanes estadounidenses (noor significa "luz" en árabe).
Los musulmanes llegaron a Estados Unidos en grandes números para estudiar doctorados y especialidades en ingeniería y medicina, luego de que el gobierno federal relajó las cuotas de inmigración en la década de 1960. Algunos estudios han detectado que un significativo porcentaje de musulmanes están mejor educados y tienen mayores ingresos que otros estadounidenses.
Joohi Tahir, vicepresidente de mercadotecnia y ventas de Crescent Foods _productores de pollo halal con sede en Chicago_, dijo que los ejecutivos de Wal-Mart se acercaron a su compañía hace dos años porque buscaban un proveedor de pollo halal, y luego invitaron a ejecutivos de Crescent a las oficinas de Wal-Mart en Arkansas para asesorarlos sobre cómo llegar a los consumidores musulmanes.
Ese mismo año, Wal-Mart abrió un supercentro en Dearborn, Michigan, un área con una de las poblaciones musulmana y árabe más grande de Estados Unidos. La tienda está abastecida para los consumidores del Medio Oriente, con una gama de productos halal.
"El mercado predominante está adoptando lo halal", dijo Tahir.
El portavoz de Wal-Mart Bill Wertz dijo que la mercancía de cada tienda varía de acuerdo con las necesidades de la comunidad circundante, por lo que es difícil saber el número exacto de tiendas estadounidenses que venden productos halal. Pero varias en Michigan y al menos una en Canadá anuncian que cuentan con algunos productos de ese tipo.
Los fabricantes que entran en este terreno esperan poder atraer a clientes no musulmanes también.
Jack Acree, vicepresidente ejecutivo de American Halal Co., la compañía que produce el Saffron Road, enfatiza que las entradas no sólo son halal, sino que todas son producidas de manera natural y humana, y que están libres de hormonas y antibióticos.
"Los musulmanes son muy educados y viven en zonas metropolitanas, y ya compran con nosotros", dijo Errol Schweizer, coordinador global de tiendas de Whole Foods. "Si tenemos una base de clientes donde hay una gran población musulmana, tiene sentido que demos servicio a esa población".
Schweizer no dio una respuesta directa cuando se le preguntó si alguien se había quejado con la compañía por atender a los musulmanes. Sólo dijo que los alimentos halal eran juzgados como cualquier otro producto: conforme a sus ventas.
Para los musulmanes, el asunto no es sólo una cuestión de conveniencia.
El ser reconocidos por las grandes compañías es una señal importante de aceptación en momentos en que luchan por establecerse en Estados Unidos. Siguen los pasos de los judíos estadounidenses, quienes lucharon por décadas para la aceptación generalizada de la comida kosher y del judaísmo.
A pesar del a veces adverso clima para los musulmanes, Evans, del Foro Mundial Halal, dijo que es inevitable que un gran número de compañías se enfoquen en los consumidores musulmanes, dada la capacidad económica y el tamaño de la población musulmana _más de 500 millones de personas en todo el mundo_ y de su presencia en Occidente.
"No es una cuestión de si van a hacerlo", dijo Evans. "Es una cuestión de dónde, cuándo y cómo".
(Vista de la vecina ciudad de Orán)
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