El actual vértice de la CAM por obra y gracia del moribundo presidente Camps, un tal Modesto Crespo, vendedor de coches 'Ford' en Elche, debería mañana lunes dimitir y dejar paso a cualquiera de los tres vicepresidentes -preferiblemente Armando Sala, el de Alicante- por no haber defendido los intereses generales de los impositores, especialmente de Alicante y Murcia, para anteponer los suyos propios encaramándose en la presidencia de un SIP gobernado desde Cajasturias por un duodenato, aún a costa de agravar más la orfandad financiera de la Comunidad Valenciana.
El responsable histórico del desastre, creo entender que es el tal Roberto López, todavía director general de la CAM, amortizado al haber perdido toda credibilidad como gestor, y artífice de lo que tiene todas las trazas de ser ya una entidad virtualmente en quiebra a tenor de la intransigencia de un Banco de España, que hasta hace muy poco no nos había dicho la verdad de esta situación, enmascarada hasta para el consejo de administración, y que desde luego no ha cumplido en su momento estrictamente con su papel supervisor para evitar semejante devenida situación.
De ahí que el sometimiento a los astures o la intervención para posterior venta sean las únicas soluciones hoy a la vista tras la pregunta aún sin respuesta de ¿Quién ha vaciado la CAM? La Fiscalía tiene la palabra y el deber de actuar hasta de oficio por este cantado y no evitado saqueo.
La Comunidad Valenciana y, en parte, la Región de Murcia se quedan así sin palanca financiera propia para sus objetivos estratégicos de desarrollo regional en un momento histórico y fatídico, donde Bruselas urge a la desaparición de nuestro modelo propio de cajas de ahorro. Y especialmente de la CAM por tener, según parece, el mayor agujero del sistema financiero español, dificilmente digerible hasta con una incorporación al SIP de Caja Madrid-Bancaja.
Por eso el Banco de España está dispuesto a intervenir la CAM a partir del próximo 28 de julio aún a costa de sacrificar al 60% de su actual plantilla, se mire por donde se mire. Y ya no queda tiempo para poder esbozar una tercera vía socialmente aceptable. Los sindicatos apenas van a poder hacer nada sea cual sea la fórmula de salida. "¿Cómo se dejó comprar un banco en Ecuador y otro en Méjico a una caja en práctica situación de insolvencia?", se pregunta en voz alta este consejero por el PP de Alicante, que censura también al Banco de España.
En razonamiento de uno de los más emblemáticos consejeros de la CAM, el Banco de España no hizo los deberes en su momento y ahora quiere imponer una salida que perjudica a Alicante y Murcia al perder el control sobre una herramienta fundamental para su sociedad y sus empresas. Pero hasta Cajasturias prefiere ahora que la CAM diga que no a continuar en el SIP pese a las fuertes presiones y, hasta amenazas no veladas, del Banco de España. El 'mihura' le asusta al vaquero-banquero.
La muy reciente reforma de la LORCA contempla ayudas individuales a entidades de ahorro en apuros. Entonces por qué se empuja a la CAM a una fusión desigual e injusta a favor de Cajasturias en vez de respetar a sus órganos soberanos y buscar una situación a su medida por muy negro que pueda parecer su agujero. Y dónde está la CECA y a qué juega en este pulso. La bancada murciano-alicantina está firme aunque algo desmoralizada ante la desesperanza que la embarga.
Si tan mal anda la CAM por qué en cinco ocasiones otros han venido a por ella apoyados desde el Banco de España: Bancaja, Cajamurcia, BBK, Caja Madrid y Cajasturias. Qué se llevan entre manos el supervisor y sus niños mimados Carlos Egea (el del otro SIP imposible) y Manuel Menéndez, tal para cual. Algo huele a mafia de altura en todo ésto y a presuntos delincuentes de cuello blanco. Veo demasiada gente nada espontánea para alzarse con el santo y la limosna.
Pero aquellos son instrumentos complacientes para la creación de una nueva banca española semipública a través de estas mal llamadas fusiones frías, que exigen los plenos poderes de unos para un señor de la confianza total del Banco de España, como estos dos: al asturiano lo mandaron primero (con éxito) a comprar CCM y al murciano después (con fracaso) a intentarlo con Caja Sur. Ahora vamos a ver las segundas partes si salen como pensaban arriba.
La teórica gestión exitosa de Cajasturias no tiene nada que ver con la que necesita la CAM, calcetín aparte, de riesgo puro y duro. El señor Menéndez poco o nada debe saber como cántabro-astur de la dinámica financiera mediterránea. Como la presuntamente fracasada de una Cajamurcia castellana es diametralmente opuesta al estilo desarrollado por Sa Nostra o Caixa Penedés en la antigua Corona de Aragón. Los 'niños' son menos diestros de lo que dicen.
En ambos casos, aceite y agua. Y por eso la CAM no se entendió con Egea y ahora no se entiende con Menéndez aunque ambos sean perros de presa del gobernador Ordóñez para doblegar los legítimos intereses locales en cada caso, al margen del fracaso de los gestores impuestos por políticos de paso en todo tiempo.
