Muchos analistas han advertido de que las cajas de ahorro españolas podrían ser las que más sufran cuando los tests de estrés se hagan públicos el viernes, junto con los de otros bancos europeos, dados que están muy expuestas al muy afectado sector inmobiliario.
Aún así, José Antonio Olavarrieta, cuando se le preguntó si habría alguna sorpresa, declaró al diario ABC: "Creo que no, ni en cajas ni en bancos".
No obstante, no descartó que alguna caja tenga que pedir más capital del fondo de restructuración bancario, el FROB, creado para contribuir a un proceso de consolidación entre las 45 cajas, que prevé que queden en torno a una veintena, y reforzar la posición financiera de las más débiles.
Olavarrieta también indicó que esperaba que las pruebas de resistencia mejoren las condiciones en los mercados monetarios, ya que algunas entidades españolas pequeñas se han visto excluidas ante los temores de que España pudiera afrontar una crisis de deuda similar a la de Grecia.
"Si los estrés test son positivos y se restablece la confianza, empezará a haber más crédito al mejorar la liquidez de los mercados", declaró.
En otra entrevista a La Vanguardia, el presidente de la CECA y de La Caixa, Isidro Fainé también dijo que los bancos y las cajas no tendrían problemas con las pruebas de resistencia dados sus números claros, balances transparentes y suficientes garantías hipotecarias en relación con los créditos concedidos.
Pero dijo que el sector aún tenía trabajo por delante en cuanto a reducir costes y hacer más provisiones de capital.
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