ALICANTE.- En una carrera contrareloj, el presidente de Caja Mediterráneo (CAM), Modesto Crespo, intenta renegociar esta semana en Madrid los aspectos más controvertidos de la «fusión fría» pactada con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, tras el ultimátum lanzado el viernes por el Banco de España, según ha podido saber ABC.
El consejo de la CAM dejó sobre la mesa el pasado jueves la aprobación del contrato del Sistema Institucional de Protección (SIP), tras constatar que el borrador otorga plenos poderes al presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, quien actuará como consejero delegado de la entidad resultante durante un período de hasta 12 años.
Un aspecto, recalcan fuentes del consejo de administración de la CAM, que relega a la caja alicantina y que no estaba recogido en el protocolo firmado por las cuatro cajas de ahorros el pasado 26 de mayo. Cajastur, sin embargo, ha reiterado que el preacuerdo establecía la consejería delegada para Menéndez y, por tanto, sus plenos poderes.
Un aspecto, recalcan fuentes del consejo de administración de la CAM, que relega a la caja alicantina y que no estaba recogido en el protocolo firmado por las cuatro cajas de ahorros el pasado 26 de mayo. Cajastur, sin embargo, ha reiterado que el preacuerdo establecía la consejería delegada para Menéndez y, por tanto, sus plenos poderes.
El Banco de España no se ha mostrado sensible a los reparos expuestos por la CAM y, en una reunión celebrada el viernes por la tarde, dio un ultimátum a Modesto Crespo para cerrar definitivamente la operación antes del próximo lunes, día 26. Crespo viaja hoy martes a Madrid para intentar cerrar «in extremis» un acuerdo con el banco emisor y con Cajastur, que aumente el peso de la caja alicantina en el seno de la futura entidad. La CAM pretende que el futuro presidente del SIP —el propio Modesto Crespo— tenga idénticos poderes que el consejero delegado, y ambos estén supeditados al consejo.
Modesto Crespo tiene otra importante cita mañana por la tarde, cuando se reunirá el pleno de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) para, entre otras cuestiones, hacer balance de los procesos de fusión abiertos. Crespo buscará la mediación del presidente de la CECA, Isidro Fainé (La Caixa), para acercar posturas con Cajastur y lograr un acuerdo satisfactorio. Crespo es uno de los cuatro vicepresidentes de la Confederación de Cajas, junto a Rodrigo Rato (Caja Madrid), Amado Franco (Ibercaja) y Braulio Medel (Unicaja).
La cita de mañana supondrá probablemente la última oportunidad para renegociar la fusión. La CAM tiene previsto celebrar un nuevo consejo de administración esta semana, previsiblemente el jueves, para ratificar la operación.
Fuentes de la entidad admiten que ya no hay marcha atrás. «No nos queda más alternativa que aprobar la fusión, pero queremos hacerlo con un acuerdo que respete la posición de la CAM», «ya no hay margen para negociar una fusión distinta y, en la actual coyuntura, resulta impensable pretender que la caja siga su camino en solitario», 1 indicaba ayer a este periódico un miembro de su consejo.
La ruptura de la fusión implicaría perder los fondos del FROB —1.493 millones de euros—, imprescindibles para sanear el balance de la entidad alicantina, lastrado por los créditos concedidos a promotores que hoy pueden resultar de dudoso cobro.
El Banco de España podría acogerse a este argumento para intervenir la caja y suspender a los miembros de su consejo de administración si finalmente se rompe el principio de acuerdo de la «fusión fría», advierte el mismo consejero. En pocas semanas, la CAM ha pasado de ser una de las novias más deseadas en el proceso de fusiones —descartó sucesivamente su integración con Caja Madrid, Bancaja y Caja Murcia, ante la falta de acuerdo— a verse relegada por Cajastur.
En el SIP acordado con esta última, ambas entidades se sitúan teóricamente en plano de igualdad, con un 40% de los derechos de voto cada una. Pero los plenos poderes otorgados a Manuel Menéndez desequilibra las condiciones de gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario