VALENCIA.- La cotización del Banco de Valencia (participada en un 52,4% por el banco que hace meses crearon Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas regionales) sigue suspendida por “concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones” sobre el valor, que aún no han sido aclaradas, aunque los medios ya comienzan a especular sobre la raíz de esta paralización.
La entidad cuenta con un 'core capital' del 7,36%, según los datos publicados en junio, es decir, por debajo del 8% que exige el supervisor, pero más lejos aún del 9% que reclama ahora la Autoridad Bancaria Europea a las grandes entidades. Además, la crisis del ladrillo ha disparado su morosidad muy por encima del sector, hasta el 7%. Y a 30 de junio, Banco de Valencia tenía una cobertura de créditos dudosos del 74%. También tiene una exposición al ladrillo de 3.187 millones, de los que 521 son morosos.
A final de octubre, José Luis Olivas (Bancaja) dimitió por sorpresa como presidente de Banco de Valencia a espaldas de Rodrigo Rato (Caja Madrid), según fuentes cercanas a la entidad de la que el primero es vicepresidente y el segundo presidente.
Según El Mundo, la entidad podría tener un agujero de 600 millones de euros, por lo que el Banco de España (BdE), al tanto de la situación, le habría solicitado un plan de recapitalización y de saneamiento antes de que acabe el año.
En este sentido, El País señala que su principal accionista, Banco Financiero y de Ahorros (BFA) (matriz de Bankia), sopesaría la posibilidad de dejar Banco de Valencia en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), según fuentes cercanas a la operación.
La CNMV ha decidido hoy suspender cautelarmente, con efectos inmediatos, la negociación de Banco de Valencia por “concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones” sobre el valor.
A mediados del mes de mayo se hablaba de que la entidad habría despertado el interés de varias entidades españolas y extranjeras debido a la reestructuración que efectuaba Bankia, que cuenta con una participación del 38% en el banco, con motivo de su salida a Bolsa.
No obstante, en aquel momento fuentes oficiales de la entidad presidida por Rodrigo Rato señalaban que Banco de Valencia no estaba en venta e insistían en que no había ninguna oferta sobre la mesa.
Fuentes de Bankia insisten ahora que “Banco de Valencia es una entidad participada, pero independiente de Banco Financiero y de Ahorros (BFA)”, el holding que controla el paquete mayoritario en Bankia y que está participado por las cajas. “No nos pronunciamos si está en venta, se trata de una inversión puramente financiera, Bankia no tiene funciones ejecutivas y no participa en su gestión”.
Las cuentas del primer semestre de Banco de Valencia ya mostraban un profundo deterioro del negocio por el estrechamiento de los márgenes y el aumento de la morosidad, situada en el 6,99%. Su core capital era del 7,3%, muy por debajo de sus comparables, con una caída del 17% en el margen de intereses y del 86,7% en el beneficio. Los ingresos antes de impuestos fueron negativos en 9,09 millones, según datos recabados en Bloomberg.
La salida de Olivas deja a Aurelio Izquierdo, ex director general de Bancaja y ex director general de Negocios de Bankia hasta la llegada de Francisco Verdú, como principal responsable del reflote de Banco de Valencia desde su puesto de presidente ejecutivo. Su elección del 11 de octubre como consejero delegado fue vista en el mercado como un “destierro pero con patada para arriba” a la espera de que Bankia venda el banco.
El autodenominado “primer banco de la nueva banca” tiene un 39% de Banco de Valencia, con un valor de mercado de 167 millones de euros. Bankia responde que la participación es menor, ya que el 39% es una tenencia indirecta a través de Bancaja Inversiones S.A. (Bisa), participada a su vez en un 70% por BFA, en un 22% por Guggenheim Capital y un 8% por Deutsche Bank. “De forma directa es del 29%, hay más riesgo en otras participaciones”.
Banco de Valencia acumula una caída en Bolsa del 73,4% en 2011 hasta los 0,87 euros, lo que le da una capitalización de 426 millones. Todo apunta a que en su vuelta al parqué profundizará las pérdidas. El recorrido de la acción en el año ha sido errático, ya que al calor de la oferta de Popular por Pastor se anotó un alza del 65% en pocas sesiones. Desde su máximo en 1,2 euros (17 de octubre) ha perdido un 28%.
“Creo que Banco de Valencia es uno de los candidatos a tener más que problemas, yo no me metería en ese barrizal”, advertía un broker nacional el pasado 14 de octubre a raíz de la fuerte subida en Bolsa. La exposición al promotor de esta entidad es de 3.188 millones, el 17,6% del total de créditos, con mora del 32%. A esto se unen 827 millones de euros en inmuebles y suelo adjudicados con cobertura del 22,3% y un colchón de genérica reducido a su mínima expresión (25 millones).
