viernes, 25 de mayo de 2018

Estado profundo / Guillermo Herrera *

¿Cómo es posible que un país tan pobre y pequeño como Corea del Norte haya conseguido un armamento nuclear avanzado en tan pocos años? ¿Fue China? ¿Fue Rusia? No, fue el Estado profundo que compró material soviético a la mafia rusa para echarle la culpa a Putin. Tampoco fue falsa alarma el supuesto misil coreano que lanzó un submarino del Estado profundo contra Hawái para provocar una guerra contra Corea del Norte, pero fue interceptado, afortunadamente.
 
¿Cómo es posible que nadie haya conseguido acabar con el terrorismo islamista? Porque está protegido y financiado por el Estado profundo. ¿Cómo es posible que Irán haya hecho trampa con una fábrica de armas prohibidas en Siria? Con la ayuda del Estado profundo.

¿Son comunistas, islamistas o proiraníes los miembros del Estado profundo? No, van a lo suyo, que es sembrar el caos mundial para beneficiarse del negocio de la guerra, la droga, el tráfico de armas y de personas, y todo tipo de asquerosidades como la pedofilia, y de paso llevarse por delante a media humanidad.

El llamado Estado profundo (Deep State) llamado también “gobierno secreto en la sombra” o “camarilla oscura” es un concepto misterioso que se ha puesto de moda bajo la presidencia de Donald Trump, que llegó al poder con la promesa de “drenar el pantano” de la corrupción, pero su existencia viene de mucho antes, porque es un poder fáctico de funcionarios públicos cuya permanencia en sus cargos va más allá de los cambios de mando presidencial, así como todo tipo de políticos y empresarios corruptos, porque es el mal químicamente puro.

Fue el Estado profundo el que envió sobres de Antrax a los senadores que votaron en contra de la “Ley Patriota” que permitía la vigilancia oculta de todos los ciudadanos sin control judicial. También fue el Estado profundo el que envenenó al espía ruso en Inglaterra para dañar las relaciones con Rusia, porque su objetivo es provocar la tercera guerra mundial. No hace falta decir que fue el Estado profundo el que organizó el auto-atentado del 11-S.

El término de “Estado profundo” implica que hay gente secretamente en algún lugar, fuera de la mirada pública, escondida incluso de la burocracia, tirando de las cuerdas y manipulando cosas. El primer Presidente que se enfrentó al Estado profundo fue JFK y por eso lo asesinaron. El segundo fue Ronald Reagan y por eso intentaron asesinarle con la advertencia de “la próxima vez no fallaremos”. Su venganza fue destapar el escándalo Irán-contras, pero eso no fue ni la punta del iceberg.

Sin embargo, el mayor nivel de corrupción del Estado profundo se produjo durante el mandato de Obama; pero él no tuvo la culpa de todo, sino su política de dejar hacer y dejar pasar, es decir, de mirar para otro lado. Así se armó al Daesh, se lucraron con el negocio del opio en Afganistán, con el narcotráfico de América Latina o con el tráfico de armas y diamantes en África, y lo más repugnante de todo, el tráfico de niños y mujeres, especialmente en Arabia Saudita.

Hasta tal nivel llegó la corrupción del Estado profundo que la facción patriota de los militares estadounidenses estuvo muy cerca de dar un golpe de Estado contra el gobierno de Obama. Pero al final la inteligencia militar optó por el plan B, que consistió en reclutar a Donald Trump para que llegara a la Presidencia e hiciera una purga de caballo contra la corrupción del Estado profundo, con la ayuda del General Matis, que acondicionó las instalaciones de Guantánamo para apresar a peces gordos. En este “hotel de lujo” está hospedado desde hace un tiempo el multimillonario George Soros, según rumores.

A pesar de que ya existen más de cuatro mil acusaciones selladas en secreto contra presuntos delincuentes del Estado profundo, el Fiscal General Jeff Sessions guarda silencio porque parece estar acojonado por la gran cantidad de personajes importantes acusados de pedofilia y de todo tipo de guarrerías, y Donald Trump no dice ni pío, en postura de acecho, esperando su oportunidad para tirar de la manta, porque son muy poderosos los personajes a los que se enfrenta.

El FBI confiscó todos los documentos secretos del abogado de Donald Trump con el fin de buscarle trapos sucios con los que poder chantajearlo, porque para hacer limpieza hay que estar limpio y, el pasado de Trump como hombre de negocios no está limpio del todo.
 
El Estado profundo está muy infiltrado en la CIA y el FBI. Por eso Trump no se fía de estas agencias y sólo confía en el Cuerpo de Marines que es el que hará las detenciones cuando llegue el momento. A Trump no pueden asesinarlo porque tiene protección sobrenatural, igual que la tienen los Reyes de España, aunque está profetizado a largo plazo la caída de todas las monarquías en Europa.

Veremos a ver cómo acaba este culebrón, pero lo que sí es seguro es que el Estado profundo seguirá intentando liar la de San Quintín con ataques de bandera falsa para desencadenar la tercera guerra mundial. Pero estoy seguro de que fracasará porque tenemos protección divina.
 
Un supuesto viajero del tiempo ha profetizado que el 2.019 Trump invadirá Corea del Norte con éxito, que en 2.020 comenzará la tercera 'fiesta' que será abortada por causas naturales o sobrenaturales, y que en 2.022 tendrá lugar el "big one" es decir el gran terremoto de San Francisco que será muy destructivo. Pero esto no podemos creerlo a pies juntillas porque el futuro no está escrito del todo.

La invasión de Norcorea está profetizada en la Biblia en el Libro de Daniel, cuando dice que "el rey del sur invadirá al rey del norte y pasará más allá de sus fronteras".
 
También está profetizado un despertar glorioso de España, que será una potencia mundial, y ésta es mi esperanza más íntima. No sé si se lo merece todo el mundo porque en este país hay demasiado chorizo.

Ésta es la última información que he conocido.
 

(*) Periodista 


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