ELCHE.- El nudo ferroviario que distribuirá la Alta Velocidad entre Madrid y las ciudades de Alicante, Elche y Murcia ya es una realidad tras dos años de intensos trabajos, una plantilla superior a las cien personas, 14,43 kilómetros de plataforma construida y una inversión de 47,8 millones de euros, según cuenta "Información".
Este triángulo de comunicación del AVE se encuentra en un enclave estratégico entre los términos municipales de Novelda y Monforte del Cid, a los pies de la Serreta, donde se proyecta una macrourbanización de 2.500 viviendas con campo de golf y por donde cruza una línea eléctrica de alta tensión procedente de Benejama y con destino a Elche, cuyas torres comienzan a erigirse a 50 metros de altura sobre un paisaje de chalés, monte y viñas.
El trazado de este singular nudo ferroviario, para el que se han tenido que mover cientos de toneladas de roca y tierra, se divide en tres líneas por las que el AVE volará a una velocidad máxima de 350 kilómetros por hora. Una vía de doble de ancho internacional -14 metros de plataforma- para unir la capital de España con la capital de la provincia y una segunda que conectará Madrid, Elche y Murcia.
La bifurcación se completa con un ramal de vía única para el tráfico de Alta Velocidad que discurra entre Murcia, Elche y Alicante. Su origen se localiza en un puesto de banalización previsto en la línea Madrid-Elche, encontrándose el final del mismo en el puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes, -que no de pasajeros-, situado en término de Monforte del Cid, dentro de la línea Madrid-Alicante.
Esta compleja infraestructura ferroviaria se encuentra ubicada muy cerca de la A-31, la antigua carretera nacional reconvertida en autovía Alicante-Madrid, y la ha desarrollado la empresa de ámbito nacional Aldesa Construcciones, que ha contado con la asistencia técnica de la firma asturiana de ingeniería Técnica y Proyectos "Typsa".
Entre los elementos más singulares de la obra destacan cinco viaductos de altura moderada. Dos de ellos, de 779 y 699 metros de longitud proyectados en ligera curva, sortean la vía convencional del ferrocarril Madrid-Alicante y desviarán, por una vía única de 6 metros de ancho, el paso del AVE en dirección Madrid-Elche-Murcia y también en sentido contrario.
A vista de pájaro constituye la imagen más característica del principal lazo de comunicación de la Alta Velocidad en la provincia junto al nudo de La Encina, ahora en proyecto.
Otro de los viaductos, de 505 metros de longitud, se levanta sobre el ramal Alicante-Elche de la vía convencional del tren. En uno de estos pasos elevados destaca la presencia de una solución técnica novedosa.
"En lugar de utilizar la habitual estructura en forma de pérgola -a la que los técnicos denominan con el nombre coloquial de salto del carnero- hemos optado por una estructura tipo pórtico, que es más rápida y más sencilla constructivamente además de ser más limpia técnicamente", explicaba desde la base del viaducto Carlos Javier Martínez, director de obra del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en el tramo Novelda-Monforte.
Otros dos viaductos sobre la carretera Monforte-Agost (CV-825) completan el capítulo de estructuras más significativas de un trazado que, según indica el director de obra, se ha ejecutado en los plazos inicialmente programados y no ha tenido contratiempos ni imprevistos significativos.
Una circunstancia en la que han podido influir los trabajos de planificación técnica previos y la experiencia de la empresa adjudicataria. No en vano la constructora Aldesa ha ejecutado en los últimos años obras emblemáticas en todos los campos de la ingeniería civil. Entre ellas varios trechos del AVE así como de autovías, presas y aeropuertos.
Esta poderosa empresa sobrepasó en el año 2005 la cifra de 1.000 empleados, alcanzando los 504 millones de euros de ingresos en el grupo consolidado, lo que la posiciona en el décimo puesto del Ranking de Construcción Nacional.
Con esta importante actuación acabada y sólo pendiente de ser recepcionada, el Ministerio de Fomento ha conseguido abrir la puerta del AVE de Madrid con destino a Alicante, Elche, la Vega Baja, la Región de Murcia y Almería.
Pero no todo son buenas noticias. En muchas ocasiones el desarrollo de cualquier infraestructura lleva aparejado costes inevitables. Los trabajos para ejecutar la plataforma del Tren de Alta Velocidad entre Monforte del Cid y Aspe, concretamente en la bifurcación hacia Alicante y Murcia, se van a llevar por delante 427.295 metros cuadrados de terrenos dedicados a viñedos en regadío que producen uva de mesa, lo que representa un 71,4% de los 489.982 metros cuadrados de la superficie total que el Ministerio de Fomento tiene previsto expropiar en suelo monfortino.
Una circunstancia que tiene, sin embargo, sus contraprestaciones. Una inversión estatal multimillonaria, la creación de cientos de puestos de trabajo en el sector más castigado por la crisis, la potenciación de la industria ferroviaria y un significativo avance en la vertebración del territorio peninsular y las comunicaciones por tren son aspectos a valorar ante la vieja disyuntiva entre tradición e innovación. Y mientras tanto el AVE sigue avanzando por tierras de Alicante.
