MADRID.- Se vende entidad financiera valenciana. Tamaño medio-grande. Ideal para grupos interesados en ganar dimensión en el área de Levante. La propiedad ha sido completamente saneada en los últimos meses. Se ofrecen esquemas para evitar futuras pérdidas, que compensen la alta exposición al ladrillo. Razón: Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Este es el cartel que cuelga de Banco de Valencia (participada por Bankia-BFA) y de Caja Mediterráneo (CAM). En el primer caso, el proceso de saneamiento y venta aún está en su fase inicial, puesto que fue intervenida el lunes por el Banco de España. La caja alicantina, en cambio, afronta los días decisivos para encontrar nuevos propietarios puesto que mañana termina el plazo para que los interesados realicen las ofertas definitivas por la entidad, recuerda 'Cinco Días'.
Aunque ambos grupos comparten muchos rasgos en común: indigestión de inversiones inmobiliarias en la costa levantina, exceso de políticos en su gestión, pequeños inversores o cuotapartícipes con un futuro incierto y una política de expansión demasiado ambiciosa, los expertos consideran que Banco de Valencia es más atractivo para un potencial comprador, que CAM.
El primer factor diferencial es el tamaño. CAM tiene un volumen de activos que ronda los 70.000 millones de euros. Dado que la entidad contaba con unos deficientes niveles de solvencia, el comprador deberá aportar capital para mejorarla. Aunque el Banco de España aceptó reducir los requerimientos de capital (ya que va a poner a disposición del adquirente un esquema de protección contra futuras pérdidas), es más que probable que el banco o caja que acabe quedándose con Caja Mediterráneo tenga que acudir a los mercados a pedir fondos. Una ampliación de capital en medio del descrédito generalizado de España y de su sector financiero.
Banco de Valencia, en cambio, tiene un volumen de activos de 24.000 millones de euros (casi un tercio de CAM) y la mitad de oficinas (431 frente a 868). Esta dimensión, unida al conveniente saneamiento y al preceptivo Esquema de Protección de Activos (EPA) con que el FROB acompaña todas las subastas de entidades financieras, podrían hacerlo atractivo para alguna de las entidades que ahora pujan por CAM, como Banco Sabadell. O incluso para entidades que están en pleno proceso de ganar dimensión, como es el caso de Banco Popular, que recientemente anunció un acuerdo para hacerse con el control de Banco Pastor.
Mejor perfil comercial
El segundo factor diferencial es el perfil comercial de la entidad. "Banco de Valencia, aunque ha invertido mucho en ladrillo, también cuenta con una importantísima cartera de créditos a empresas, lo que será muy bien valorado por las entidades que se planteen su compra, ya que las hipotecas apenas van a crecer en los próximos años", explica el director general de una entidad financiera de tamaño medio. De su cartera de créditos, que asciende a 18.000 millones, 5.000 millones son hipotecas, 3.200 préstamos a promotores y el resto, 9.800 millones, créditos para otros fines, fundamentalmente para empresas.
Un tercer factor es el diferente calendario de vencimientos. Banco de Valencia debe refinanciar un total de 2.500 millones de euros, de los que 1.850 millones vencen entre 2012 y 2013. Mientras tanto, Caja Mediterráneo tiene vencimientos pendientes por más de 16.000 millones de euros. En ambos casos, el FROB ha dispuesto líneas de crédito para que ninguna de las dos entidades intervenidas tenga problemas de liquidez: 3.000 millones para CAM y 2.000 millones para Banco de Valencia.
Una de las incógnitas por despejar en ambos casos es la sanción que tendrán los administradores. Las indemnizaciones millonarias que pactó para sí la alta dirección de CAM y Banco de Valencia han afectado a la reputación de ambas entidades, una situación que tratarán de revertir los administradores del FROB.
Aunque ambos grupos comparten muchos rasgos en común: indigestión de inversiones inmobiliarias en la costa levantina, exceso de políticos en su gestión, pequeños inversores o cuotapartícipes con un futuro incierto y una política de expansión demasiado ambiciosa, los expertos consideran que Banco de Valencia es más atractivo para un potencial comprador, que CAM.
El primer factor diferencial es el tamaño. CAM tiene un volumen de activos que ronda los 70.000 millones de euros. Dado que la entidad contaba con unos deficientes niveles de solvencia, el comprador deberá aportar capital para mejorarla. Aunque el Banco de España aceptó reducir los requerimientos de capital (ya que va a poner a disposición del adquirente un esquema de protección contra futuras pérdidas), es más que probable que el banco o caja que acabe quedándose con Caja Mediterráneo tenga que acudir a los mercados a pedir fondos. Una ampliación de capital en medio del descrédito generalizado de España y de su sector financiero.
Banco de Valencia, en cambio, tiene un volumen de activos de 24.000 millones de euros (casi un tercio de CAM) y la mitad de oficinas (431 frente a 868). Esta dimensión, unida al conveniente saneamiento y al preceptivo Esquema de Protección de Activos (EPA) con que el FROB acompaña todas las subastas de entidades financieras, podrían hacerlo atractivo para alguna de las entidades que ahora pujan por CAM, como Banco Sabadell. O incluso para entidades que están en pleno proceso de ganar dimensión, como es el caso de Banco Popular, que recientemente anunció un acuerdo para hacerse con el control de Banco Pastor.
Mejor perfil comercial
El segundo factor diferencial es el perfil comercial de la entidad. "Banco de Valencia, aunque ha invertido mucho en ladrillo, también cuenta con una importantísima cartera de créditos a empresas, lo que será muy bien valorado por las entidades que se planteen su compra, ya que las hipotecas apenas van a crecer en los próximos años", explica el director general de una entidad financiera de tamaño medio. De su cartera de créditos, que asciende a 18.000 millones, 5.000 millones son hipotecas, 3.200 préstamos a promotores y el resto, 9.800 millones, créditos para otros fines, fundamentalmente para empresas.
Un tercer factor es el diferente calendario de vencimientos. Banco de Valencia debe refinanciar un total de 2.500 millones de euros, de los que 1.850 millones vencen entre 2012 y 2013. Mientras tanto, Caja Mediterráneo tiene vencimientos pendientes por más de 16.000 millones de euros. En ambos casos, el FROB ha dispuesto líneas de crédito para que ninguna de las dos entidades intervenidas tenga problemas de liquidez: 3.000 millones para CAM y 2.000 millones para Banco de Valencia.
Una de las incógnitas por despejar en ambos casos es la sanción que tendrán los administradores. Las indemnizaciones millonarias que pactó para sí la alta dirección de CAM y Banco de Valencia han afectado a la reputación de ambas entidades, una situación que tratarán de revertir los administradores del FROB.
9.800 millones de euros de la cartera crediticia de Banco de Valencia son, fundamentalmente, préstamos a empresas (frente a hipotecas o crédito promotor). Un punto fuerte de cara a la futura subasta de la entidad.
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