La joya de la corona es su cartera de depósitos, más de 13.000 millones de euros, inferior a la inversión de más de 18.000 millones en créditos aunque muy valioso en los tiempos que corren. La entidad cuenta con 2.223 empleados y 431 oficinas. En comparación, Banco Pastor tiene 600 sucursales, 4.000 trabajadores y una cartera de depósitos y créditos de 16.000 y 23.000 millones, respectivamente.
Postura de la Generalitat valenciana
El conseller de Economía, Industria y Comercio, Enrique Verdeguer, ha manifestado que "se contemplan diversas salidas" para "tratar de dar estabilidad" a Banco de Valencia "por el bien de los depositantes, inversores e impositores", entre las que figura la entrada en su accionariado del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Además, ha asegurado que está "en permanente contacto tanto con Bankia como con el Banco de España para tratar de dar una solución lo más apropiada posible" y que "la situación se tranquilice, se calme y se vean las posibilidades, ya sea vía FROB o mediante la incorporación de alguna otra entidad privada".
En cuanto a los motivos de esa suspensión, ha preferido "no tener que entrar en detalles" por ser "una cosa muy reciente, muy inminente y que, por lo tanto, todavía se están analizando las posibles soluciones que se va a dar a esta situación de Banco de Valencia".
"Es una cosa muy reciente y cualquier información al respecto puede generar un ruido indeseado", ha dicho.
Preguntado por si una de las salidas que estudian es la intervención de la entidad, ha replicado: "Se contemplan diversas salidas, tanto por parte del Banco de España como evidentemente de Bankia, y se están analizando todas ellas para tratar de dar estabilidad a la institución por el bien de los depositantes, inversores e impositores", entre otros.
En cualquier caso, Verdeguer ha recalcado que el objetivo del Consell es contar con "una entidad que sea capaz de suministrar y proveer de liquidez y de financiación" al tejido empresarial y a la sociedad de la Comunitat Valenciana.
BFA, dada su condición de accionista de referencia con un 39% del Banco de Valencia, será el primer responsable de aportar el capital que necesita la entidad, según publica El País. Para ello, o bien puede emplear sus recursos propios u optar por vender alguna de sus participaciones industriales.
La entidad cuenta con un 'core capital' del 7,36%, según los datos publicados en junio, es decir, por debajo del 8% que exige el supervisor, pero más lejos aún del 9% que reclama ahora la Autoridad Bancaria Europea a las grandes entidades. Además, la crisis del ladrillo ha disparado su morosidad muy por encima del sector, hasta el 7%. Y a 30 de junio, Banco de Valencia tenía una cobertura de créditos dudosos del 74%. También tiene una exposición al ladrillo de 3.187 millones, de los que 521 son morosos.
A final de octubre, José Luis Olivas (Bancaja) dimitió por sorpresa como presidente de Banco de Valencia a espaldas de Rodrigo Rato (Caja Madrid), según fuentes cercanas a la entidad de la que el primero es vicepresidente y el segundo presidente.
Según El Mundo, la entidad podría tener un agujero de 600 millones de euros, por lo que el Banco de España (BdE), al tanto de la situación, le habría solicitado un plan de recapitalización y de saneamiento antes de que acabe el año.
En este sentido, El País señala que su principal accionista, Banco Financiero y de Ahorros (BFA) (matriz de Bankia), sopesaría la posibilidad de dejar Banco de Valencia en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), según fuentes cercanas a la operación.
La CNMV ha decidido hoy suspender cautelarmente, con efectos inmediatos, la negociación de Banco de Valencia por “concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones” sobre el valor.
A mediados del mes de mayo se hablaba de que la entidad habría despertado el interés de varias entidades españolas y extranjeras debido a la reestructuración que efectuaba Bankia, que cuenta con una participación del 38% en el banco, con motivo de su salida a Bolsa.
No obstante, en aquel momento fuentes oficiales de la entidad presidida por Rodrigo Rato señalaban que Banco de Valencia no estaba en venta e insistían en que no había ninguna oferta sobre la mesa.
Fuentes de Bankia insisten ahora que “Banco de Valencia es una entidad participada, pero independiente de Banco Financiero y de Ahorros (BFA)”, el holding que controla el paquete mayoritario en Bankia y que está participado por las cajas. “No nos pronunciamos si está en venta, se trata de una inversión puramente financiera, Bankia no tiene funciones ejecutivas y no participa en su gestión”.
