ALICANTE.- La «gota fría» que está asentada sobre la Comunidad Valenciana puede darle a hoy Alicante la mejor salida de la historia de la Vuelta al Mundo. De las nueve salidas realizadas hasta ahora, en seis de ellas llovió, pero nunca el viento llegó a sobrepasar los 15 nudos de intensidad, según "Abc".
Es la segunda vez en la historia que la Vuelta al Mundo no sale desde un puerto inglés. La pasada edición (2005-2006) lo hizo desde el puerto gallego de Vigo, celebrándose la regata «inshore» en Sanxenxo. La Ría de Vigo ofreció un día feo para una salida de la regata oceánica por excelencia. Fue gris, con lluvia y con 4 nudos de viento.
Los barcos realizaron un recorrido de desmarque dentro de la Ría en el que tardaron más de dos horas en sortear las Islas Cíes. Fue el primer suplicio al que se enfrentaron, ya que el sufrimiento de las tripulaciones para hacer navegar a los barcos fue excesivo.
Los barcos realizaron un recorrido de desmarque dentro de la Ría en el que tardaron más de dos horas en sortear las Islas Cíes. Fue el primer suplicio al que se enfrentaron, ya que el sufrimiento de las tripulaciones para hacer navegar a los barcos fue excesivo.
A la cita gallega acudieron un millón de personas, que se colocaron en ambas orillas y más de tres mil barcos, que rodearon el campo de regatas en un perfecto orden, que rompieron cuando el último de los equipos -«Brasil»- viró la baliza colocada en Punta Lagoa.
Fue entonces cuando los participantes en la regata fueron acompañados hasta pasar Bayona para asistir a un espectáculo inigualable. Una vez en la costa portuguesa, cogió la iniciativa el «MoviStar», en dura pugna con el «Piratas del Caribe».
Fue entonces cuando los participantes en la regata fueron acompañados hasta pasar Bayona para asistir a un espectáculo inigualable. Una vez en la costa portuguesa, cogió la iniciativa el «MoviStar», en dura pugna con el «Piratas del Caribe».
Inglaterra ha sido la cuna de la Vuelta al Mundo. De allí han salido ocho ediciones. Portsmouth, una pequeña localidad al sur de Inglaterra, donde nació Charles Dickens, ofrecía unas salidas superpopulares y sin ninguna organización.
Los barcos se colocaban tras la línea de salida y desde el viejo club náutico se les daba un cañonazo para que comenzaran a navegar. Tan popular era la salida, que miles de barcos se mezclaban con los de regata hasta que éstos se internaban más de veinte millas en el Solent.
Los barcos se colocaban tras la línea de salida y desde el viejo club náutico se les daba un cañonazo para que comenzaran a navegar. Tan popular era la salida, que miles de barcos se mezclaban con los de regata hasta que éstos se internaban más de veinte millas en el Solent.
A estas salidas inglesas acudían muchos barcos australianos, franceses y neozelandeses, que llegaban un mes antes para dar colorido y ambiente a la regata.
Al entrar Volvo como patrocinador principal, la firma quiso darle a la salida un carácter más serio y organizado, por lo que estuvo buscando alternativas a la localidad inglesa.
En 2003, después de la disputa de la Copa América en Nueva Zelanda, Pedro Campos se puso a conseguir llevar a la regata más antigua de la historia a aguas gallegas. El intento falló por poco, pero el patrón gallego no se rindió y se puso manos a la obra con la Volvo Ocean Race. Presentó los proyectos de Sanxenxo, como base de los equipos durante su estancia en Galicia y el de Vigo, como puerto de salida.
Una mediación del Rey hizo que el proyecto se hiciera realidad en una edición considerada como la mejor de la historia de esta regata. La organización de la regata «inshore» en Sanxenxo fue impecable, aunque el día no acompañó en cuanto a viento, pero el tiempo fue veraniego. La escollera del Real Club Náutico estaba llena de público y el mar repleto de barcos correctamente colocados para no molestar.
En Vigo, donde fue la salida de la primera regata «offshore» la organización dejó mucho que desear en tierra. El caos se apoderó de la regata cuando miles de personas quisieron entrar en el recinto para despedir a los equipos.
Un fuerte dispositivo de seguridad impedía la entrada libre y se llegaron a formar colas de más de un kilómetro. Como al puerto no se le hizo ninguna mejora, no contaba con los servicios imprescindibles para albergar a tanta gente. En el agua fue otra historia.
Un fuerte dispositivo de seguridad impedía la entrada libre y se llegaron a formar colas de más de un kilómetro. Como al puerto no se le hizo ninguna mejora, no contaba con los servicios imprescindibles para albergar a tanta gente. En el agua fue otra historia.
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