Un año después de llegar a la presidencia de la Generalitat tras un pacto prematuro, pero estratégico, muy vinculante con Vox, el globo del sur pierde gas y tiene Mazón los primeros problemas de gran calado político con el poder fáctico valenciano - el mismo que liquidó al cartagenero Zaplana porque no admite espontáneos de fuera creyéndose los amos del Palau e introduciendo, además en su caso, al charnego manchego Olivas para cubrirle la retirada - comenzando por el gran naviero local a cuenta de los mega cruceros y la posición irreductible del Ayuntamiento de Valencia, igualmente gobernado por una coalición aún más extremista de PP-Vox, contra sus intereses en Valencia Port, o, al menos, no a favor.
¿Cuantas noches a la semana duerme en Valencia el actual presidente de la Generalitat que, para 'mas inri' ni habla ni entiende la lengua vernácula pese a su segundo apellido Guixot, y cuantas noches en Alicante? Ni siquiera Zaplana en sus tiempos de 'molt honorable' durmió tantas en su suite del 'Meliá', engolosinado como estaba de aquella chica adolescente de 'Nuevas Generaciones' en Elche. No es para nada censurable que don Carlos se diferencie de don Eduardo en que pase más noches con su esposa en su domicilio familiar y eso lo justifique con actos a presidir aquí, a veces sin verdadera relevancia para estar presente el dignatario.
En Valencia es un clamor la reiterada ausencia o escasa presencia de Mazón en su despacho. Y el equipo de tener un nivel muy discutible en Presidencia por traído de Alicante para cubrir ausencias y dar explicaciones a quienes solicitan ver de urgencia al presidente. Desde el interior del PPCV se está presionando mucho para la sustitución integral de ese equipo de cara a la vuelta del verano "por su manifiesta incompetencia", argumentan los del ariete popular.
Es absolutamente más que cierto que la provincia de Alicante se ha visto históricamente más beneficiada en la época del actual Estatuto con Zaplana que con ningún otro presidente y que Mazón tiende a emularle naturalmente dada su condición de nacimiento y los compromisos públicos contraídos con la sociedad civil alicantina mucho antes de llegar al Palau, especialmente con sus financiadores electorales y del PP.
Peor tratada que Valencia y Castellón en los dos últimos Presupuestos Generales del Estado y de la Generalitat, Mazón trata ahora de corregir esa situación porque, al margen de ser alicantino, es de justicia aunque desde el 'cap y casal' no se vea del todo así y se coja el rábano por las hojas dando el primer aviso filtrando la idea de que el portavoz del PPCV en Les Corts Valencianes, Miguel Barrachina podría ser un buen sustituto de un Mazón más liberal y más susceptible de protagonizar a la larga una colisión con sus socios extremistas de Vox.
Mazón tampoco es alguien del agrado de Núñez Feijóo, ni siquiera de la 'agitadora conservadora' Isabel Díaz Ayuso, por no hablar ya de Cayetana Álvarez de Toledo por ideóloga de la salida del liderazgo del PP de Pablo Casado y su 'rasputín' murciano Teodoro García Egea, gran mentor político de Mazón para alcanzar la presidencia del PPCV y, por ende, de la Generalitat. Su condición de out sider podría ser, en cambio', una ventaja para llegar a La Moncloa si otros que más suenan se quedasen por el camino.
Esa debilidad orgánica sumada a su situación relativa al frente del Palau favorecen que los 'cadáveres políticos' dejados en el camino, tanto en el PP de Castellón como en el de Valencia, con una lucha encubierta por consolidar un liderazgo en el PP nacional que, en ningún caso favorece a Mazón, le sitúan en riesgo claro si sigue cometiendo algún tipo de errores hasta ahora repetidos. Llegado el caso, la dimisión sería la fórmula formal más digna a presentar a la Opinión Pública regional para evitar el escándalo.
En aras de la verdad, Mazón se está portando como un jabato con Alicante y sin demora pero también sin perjuicios a Castellón y Valencia ni a la Comunidad Valenciana en general. Pero adolece de un gran desconocimiento de las claves de la clásica oligarquía económica valenciana, cada vez más exigente con sus intereses, que la coalición PP-Vox no logra satisfacer por ser muy groseros frente a los de la mayoría social.
El alicantino lleva un año de cumplimiento a buen ritmo del programa electoral del PPCV, lo que tiene fuera de si a la izquierda más fundamentalista valenciana y a un PSPV con el que compite en espacio político de amplio espectro tras el gran fiasco de Ximo Puig y Mónica Oltra, tan dañino para las comarcas castellano-parlantes del sur alicantino. Hay que enfatizar que Mazón no habla ni una sola palabra de valenciano aunque respete de siempre a quienes hablan una lengua regida por las Normas de Castellón de 1932 desde el punto de vista ortográfico.
Para un liberal como Mazón, pese a lo que significa gobernar con la extrema derecha, su sentido de la cosa pública le impide quedar en manos del capitalismo valenciano más reaccionario, que presume en privado de tener 'cogido al President' y a su Generalitat alicantina S.A. en que ha tornado el grupo de fieles políticos que le acompaña desde antes de ser presidente de la Diputación.
Muchos de esos acompañantes son el primer objetivo estratégico a batir para dejar desnudo a Mazón y, a continuación, rodearlo de peones colocados en Presidencia para marcarlo primero y neutralizarlo a continuación.
Espero que tome nota aunque estos días de Hogueras, que ya acaban, sean de asueto total para el inquilino del Palau en su casa de La Condomina.
(*) Premio de Periodismo 'Valencia'
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