Las cuentas del primer semestre de Banco de Valencia ya mostraban un profundo deterioro del negocio por el estrechamiento de los márgenes y el aumento de la morosidad, situada en el 6,99%. Su core capital era del 7,3%, muy por debajo de sus comparables, con una caída del 17% en el margen de intereses y del 86,7% en el beneficio. Los ingresos antes de impuestos fueron negativos en 9,09 millones, según datos recabados en Bloomberg.
La salida de Olivas deja a Aurelio Izquierdo, ex director general de Bancaja y ex director general de Negocios de Bankia hasta la llegada de Francisco Verdú, como principal responsable del reflote de Banco de Valencia desde su puesto de presidente ejecutivo. Su elección del 11 de octubre como consejero delegado fue vista en el mercado como un “destierro pero con patada para arriba” a la espera de que Bankia venda el banco.
El autodenominado “primer banco de la nueva banca” tiene un 39% de Banco de Valencia, con un valor de mercado de 167 millones de euros. Bankia responde que la participación es menor, ya que el 39% es una tenencia indirecta a través de Bancaja Inversiones S.A. (Bisa), participada a su vez en un 70% por BFA, en un 22% por Guggenheim Capital y un 8% por Deutsche Bank. “De forma directa es del 29%, hay más riesgo en otras participaciones”.
Banco de Valencia acumula una caída en Bolsa del 73,4% en 2011 hasta los 0,87 euros, lo que le da una capitalización de 426 millones. Todo apunta a que en su vuelta al parqué profundizará las pérdidas. El recorrido de la acción en el año ha sido errático, ya que al calor de la oferta de Popular por Pastor se anotó un alza del 65% en pocas sesiones. Desde su máximo en 1,2 euros (17 de octubre) ha perdido un 28%.
“Creo que Banco de Valencia es uno de los candidatos a tener más que problemas, yo no me metería en ese barrizal”, advertía un broker nacional el pasado 14 de octubre a raíz de la fuerte subida en Bolsa. La exposición al promotor de esta entidad es de 3.188 millones, el 17,6% del total de créditos, con mora del 32%. A esto se unen 827 millones de euros en inmuebles y suelo adjudicados con cobertura del 22,3% y un colchón de genérica reducido a su mínima expresión (25 millones).
La joya de la corona es su cartera de depósitos, más de 13.000 millones de euros, inferior a la inversión de más de 18.000 millones en créditos aunque muy valioso en los tiempos que corren. La entidad cuenta con 2.223 empleados y 431 oficinas. En comparación, Banco Pastor tiene 600 sucursales, 4.000 trabajadores y una cartera de depósitos y créditos de 16.000 y 23.000 millones, respectivamente.
Postura de la Generalitat valenciana
El conseller de Economía, Industria y Comercio, Enrique Verdeguer, ha manifestado que "se contemplan diversas salidas" para "tratar de dar estabilidad" a Banco de Valencia "por el bien de los depositantes, inversores e impositores", entre las que figura la entrada en su accionariado del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Además, ha asegurado que está "en permanente contacto tanto con Bankia como con el Banco de España para tratar de dar una solución lo más apropiada posible" y que "la situación se tranquilice, se calme y se vean las posibilidades, ya sea vía FROB o mediante la incorporación de alguna otra entidad privada".
En cuanto a los motivos de esa suspensión, ha preferido "no tener que entrar en detalles" por ser "una cosa muy reciente, muy inminente y que, por lo tanto, todavía se están analizando las posibles soluciones que se va a dar a esta situación de Banco de Valencia".
"Es una cosa muy reciente y cualquier información al respecto puede generar un ruido indeseado", ha dicho.
Preguntado por si una de las salidas que estudian es la intervención de la entidad, ha replicado: "Se contemplan diversas salidas, tanto por parte del Banco de España como evidentemente de Bankia, y se están analizando todas ellas para tratar de dar estabilidad a la institución por el bien de los depositantes, inversores e impositores", entre otros.
En cualquier caso, Verdeguer ha recalcado que el objetivo del Consell es contar con "una entidad que sea capaz de suministrar y proveer de liquidez y de financiación" al tejido empresarial y a la sociedad de la Comunitat Valenciana.
BFA, dada su condición de accionista de referencia con un 39% del Banco de Valencia, será el primer responsable de aportar el capital que necesita la entidad, según publica El País. Para ello, o bien puede emplear sus recursos propios u optar por vender alguna de sus participaciones industriales.
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