MADRID.- El Sabadell se ha puesto manos a la obra para poder seguir en solitario, al menos, un tiempo, hasta que se despejen todas las incertidumbres derivadas de la pandemia. El plan que diseña el banco catalán, tras descartar la absorción de BBVA, no incluye una operación de integración con un banco extranjero. La cúpula de la entidad es consciente de las circunstancias actuales y de la complejidad de una transacción de tal envergadura, después de haber conversado con algunos grupos, según revela elEconomista.
Previsiblemente la oferta a presentar sería similar o, incluso, más baja que la de BBVA (de un máximo de 2.500 millones), ya que las sinergias serían inferiores por falta de solapamiento de redes y estructuras y por el desigual tratamiento de la normativa en los distintos países europeos.
Desde hace tiempo, el sector lleva reclamando a las autoridades a que homogeneicen todas las reglas para que las fusiones transfronterizas se puedan materializar y se dé un paso decidido hacia la Unión Bancaria en el Viejo Continente. Unas operaciones que el BCE está intentando que se produzcan, pero que aún no se han dado.
El Sabadell, en este escenario, no contempla tampoco una operación corporativa en España, aunque no se cierra del todo a abrir negociaciones. Uno de los candidatos sería Kutxabank, con el que ya entabló este otoño conversaciones informales. El grupo liderado por Josep Oliu va apostar por un recorte de los costes operativos para mejorar su eficiencia y rentabilidad, además de buscar socios comerciales con los que sellar alianzas para incrementar los ingresos en un principio, con una entidad de ámbito internacional y se centraría en financiación al consumo o seguros.
El proyecto estratégico se dará a conocer en febrero y consistirá un adelgazamiento del personal y de la red en nuestro país. Algunas fuentes indican que podría afectar a otros 2.000 trabajadores. El Sabadell acaba de firmar con los sindicatos la salida de 1.800 empleados a través de bajas incentivadas y prejubilaciones. Además de este ajuste, el banco pretende llevar a cabo alguna desinversión e impulsar la digitalización.
Uno de los objetivos sería el traspaso de la filial británica TSB, pero en la dirección de la entidad es consciente de que no conseguiría ofertas atractivas en estos momentos. Distintas fuentes explican que BBVA valoraba en cero euros esta franquicia y que fue uno de los principales puntos de desencuentro en las negociaciones, que finalizaron sin éxito. Barclays ve muy compleja esta venta por el precio, aunque apunta a que Santander, Virgin Money, HSBC y OSB podrían estar interesados.
El Sabadell se va a apoyar en Goldman Sachs para explorar las posibilidades que tiene para deshacerse de esta división, que aún se encuentra en pérdidas y que acaba de iniciar un plan de ajuste, que afectará a unos 900 trabajadores.
Otra de las posibles desinversiones es la filial mexicana, centrada principalmente en el negocio de empresas, aunque ofrece también sus productos y servicios a particulares a través de los canales digitales únicamente. Barclays indica en un informe de este lunes que este negocio podría reportar al banco entre 100 y 400 millones.
Distintos analistas auguran que a mediados del próximo año el Sabadell, una vez acelerado este plan de adelgazamiento y mejora de su situación, iniciará las negociaciones para una fusión, incluso con BBVA, de no haber concretado otro proyecto de futuro.
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