miércoles, 30 de junio de 2010

Homenaje a los 700 valencianos víctimas del Holocausto que fueron deportados a los campos de concentración nazis

VALENCIA.- Las víctimas del Holocausto valencianas fueron homenajeadas este miércoles en un "acto de justicia" en el que se quiso reconocer su lucha por la libertad frente al nazismo y mantener viva "la memoria" histórica para que "no vuelva a repetirse jamás" un episodio como aquel.

En nombre de los 700 valencianos que fueron deportados a los campos de concentración durante la II Guerra Mundial, -donde murieron más de 400-, los supervivientes Luis Estany y Francisco Aura han recibido una placa conmemorativa que, por motivos de salud, recogieron sus hijos, Segismundo y Carmen, respectivamente.

Sesenta y cinco años después de la liberación del campo de Mathausen-Gusen, todos los partidos políticos de les Corts aprobaron por unanimidad el año pasado una propuesta del diputado socialista Joan Ignasi Pla para llevar a cabo este acto presidido por el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, y que ha contado con la asistencia del delegado en la Comunitat de la Amical de Mauthausen y otros campos, Adrián Blas Mínguez.

Cerca de 700 valencianos fueron víctimas del Holocausto había deportados de todas y cada una de las 32 comarcas de la Comunitat Valenciana, y sólo 252 valencianos fueron liberados con vida de los campos de concentración, lamentó Castellano. Por ello, este tributo, además de para Estany y Aura, "testimonio vivo del horror", es también para "todos los valencianos que sufrieron el horror del totalitarismo nazi".

"Desterrar para siempre el fanatismo, la intolerancia, el extremismo y el totalitarismo político en cualquiera de sus versiones, es una obligación de todos", ha apuntado el conseller y "la memoria del Holocausto es ya una memoria colectiva compartida por todos, un recuerdo que interpela a la conciencia de nuestra generación y de las generaciones futuras, y que debe perdurar para que no vuelva a repetirse jamás", ha sentenciado.

Se trata de uno de las "páginas más negras de la historia que no hay que olvidar", aunque, 65 años después, "podemos decir que la dignidad y la libertad acabaron imponiéndose sobre la opresión", ha celebrado.

En este sentido, el delegado en la Comunitat de la Amical ha recordado que "los valencianos que llegan a los campos de concentración nazis no llegan por razones de raza, religión o sexualidad, sino por la lucha que mantienen contra el nazismo", destacó, al tiempo que ha señalado como "culpables" tanto al general Franco por no reconocerles como españoles, y al mariscal Peten, que no los reconoció como miembros del ejército francés.

Sin embargo, y a pesar del horror en el que vivieron, mientras su sus compañeros morían "cuando ya no tenían una gota de energía en su cuerpo", de un tiro en la nuca, ahogados e incluso en experimentos médicos, precisó Mínguez, los supervivientes "no olvidan, pero jamás utilizan la palabra odiar", ha resaltado.

Por su parte, Segismundo Estany, hijo del superviviente Luis Estany (Callosa del Segura), ha recordado cómo su padre fue deportado con apenas 19 años al campo de concentración de Mathausen, donde pasó más de cuatro años recluido. Segismundo ha querido agradecer persona por persona e institución a institución a todos aquellos han hecho posible este homenaje a su padre.

No obstante, le hubiera gustado que el acto se hubiera celebrado "antes", cuando su padre aún podía desplazarse personalmente para ver la magnitud de este reconocimiento. Así, tras insistir en su gratitud por el homenaje, Segismundo ha considerado que "la sociedad llega tarde a este tipo de reconocimientos" que implican "que la sociedad reconozca una verdad que se ha mantenido oculta" y que le hubiera gustado "que se hubiera transmitido antes".

Luis Estanys, de 93 años y nacido en Callosa del Segura, fue deportado con 19 años al campo de concentración de Mathausen-Gusen, donde pasó cuatro años hasta que fue liberado y se trasladó a Francia. Allí se casó y, después de someterse a un Consejo de Guerra y comprobar que no tenía delitos de sangre, se le permitió regresar a España.

Cuando Segismundo y su hermana Marisa eran pequeños, su padre nunca hablaba de esta etapa en el campo de concentración. Era como un tema "tabú", ha evocado su hijo. Esta manera de llevar por dentro las vivencias en Mathausen-Gusen coincide también con la reacción de Francisco Aura, al salir del campo. En este sentido, su hija Carmen, señaló que en aquel entonces, en plena dictadura franquista, "no se hablaba nada" del tema.

Por el contrario, durante los últimos diez años, su padre ha impartido conferencias, da charlas y ha hecho todo lo posible para "que se sepa" y que su experiencia llegue a toda la gente posible "para que no vuelva a suceder".

Procedente de Alcoy, Aura, que hoy cuenta con 92 años, fue deportado a Mathausen-Gusen a los 23, después de alistarse en el ejército a los 16. "Le robaron su juventud", lamentó su hija. Ahora, "es duro para él revivir" aquellos tiempo, pero su objetivo es dar a conocer su historia para evitar que se repita, concluyó.

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