domingo, 18 de marzo de 2007

Zapatero desenmascara la estrategia de escalada y tensión permanente que aquí y ahora practica el PP


ZARAGOZA.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha recordado que mientras en España crece la economía, el empleo, los derechos sociales o la igualdad, "más crecen, lamentablemente, los insultos y mentiras del PP", y asegura que "no cuela" que tape los éxitos del Ejecutivo con falsedades.

En su intervención en un mitin para arropar a los candidatos del PSOE en Aragón a las elecciones municipales y autonómicas, celebrado en Zaragoza, Zapatero no ha hecho referencia expresa alguna a la manifestación celebrada en Pamplona, convocada por el gobierno navarro y respaldada por la dirección del PP.

Sin embargo, ha apuntado que "ahora el PP ha cogido esta vocación -que está bien, a mí no me disgusta- de reivindicar cosas todos los días", y se ha preguntado cuándo estuvo en la calle reivindicando otras cosas como, por ejemplo, la igualdad de hombres y mujeres.

Tras resaltar la buena evolución económica de España y los nuevos derechos sociales adquiridos gracias a su Ejecutivo, Zapatero acusó al PP de querer "callar y tapar" la buena marcha del país. "Pero ¿sabéis una cosa? no cuela, porque los ciudadanos de este país saben cómo van las cosas".

"España crece económicamente, crece en empleo, crecen los derechos sociales, crece la igualdad entre hombres y mujeres, y cuantas más cosas positivas crecen, más crecen los insultos y las mentiras del PP", proclamó el presidente del Gobierno durante un mitin en el Pabellón Príncipe Felipe, de Zaragoza. Según Zapatero, los ciudadanos asisten "atónitos" a la estrategia del PP, que "cuantos más éxitos económicos, de empleo, sociales, de igualdad", cuanto más aparece España "como una fuerza de paz en el mundo", más malhumorados están.

"Esto es lo que ven los ciudadanos todos los días, y no cuela", sentenció. "Ahora que el PP ha cogido esta vocación de reivindicar cosas todos los días", algo que a Zapatero no le "disgusta, sino todo lo contrario", cuándo estuvo el PP "en la calle" reivindicando la igualdad entre hombres y mujeres, se preguntó el jefe del Ejecutivo. "Cuántas decenas de años con pensamientos y gobiernos conservadores", añadió.

"Pero ya sabéis lo que le pasa a la derecha de este país, que unas veces miente y otras calla", continuó, "miente con la guerra de Irak y ahora calla y se abstiene ante la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres". "Y algunas otras veces, primero miente y luego se calla", afirmó, poniendo como ejemplo "la tragedia del 11-M", asunto sobre el que el PP "primero mintió a los españoles y ahora no tiene más remedio que estar callado, cuando estamos viendo lo que estamos viendo en el juicio".

En esta línea, Zapatero no dudó en vaticinar un crecimiento del PSOE en las próximas elecciones generales, tras las cuales, los populares "van a tener tiempo para descansar y para cambiar".

"Mientras tanto vamos a mantener el buen tono, haciendo un esfuerzo cotidiano de convivencia, de pedagogía democrática, sabiendo que no van a parar esta excitación que tienen, hasta las próximas elecciones generales", afirmó, animando al auditorio a "estar preparados para todo y tomárselo con sentido del humor", que es lo que él va hacer, aseguró.

Además, aunque sin dejar de referirse al PP, Zapatero enumeró las mejoras impulsadas por su Gobierno, como la ley de la autonomía personal y para la dependencia, "que va a cambiar la vida a muchas familias" y que "va a ser un gran esfuerzo financiero", la ley de Igualdad, y la ley "que reconoció el matrimonio a las personas independientemente de su orientación sexual". En relación con esta última, preguntó a su auditorio si recordaban "que se rompía la familia" y ahora "mirad la salud que tiene", subrayó.

"Hace un año se rompía España cuando reformábamos los Estatutos de Autonomía y resulta que el 2006 ha sido el mejor año en que ha ido la economía", proclamó, señalando que "algunos sólo hablan de España, España, España", mientras que el Gobierno va a trabajar "no sólo acordándonos de España" sino también "de los españoles y españolas, de sus vidas, problemas, necesidades, derechos, libertades, educación y becas" porque "vamos a trabajar con honestidad y haciendo que la democracia sea más fuerte, más viva".

Como ejemplo, señaló, "hemos cambiando la televisión pública, que ahora es de todos, y ya no la maneja el gobierno como pasaba antes", cuando "las manifestaciones no salían; ahora salen todas las que hagan, como tiene que ser en una televisión publica al servicio de todos", declaró. Por último, Rodríguez Zapatero se comprometió a trabajar "porque nuestro país sea reconocido en el mundo como un país que está a la cabeza en la lucha contra la pobreza y el hambre", que sea reconocido "por tener la bandera de la paz y del diálogo" y por su apuesta por una energía "renovable, limpia y cada vez menos contaminante" y "reduciendo progresivamente la energía nuclear".

El presidente ha dedicado gran parte de su intervención a la Ley de Igualdad aprobada el pasado jueves en el Congreso con la abstención del PP, una norma que "supone que, de manera definitiva, la historia política y económica de España la van a escribir hombres y mujeres a partes iguales".

