lunes, 18 de junio de 2007

Los europeos eligen el sur de España para tratar dolencias que en sus países les llevarían años


BENIDORM.- El sur de España se ha puesto de moda entre miles de turistas europeos que han elegido la fórmula del hospital al sol para recibir tratamiento u operarse sin gastar un duro, aprovechándose de un servicio que corre a cargo de las autoridades sanitarias locales.

Entre estos avispados enfermos, aunque abundan los jubilados, figuran veraneantes de todas las edades.

Suelen pedir la implantación de prótesis de cadera o puentes coronarios, asegura la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) de la región valenciana, una de las más afectadas por este fenómeno.

Sus nacionalidades también abarcan una amplia paleta de colores, con una mayoría de británicos, alemanes o belgas. Todos ellos sacan provecho de la reglamentación europea que permite a los ciudadanos miembros del bloque recibir tratamiento médico en cualquier país de la Unión Europea (UE).

¿A qué se debe este entusiasmo por el sistema sanitario español?

"Aquí todo es más fácil, la asistencia sanitaria es universal, gratuita e igualitaria para todo el mundo", explica a la AFP Manuel Cervera, número dos del departamento de Salud del Gobierno regional de Valencia.

"En algunos países del norte de Europa, los pacientes deben, a veces, esperar meses antes de figurar en las listas de espera para ser atendidos, aquí la media es de 45 días de espera para una operación corriente", recalca.

Y las prótesis "allí en ocasiones son de pago, aquí son gratuitas", insiste Cervera.

La legislación europea supedita este tipo de tratamientos o intervenciones quirúrgicas en el extranjero a dos condiciones: que respondan a una patología diagnosticada previamente y cuenten con una autorización de los organismos sanitarios del país de origen.

Para esquivar esta norma "aprovechan por ejemplo una crisis aguda de una patología que padecen desde hace tiempo para presentarse en urgencias, donde son examinados y operados si es necesario", afirma el doctor Ricardo Llevata, portavoz de CESM de Valencia.

"El turismo sanitario se camufla detrás del turismo corriente", explica.

"Muchos dicen que vienen de vacaciones cuando en realidad vienen a curarse", añade.

Un cartel en inglés pegado a la pared del centro de salud Foyetes de Benidorm (Valencia) da fe de ello: "Si usted no habla español, venga acompañado de alguien que hable español. El servicio será mejor".

En el hospital de Benidorm-Villajoyosa, el "turismo sanitario" es un tema tabú. En la entrada, Beth Wilson, un inglesa de 65 años, reconoce que la atención es "más rápida en España".

Para una operación de varices "obtuvo una cita en unos meses cuando en Inglaterra tendría que haber esperado años", asegura su marido, Keith.

Frente a la envergadura del fenómeno en Valencia y en otras regiones turísticas como Andalucía o las Islas Baleares, las autoridades regionales y los médicos han puesto el grito en el cielo para denunciar la escasez de medios financieros y humanos.

En 2006 "125.000 turistas extranjeros fueron atendidos por el sistema sanitario de la región de Valencia", según Cervera.

Esto costó 88 millones de euros, añade. El caso es que los fondos de cohesión abonados por el Estado a las regiones autónomas para los gastos de asistencia a los turistas extranjeros "se han elevado a tan sólo cuatro millones de euros" en Valencia.

"Estamos muy escasos de personal" y como esto "no estaba previsto", por encima, "los medios son insuficientes", afirma el doctor Llevata.

Uno de los personajes clave del hospital de Benidorm desde hace unos años se llama Dorothy Ramírez de la Peciña, una traductora finlandesa que habla nueve idiomas.

"Algunas personas de edad llegan muy enfermas de sus países", explica. "Todos me están agradecidos" de que sirva de enlace entre los médicos y ellos para evitar "errores de diagnóstico", concluye.- (AFP)

(En la fotografía, maqueta del nuevo hospital de Denia, al norte de la provincia de Alicante)

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