Así lo ha confirmado el director del consorcio, Jaime Berenguer, tras analizar los datos de las reservas hídricas del día. "En
octubre del año pasado entramos en lo que se llama prealerta técnica.
Dos meses después, en diciembre, en prealerta y el indicador de hoy nos
hace entrar en alerta técnica", ha señalado Berenguer.
No
obstante, ha afirmado que el agua está garantizada para todo 2024 y ha
descartado que vaya a producirse restricción alguna a lo largo del año. "En
la Marina Baixa hemos hecho grandes inversiones, grandes obras, hemos
planificado muchas infraestructuras, tenemos un sistema complejo y
sobredimensionado, y en el corto plazo podemos aguantar periodos secos
de hasta un año", ha señalado.
El citado consorcio gestiona
aguas procedentes de sistemas subterraneos, superficiales y de aguas
reutilizadas, unos recursos a los que se ha incorporado el agua
desalada. "Desde 1997 estamos interconectados, tenemos tanto
recursos propios como los que puedan venir del exterior para las
necesidades que podamos tener”, ha apuntado.
Aun así,
Berenguer ha abogado por seguir invirtiendo en infraestructuras y
soluciones que no hagan depender a la Marina Baixa solo del agua de la
lluvia. Es decir, sumar a esos aportes los que puedan venir del agua
desalada y, sobre todo, de la reutilización.
Por ello, ha pedido
también reducir los resguardos de los embalses para evitar desembalsar
agua al mar que, posteriormente, pueda ser necesaria en periodos de
sequía.
Los resguardos -la cantidad máxima que se permite
embalsar en un pantano en previsión de que una aportación torrencial
pueda llevar a la presa a un riesgo estructural debido a que el pantano
se vea sobrepasado- son diferentes en cada mes del año.
La
normativa que los delimita tiene ya muchos años y desde el Consorcio de
Aguas de la Marina Baixa reclaman que se actualice en función de las
necesidades actuales.
"No hace mucho, entre marzo y septiembre de
2022, se perdieron casi 92 hectómetros cúbicos (hm3) y vaciamos del
orden de 10 ó 12 hm3 en las presas de Guadalest y Amadorio”, todo ello
para respetar esos límites máximos exigidos por la normativa, según
Berenguer.
"Si hubiésemos podido ahorrar, por ejemplo,
cinco de esos hm3, ahora mismo la Marina Baixa estaría en un régimen de
normalidad. Entonces, hay que buscar soluciones", ha dicho.
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