Es muy posible que el sinuoso y paciente Llorens termine siendo el mayor dentro de la nueva legislatura a punto de comenzar. Sonia sigue a la deriva y absolutamente en manos de quienes dicen saber de lo que no saben. El pulso a Luis XIV no ha terminado de salirle bien, y creerse la reina de Saba, olvidando dónde está y por quien, me parece suicida.
Pronto olvidó el cariño que le profesaba su paisano don Enrique a raíz de su orfandad y su acceso privilegiado a la gaceta local por el buen trato inmobiliario dado por éste en su día al gran capataz manchego cuando Luis XIV ya apuntaba maneras. Y quiso formar su propia mafia pensando, por sobrepeso, en la asfixia política del Dom.
La Sonia de las últimas horas ya no es la misma de hace tan solo unas semanas, mucho más insegura y sin rumbo. Su discurso es penoso y frágil ante una evidencia que la deja al albur de la justicia ordinaria para muchos meses. Cree la ingenua contar con mentores en Valencia, que no son tales, y el otro don Enrique, el Joven, no sacará más el cuello por ella si la relación entre ambos alcanza categoría de candilejas durante demasiado tiempo.
No está el horno para bollos con tantos 'indignados' dando la vara por Internet. Todo se termina sabiendo como, desgraciadamente, muy pronto en su vida le demostró algún clan lejano.
No está el horno para bollos con tantos 'indignados' dando la vara por Internet. Todo se termina sabiendo como, desgraciadamente, muy pronto en su vida le demostró algún clan lejano.
Enrique el Joven tiene en Madrid sus mejores consejeros en el bando contrario y ya debe saber cómo establecer suficiente distancia, gradualmente, como para que no sufran sus intereses más allá de lo conveniente mientras Sonia mantenga el timón en su poder ante los envites de las huestes foráneas de un semianalfabeto Luis XIV, menos acabado todavía de lo que se piensa, como virtuoso para reunir un buen botín y no repartir con nadie. Aunque ya se sabe: 'Manos que no dais, qué esperais'.
Continuarán estos apuntes hasta que los árboles de la corrupción sí nos dejen ver el bosque.

1 comentario:
Sonia tiene poco recorrido dialéctico y su entorno aún menos pero intelectualmente está a años luz de Luis XIV, un pícaro de nuestro siglo
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