VALENCIA.- El domingo negro vivido por los
socialistas andaluces -y por la izquierda española en general- afecta
gravemente a los planes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y también colateralmente al líder valenciano, Ximo Puig.
Lejos de dibujar, tal y como apuntaban algunos sondeos y en especial el
CIS, un escenario si no de gran éxito, sí de continuidad para el PSOE,
la noche se tornó en pesadilla para los del puño y la rosa, según el análisis del digital regional de referencia https://valenciaplaza.com.
14
escaños de pérdida -de 47 a 33- que les dejan por primera vez en 40
años a expensas de que otras fuerzas se entiendan para gobernar en la
Junta de Andalucía. Curiosamente, los resultados acontecidos calcan lo
ocurrido en 2015 en la Comunitat Valenciana pero con la derecha ocupando
el lugar de las fuerzas de izquierdas.
Puig, con el peor resultado de
la historia del PSPV (23 escaños), se convirtió en el presidente de la
Generalitat con el apoyo de Compromís (19 diputados) y Podem (13), tras
la caída del PP hasta 31 escaños.
Ahora, el popular Juanma Moreno,
pese haber caído en siete representantes respecto a las pasadas
elecciones, podría ser presidente de la Junta si consigue el apoyo de
Ciudadanos (21 diputados) y de la ultraderecha de Vox (12 escaños), que
protagonizó la sorpresa de la jornada con una irrupción espectacular
similar a la que tuvo en Les Corts Podem en 2015.
Este resultado puede traer consecuencias
en la situación estatal y también en la valenciana. La caída de los
socialistas en Andalucía supone un durísimo golpe para Pedro Sánchez; a
quien solo le queda el consuelo de que la irrupción de Vox pueda alertar
a la izquierda y movilizarla en siguientes compromisos electorales
-ayer la participación cayó en cinco puntos- y que lo ocurrido este
domingo 'asuste' en cierta medida a las fuerzas independentistas en el
Congreso y se replanteen aprobar los presupuestos para evitar las urnas
en España.
En cuanto a la Comunitat
Valenciana, un resultado como el de este domingo invita a que, más
pronto que tarde, surjan sondeos que empiecen a dar representación en
Les Corts a Vox. Un partido que carece de estructura y que, en tierras
valencianas, apenas se situaba entre las diez fuerzas más votadas en los
distintos comicios celebrados en los últimos años.
No obstante, la espectacular irrupción de
la formación de extrema derecha -algo que ha ocurrido ya en muchos
países de Europa- puede tener cierto eco en tierras valencianas y
complicar el hasta ahora plácido escenario que se perfilaba para los
socios en el Consell -PSPV y Compromís-, especialmente para los
socialistas, que hasta deshojaban la margarita de un adelanto electoral
respaldado por unos sondeos de los que ahora todos dudan.
Ahora,
en cambio, la dinámica para el Botànic no es buena. Adelante Andalucía
-alianza de Podemos, IU y otras fuerzas- cosechó ayer un resultado
bastante malo, perdiendo tres escaños respecto a lo conseguido por
Podemos en 2015.
Por lo tanto, malas noticias para la rama valenciana de
la formación morada que viene mostrando debilidad en las encuestas de corte autonómico.
Con estos mimbres, no es descabellado
imaginar que en los próximos meses se desarrolle un choque de trenes
entre el Botànic y un hipotético tripartito de derechas entre PPCV,
Ciudadanos y Vox.
Un paralelismo con muchos matices, empezando porque no
es comparable el desgaste de Susana Díaz y el PSOE
andaluz con el de Ximo Puig, pero a que a buen seguro empezará a
preocupar en Presidencia de la Generalitat desde este mismo lunes.
Más
aún si la aparición de Vox en el escenario se produce también en otras
plazas relevantes como la ciudad de València, donde la ventaja para la
izquierda es solo de un concejal. Una entrada de este partido podría
suponer un auténtico puñetazo en el tablero que abriera la puerta a la
recuperación del consistorio por parte de la derecha.
Lo
que sí parece alejarse definitivamente es la posibilidad de un adelanto
autonómico por parte de Ximo Puig. El presidente de la Generalitat,
quien ha manejado esta posibilidad en los últimos meses, no debería
tener demasiadas ganas de dar un paso adelante después de la inesperada
debacle de su compañera y amiga Susana Díaz.
Como
decía un veterano dirigente socialista a este diario: "Si gobernando en
España, las cosas van mal para el PSOE en Andalucía... es que no nos
debe ir bien ahora mismo en ningún sitio".
Así pues, la opción del
adelanto electoral autonómico apunta a diluirse como un azucarillo
mientras que, probablemente, se crucen los dedos en el PSPV para que no
se produzca un 'superdomingo' electoral.
Los sondeos no acertaron y el CIS hizo el ridículo
Por otro lado, muy pocas encuestas se acercaron a lo ocurrido este domingo. Mención especial a la realizada por GAD3 para Abc publicada al cierre de las urnas aunque realizada horas antes de la jornada electoral y la de Sigma Dos para El Mundo
el 25 de noviembre que apuntaba a un resultado para el PSOE entre 36 y
40 escaños, daba a Vox 3 o 4 diputados, ofrecía resultados muy similares
a los alcanzados por Ciudadanos y Adelante Andalucía, aunque no llegaba
a esbozar el fin de la hegemonía de la izquierda.
El
que se estrelló fue el sondeo del CIS del 14 de noviembre, que le daba
entre 45 y 47 escaños a los socialistas, cuando anoche consiguió 33. De
la misma manera, le otorgaba entre 20 y 22 al PPA (logró 26) y solo le
daba uno a Vox, cuando consiguió 12.
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