Este triángulo de comunicación del AVE se encuentra en un enclave estratégico entre los términos municipales de Novelda y Monforte del Cid, a los pies de la Serreta, donde se proyecta una macrourbanización de 2.500 viviendas con campo de golf y por donde cruza una línea eléctrica de alta tensión procedente de Benejama y con destino a Elche, cuyas torres comienzan a erigirse a 50 metros de altura sobre un paisaje de chalés, monte y viñas.
El trazado de este singular nudo ferroviario, para el que se han tenido que mover cientos de toneladas de roca y tierra, se divide en tres líneas por las que el AVE volará a una velocidad máxima de 350 kilómetros por hora. Una vía de doble de ancho internacional -14 metros de plataforma- para unir la capital de España con la capital de la provincia y una segunda que conectará Madrid, Elche y Murcia.
La bifurcación se completa con un ramal de vía única para el tráfico de Alta Velocidad que discurra entre Murcia, Elche y Alicante. Su origen se localiza en un puesto de banalización previsto en la línea Madrid-Elche, encontrándose el final del mismo en el puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes, -que no de pasajeros-, situado en término de Monforte del Cid, dentro de la línea Madrid-Alicante.
Esta compleja infraestructura ferroviaria se encuentra ubicada muy cerca de la A-31, la antigua carretera nacional reconvertida en autovía Alicante-Madrid, y la ha desarrollado la empresa de ámbito nacional Aldesa Construcciones, que ha contado con la asistencia técnica de la firma asturiana de ingeniería Técnica y Proyectos "Typsa".
Entre los elementos más singulares de la obra destacan cinco viaductos de altura moderada. Dos de ellos, de 779 y 699 metros de longitud proyectados en ligera curva, sortean la vía convencional del ferrocarril Madrid-Alicante y desviarán, por una vía única de 6 metros de ancho, el paso del AVE en dirección Madrid-Elche-Murcia y también en sentido contrario.
A vista de pájaro constituye la imagen más característica del principal lazo de comunicación de la Alta Velocidad en la provincia junto al nudo de La Encina, ahora en proyecto.
Otro de los viaductos, de 505 metros de longitud, se levanta sobre el ramal Alicante-Elche de la vía convencional del tren. En uno de estos pasos elevados destaca la presencia de una solución técnica novedosa.
"En lugar de utilizar la habitual estructura en forma de pérgola -a la que los técnicos denominan con el nombre coloquial de salto del carnero- hemos optado por una estructura tipo pórtico, que es más rápida y más sencilla constructivamente además de ser más limpia técnicamente", explicaba desde la base del viaducto Carlos Javier Martínez, director de obra del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en el tramo Novelda-Monforte.
Otros dos viaductos sobre la carretera Monforte-Agost (CV-825) completan el capítulo de estructuras más significativas de un trazado que, según indica el director de obra, se ha ejecutado en los plazos inicialmente programados y no ha tenido contratiempos ni imprevistos significativos.
Una circunstancia en la que han podido influir los trabajos de planificación técnica previos y la experiencia de la empresa adjudicataria. No en vano la constructora Aldesa ha ejecutado en los últimos años obras emblemáticas en todos los campos de la ingeniería civil. Entre ellas varios trechos del AVE así como de autovías, presas y aeropuertos.
Esta poderosa empresa sobrepasó en el año 2005 la cifra de 1.000 empleados, alcanzando los 504 millones de euros de ingresos en el grupo consolidado, lo que la posiciona en el décimo puesto del Ranking de Construcción Nacional.
Con esta importante actuación acabada y sólo pendiente de ser recepcionada, el Ministerio de Fomento ha conseguido abrir la puerta del AVE de Madrid con destino a Alicante, Elche, la Vega Baja, la Región de Murcia y Almería.
Pero no todo son buenas noticias. En muchas ocasiones el desarrollo de cualquier infraestructura lleva aparejado costes inevitables. Los trabajos para ejecutar la plataforma del Tren de Alta Velocidad entre Monforte del Cid y Aspe, concretamente en la bifurcación hacia Alicante y Murcia, se van a llevar por delante 427.295 metros cuadrados de terrenos dedicados a viñedos en regadío que producen uva de mesa, lo que representa un 71,4% de los 489.982 metros cuadrados de la superficie total que el Ministerio de Fomento tiene previsto expropiar en suelo monfortino.
Una circunstancia que tiene, sin embargo, sus contraprestaciones. Una inversión estatal multimillonaria, la creación de cientos de puestos de trabajo en el sector más castigado por la crisis, la potenciación de la industria ferroviaria y un significativo avance en la vertebración del territorio peninsular y las comunicaciones por tren son aspectos a valorar ante la vieja disyuntiva entre tradición e innovación. Y mientras tanto el AVE sigue avanzando por tierras de Alicante.
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