ALICANTE.- En la Comunidad Valenciana —la segunda autonomía con mayor deuda, 20.832
millones de euros hasta marzo, lo que representa el 20,2% de su PIB—se
multiplican los casos de obras levantadas con dinero público y que, bien
por la crisis, por una mala previsión o por disputas entre
Administraciones, permanecen sin estrenar. Son el mejor ejemplo de lo
que la canciller alemana, Angela Merkel, definió el jueves pasado ante el
Bundestag como “decisiones irresponsables”, recuerda hoy 'El País'.
En Alicante, el proyecto más destacado es el de la línea 2 del
tranvía, que unirá el centro de la ciudad con la universidad. Las obras
se terminaron hace más de un año, tras invertir la Generalitat más de
100 millones, pero sigue sin estar en funcionamiento. El Consell prepara
un concurso que dejará la gestión en manos de una empresa mixta
(público-privada).
El Ayuntamiento de Alicante, que preside la popular Sonia Castedo, destinó a una piscina cubierta más de tres millones, pero está cerrada dos años después de ser construida.
En Elche, otras dos obras demandadas durante años, como un centro de
día para enfermos de Alzheimer (dos millones) y un centro de día y
residencia para enfermos mentales (2,7 millones) tampoco se han abierto.
Ambos fueron financiados con el Plan C e impulsados en la etapa en la
que el PSPV dirigía el consistorio. La consejería de Justicia y
Bienestar Social de la Generalitat explica que no tienen fecha de
apertura.
Cierra la lista Mutxamel. El Ayuntamiento de esta localidad invirtió
1,4 millones del Plan E en el centro de día Sant Pere para
discapacitados, con 60 plazas. “Hace un año que está muriéndose”, dice
el portavoz socialista en el Consistorio, Antonio García.
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