MADRID.- Las desaladoras del sureste peninsular han salvado el abastecimiento
de tres millones de personas —en localidades tan turísticas y relevantes
como Torrevieja, La Manga, Murcia y Alicante—. Una avería en el trasvase Tajo-Segura
y la sequía ha llevado a las autoridades del PP a multiplicar por 20 la
producción de agua desalada en las cuatro plantas ya terminadas y a
acelerar las tres que faltan. La ironía es que el PP criticó duramente
estas instalaciones en la oposición, según 'El País'.
El delegado del Gobierno en la Mancomunidad de Canales del Taibilla,
Adolfo Gallardo de Marco, explica que las desaladoras de San Padro del
Pinatar I y II y Alicante I y II funcionan desde julio “al 100%, aunque
con pequeñas incidencias”. El Taibilla, adscrito al Ministerio de Medio Ambiente,
abastece a 77 municipios de Murcia, Alicante y Albacete, que en verano
suman tres millones de habitantes. La producción de agua desalada en
julio fue de 6,5 hectómetros cúbicos y en el mismo mes de 2011 fue de
solo 0,3 hectómetros cúbicos, 21 veces menos. En 2010 funcionaron a
mayor ritmo, pero no tanto como ahora. A la sequía se le ha sumado una
avería en el ramal de la margen izquierda del trasvase Tajo-Segura. Un
hundimiento impide llevar el agua a varias de las potabilizadoras de la
mancomunidad.
Sin las desaladoras,
“probablemente habría habido problemas de suministro; han sido una
buena solución”, explica Gallardo. Un 30% del consumo de la cuenca ya
procede de agua desalada, que llega a la ciudad de Murcia, a 40
kilómetros del litoral. El resto procede del río Taibilla y del
trasvase. El ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete,
señaló como fracaso del plan de desaladoras que, tras una inversión de
1.600 millones de euros, en 2011 solo funcionaron al 16% de su
capacidad. En 2012 esa cifra será mayor, entre otras cosas porque la Comisión Europea
ha exigido a España que funcionen tras aportar la mayor parte del
dinero para su construcción. La desalación ha resultado ser un sistema
de emergencia para afrontar sequías. La desaladora de Alicante I abrió
en 2003 y la de San Pedro estaba a medias cuando el PSOE llegó al
Gobierno. Las otras dos se construyeron en el plan de desalación que
sustituyó al trasvase del Ebro. En 2003, antes de su puesta en marcha,
el Taibilla decretó cortes de agua tras un verano muy seco.
La reparación del túnel del trasvase Tajo-Segura, destrozado a
finales de junio por la acción de una falla, concluirá como pronto en
enero, por lo que la necesidad de las desaladoras continuará. Además, el
Gobierno ha recurrido a pozos de emergencia. Una de las consecuencias
es que el recibo del agua en la zona tendrá que subir, ya que el agua
desalada es mucho más cara que la del trasvase, como señala Gallardo. El
Gobierno ha dado la orden de destinar el líquido de la desalación al
abastecimiento. Ante la delicada situación de la cabecera del Tajo, el
agua del trasvase, que es más barata, irá al regadío.
Manuel Aldeguer, secretario de Agua del PSOE de Alicante y
excomisario de Aguas del Segura, lamenta las pegas que han puesto
Administraciones del PP a las desaladoras, especialmente en la Comunidad Valenciana:
“Si no se repara pronto la avería del trasvase puede haber problemas. Y
la desaladora de Torrevieja, que puede producir 80 hectómetros cúbicos
al año [la mayor de Europa], está sin terminar por las trabas que le
puso el PP”.
El Gobierno de Alberto Fabra
dio los últimos permisos para la desaladora de Torrevieja en noviembre
de 2011, unos pocos días antes de las elecciones generales. Antes,
Esteban González Pons había dicho que las desaladoras eran “nucleares
del mar”. Otras dos desaladoras en Murcia (Águilas y Valdelentisco) no
tienen suficiente conexión eléctrica ni bastantes conducciones para
sacar toda su producción. En otras zonas del litoral, como en Castellón,
las desaladoras se construyeron en previsión de grandes desarrollos
inmobiliarios que nunca llegaron y siguen ociosas.
El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, ya declaró
en el Congreso en mayo que su intención era poner en marcha las
desaladoras: “Sería una irresponsabilidad por parte de este ministerio
no poner en uso las inversiones realizadas en desaladoras, inversiones
que han sido financiadas con fondos propios y cofinanciadas en otra
parte con fondos europeos”.
Ángel Cajigas, director de la patronal de desalación ATTA,
señala que “las desaladoras son un elemento de garantía. Es muy
complicado que funcionen al 100% todo el tiempo, pero en una sequía
cualquier avería hace necesario ponerlas en marcha”. Sobre el alto
precio del agua desalada, matiza: “Es cara, claro. Pero el agua más cara
es la que no hay. ¿Qué estaría dispuesto a pagar al día un ciudadano
por el agua que no sale del grifo? No se pueden criticar las desaladoras
y, luego, cuando falta el agua, usarlas”.
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