Por eso, se ha preguntado qué tiene de malo que vaya a haber paridad en las listas electorales o que se estimule el aumento de mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas.- (Agencias)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con Adolfo Suárez en la memoria

En el centrismo político activo se sitúa la mayoría de nuestro país

Cuando la niebla de la desmemoria, quizá definitiva, parece ser la realidad en la que está el ex presidente del Gobierno de España, Adolfo Suárez, creo oportuno escribir algunas letras a favor de su memoria, que es la de todos los españoles que recordamos la transición política y que seguimos creyendo, lo mismo que lo hiciera Adolfo Suárez, en el centro político, la moderación y la sensatez , como los baluartes, junto al consenso, más importantes que el presidente Suárez dejó a los españoles todos. Y eso es lo primero que quiero destacar: todos. Pues la obra ingente de Suárez, junto con el pueblo español, Su Majestad El Rey, los partidos políticos de la oposición democrática (muy especialmente el Partido Comunista de Santiago Carrillo), etc. fue la de instaurar en nuestro país un régimen de libertades sustentado en el respeto a la ley como expresión de la voluntad mayoritaria del pueblo español. Un régimen político en el que, como recoge la Constitución del 78, la soberanía reside en el pueblo español; un régimen político que supo sustentarse en un conjunto de pactos y acuerdos que hicieron posible la arquitectónica constitucional y que han posibilitado veinticinco años de concordia y convivencia civil entre los españoles basados en el ejercicio de la democracia parlamentaria.

Suárez, necesario hoy
Hoy, cuando se observan signos inquietantes de vuelta al pasado en tantas y tantas cosas, actitudes claramente involucionistas en algunos sectores de la sociedad española, ausencia de consenso y acuerdo en algunas de las principales cuestiones que afectan a la concepción de la nación y el Estado, la imagen de Suárez (que fuera ferozmente criticado y denostado durante sus gobiernos y olvidado durante muchos años posteriores) recupera su grandeza y su valor de símbolo que encarna, con su sólo nombre, la convivencia civil y la concordia políticas. Este es hoy el reto, preservarlas, de todos los que hoy nos sentimos políticos y ciudadanos de centro. Gentes que creemos en el diálogo permanente; gentes que anhelamos, antes que la bronca continua como manual de guerra de guerrillas, los gestos conciliadores; gentes que valoramos la clara y educada exposición de las ideas propias; gentes que trabajamos por los acuerdos que hacen mejores la vida diaria de los españoles, que son todos, el pueblo español en su conjunto, el que merece nuestro mayor respeto y nuestra mayor preocupación.

Toda una obra
Conozco muchos amigos así y compañeros de partido; muchos compañeros del mundo intelectual, de la ciencia, de las letras, del cine, del teatro, de las bellas artes etc..; gentes que ansían un tono político moderado; unas ideas convincentes y que recuerdan, porque ya todos vamos teniendo años, lo mejor de Adolfo Suárez y quieren de ese modo honrar la memoria de quien ya no la tiene: recordando lo mejor y más permanente de su legado y su gestión, también de su ejemplo en la sociedad española: esas ganas de construir una democracia en España; ese empuje para hacerlo posible; esa forma fina de conducirse en la vida y en la política; esa educación exquisita con propios (que se encargaron en buena medida de destruir lo mejor de aquella opción política que fuera UCD), y los ajenos, los otros, la oposición, a los que jamás Suárez consideró enemigos, sino leales adversarios, aunque arremetiesen contra él con mociones de censura en el Parlamento. Ese espíritu y talante de Suárez es hoy lo más necesario que tenemos entre todos la obligación de recuperar en la política española; el aroma del centro político; el sutil privilegio de las zonas de encuentro, de no exclusión, de no ruptura de los grandes equilibrios constitucionales que permitieron la transición política.

Nuevas generaciones
Yo trato de explicarle estas cosas a mi hijo, Joaquín Gabriel, nacido en el 89, y que es miembro felizmente de una generación entera de la democracia. Esa generación, la suya, votará, por vez primera, en 2008. Y hemos de hacerles atractiva la democracia, y que sientan su responsabilidad porque, al demandársela, se la reconocemos y valoramos.

Ampliar el centro
Los jóvenes son lo mejor que tenemos, y son nuestro futuro como país. No podemos ofrecerles una España mediocre, guerracivilista, obsoleta, cuarteada y empecinada en hacerse la vida imposible unos españoles a otros. Todos los problemas políticos son graves, todos. Cualquier época los ha tenido, y ha habido momentos históricos muy complejos y difíciles en los que los españoles, y los políticos (un recuerdo desde aquí a mis amigos Fernando Abril Martorell, tristemente desaparecido, y Alfonso Guerra) han estado a la altura que requerían las circunstancias particulares del momento histórico. Este es uno de ellos; hay que trabajar por ampliar el centro político en España; por hacerlo visible para una mayoría de españoles. Es en el centro, y en el centrismo político activo, donde se sitúa la mayoría electoral y real de nuestro país desde la transición a la democracia. Bien sea ese centro, derecha o izquierda. Donde nunca estará la mayoría de los españoles es en el extremo de ningún sitio.

En el recuerdo
Por ello, y por quien fue un artífice esencial de nuestros actuales equilibrios constitucionales, he querido en este artículo tributar recuerdo y homenaje a un gran presidente del Gobierno de España, a favor de su memoria y recuerdo sí, pero también de su talante, visión y sentido personal, cívico y político.

JOAQUÍN CALOMARDE (Diputado por el PP al Congreso por Valencia)

www.elplural.com