Para bien o para mal, la gran caja del sureste, construida pacientemente por el viejo falangista cartagenero Oliver Narbona, está a punto de desamortización a manos de un habitual veraneante en Santa Pola que, en este caso, ojo, toca de oído pero es muy amigo de sus amigos.
El responsable histórico del desastre, creo entender que es el tal Roberto López, todavía director general de la CAM, amortizado al haber perdido toda credibilidad como gestor, y artífice de lo que tiene todas las trazas de ser ya una entidad virtualmente en quiebra a tenor de la intransigencia de un Banco de España, que hasta hace muy poco no nos había dicho la verdad de esta situación, enmascarada hasta para el consejo de administración, y que desde luego no ha cumplido en su momento estrictamente con su papel supervisor para evitar semejante devenida situación.
De ahí que el sometimiento a los astures o la intervención para posterior venta sean las únicas soluciones hoy a la vista tras la pregunta aún sin respuesta de ¿Quién ha vaciado la CAM? La Fiscalía tiene la palabra y el deber de actuar hasta de oficio por este cantado y no evitado saqueo.
La Comunidad Valenciana y, en parte, la Región de Murcia se quedan así sin palanca financiera propia para sus objetivos estratégicos de desarrollo regional en un momento histórico y fatídico, donde Bruselas urge a la desaparición de nuestro modelo propio de cajas de ahorro. Y especialmente de la CAM por tener, según parece, el mayor agujero del sistema financiero español, dificilmente digerible hasta con una incorporación al SIP de Caja Madrid-Bancaja.
Por eso el Banco de España está dispuesto a intervenir la CAM a partir del próximo 28 de julio aún a costa de sacrificar al 60% de su actual plantilla, se mire por donde se mire. Y ya no queda tiempo para poder esbozar una tercera vía socialmente aceptable. Los sindicatos apenas van a poder hacer nada sea cual sea la fórmula de salida. "¿Cómo se dejó comprar un banco en Ecuador y otro en Méjico a una caja en práctica situación de insolvencia?", se pregunta en voz alta este consejero por el PP de Alicante, que censura también al Banco de España.
En razonamiento de uno de los más emblemáticos consejeros de la CAM, el Banco de España no hizo los deberes en su momento y ahora quiere imponer una salida que perjudica a Alicante y Murcia al perder el control sobre una herramienta fundamental para su sociedad y sus empresas. Pero hasta Cajasturias prefiere ahora que la CAM diga que no a continuar en el SIP pese a las fuertes presiones y, hasta amenazas no veladas, del Banco de España. El 'mihura' le asusta al vaquero-banquero.
La muy reciente reforma de la LORCA contempla ayudas individuales a entidades de ahorro en apuros. Entonces por qué se empuja a la CAM a una fusión desigual e injusta a favor de Cajasturias en vez de respetar a sus órganos soberanos y buscar una situación a su medida por muy negro que pueda parecer su agujero. Y dónde está la CECA y a qué juega en este pulso. La bancada murciano-alicantina está firme aunque algo desmoralizada ante la desesperanza que la embarga.
Si tan mal anda la CAM por qué en cinco ocasiones otros han venido a por ella apoyados desde el Banco de España: Bancaja, Cajamurcia, BBK, Caja Madrid y Cajasturias. Qué se llevan entre manos el supervisor y sus niños mimados Carlos Egea (el del otro SIP imposible) y Manuel Menéndez, tal para cual. Algo huele a mafia de altura en todo ésto y a presuntos delincuentes de cuello blanco. Veo demasiada gente nada espontánea para alzarse con el santo y la limosna.
Pero aquellos son instrumentos complacientes para la creación de una nueva banca española semipública a través de estas mal llamadas fusiones frías, que exigen los plenos poderes de unos para un señor de la confianza total del Banco de España, como estos dos: al asturiano lo mandaron primero (con éxito) a comprar CCM y al murciano después (con fracaso) a intentarlo con Caja Sur. Ahora vamos a ver las segundas partes si salen como pensaban arriba.
La teórica gestión exitosa de Cajasturias no tiene nada que ver con la que necesita la CAM, calcetín aparte, de riesgo puro y duro. El señor Menéndez poco o nada debe saber como cántabro-astur de la dinámica financiera mediterránea. Como la presuntamente fracasada de una Cajamurcia castellana es diametralmente opuesta al estilo desarrollado por Sa Nostra o Caixa Penedés en la antigua Corona de Aragón. Los 'niños' son menos diestros de lo que dicen.
En ambos casos, aceite y agua. Y por eso la CAM no se entendió con Egea y ahora no se entiende con Menéndez aunque ambos sean perros de presa del gobernador Ordóñez para doblegar los legítimos intereses locales en cada caso, al margen del fracaso de los gestores impuestos por políticos de paso en todo tiempo.
Para bien o para mal, la gran caja del sureste, construida pacientemente por el viejo falangista cartagenero Oliver Narbona, está a punto de desamortización a manos de un habitual veraneante en Santa Pola que, en este caso, ojo, toca de oído pero es muy amigo de sus amigos.
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