España ha dejado de ser el único destino turístico de sol y playa en la mente de muchos viajeros. Lejos queda ya el boom turístico de los 60 en el que las costas españolas se convirtieron en destino preferente de los turistas extranjeros con la consecuente explosión inmobiliaria que se produjo en los 90.
En la lista de destinos de sol y playa que compiten hoy con las costas españolas se encuentran países como Italia, Malta, Marruecos, Túnez, México, o Croacia, con precios muy atractivos que han hecho que nuestras plazas pierdan competitividad.
Las últimas cifras son una evidencia de la rivalidad entre destinos, más acuciada por la actual crisis económica. En los seis primeros meses del año, llegaron a España 23,6 millones de turistas, un 11,4% menos que en el mismo periodo de 2008.
Además el mes de junio registró una caída del 10%, con un especial descenso de visitantes alemanes y británicos que representan en torno al 48% de los turistas que llegaron a España en el primer semestre.
En contraste, las previsiones de la OMT para este 2009 aunque alertaron de que el turismo internacional podría estancarse o disminuir entre un 1% y un 2%, señalaban un ligero aumento en los países caribeños –como ya ocurrió en 2008 con un incremento del 1,2% interanual– junto con Marruecos y Túnez.
El Gobierno estima para este verano un descenso del 10% de la llegada de turistas a España. Ante esta situación la semana pasada el Consejo de Ministros aprobó una dotación presupuestaria de más de 1.030 millones para el sector turístico.
Pero estas ayudas están lejos de aportar una solución para la lucha de precios en la que los alojamientos hoteleros españoles ofrecen tarifas superiores a las de los nuevos destinos emergentes de sol y playa.
La principal medida de este paquete se trata de una línea ICO de 500 millones de euros de ayudas para empresas del sector que potencien la sostenibilidad energética y la accesibilidad en sus establecimientos.
Competidores
España ha visto como enclaves turísticos privilegiados para el sol y playa tales como El Puerto de Santa María, Benidorm, Ibiza, o Tenerife tengan que competir con destinos como Marraquech, Saint Julian’s, Dubrovnik o Cancún.
Entre los rivales clásicos de las costas españolas se encuentra la isla italiana de Sicilia que ofrece en un mismo paquete de atractivas costas junto con ruinas griegas, parques naturales o castillos.
Frente a Sicilia, Malta se posiciona como destino emergente en el Mediterráneo a precios muy atractivos, en torno a un 10% más baratos que la costa española. Los países del norte de África igualan la oferta de España en materia de lujosos hoteles a precios muy bajos, hasta un 20% inferiores, en ciudades como Marraquech, Djerba o Túnez.
La gripe A podría ser el causante de la bajada de precios en destinos como Cancún o Punta Cana. Sin embargo, esta disminución del coste parece haber incentivado también los viajes a las costas caribeñas puesto que algunos hoteles ya no disponen de plazas para el próximo mes de agosto.
La última gran incorporación ha sido Croacia. El país está viviendo una auténtica explosión del turismo costero con un oferta clara: El Mediterráneo tal como era. Este es el principal aliciente que hace que en destinos como Istria sea prácticamente imposible encontrar alojamiento.
Las patronales de Agencias de Viajes creen que el turismo de sol y playa tendrá continuidad en España y achacan la disminución del número de turistas a la actual crisis económica.
Rafael Gallego, presidente de la Federación Española de Agencias de Viajes considera que «si comparamos los precios estructuralmente es cierto que España puede salir perdiendo, pero si comparamos las costas españolas con otros destinos como República Dominicana o Marruecos la calidad que ofrecen nuestros alojamientos es mayor ».
Gallego afirma que «el destino mundial de sol y playa en relación calidad- precio continúa siendo España».
Por su parte, el presidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes Españolas (AEDAVE), José Manuel Maciñeiras aseveró que «es cierto que existe un efecto de competencia, pero los turistas que han dejado de venir a España son los que están dejando de viajar porque ha disminuido su capacidad adquisitiva».
Ambos directores afirman que la bajada en la llegada de turistas se está produciendo en todos los países incluidos los destinos que compiten con las costas españolas.
Los representantes de las patronales coinciden en la necesidad de evolución del turismo costero español que deberá combinarse con turismo cultural, náutico, gastronómico para disponer de una oferta diferenciada. En este aspecto afirman que la diversidad del territorio español es un punto a favor.
La competencia
Con la operación salida de agosto, el sector turístico español se enfrenta a la segunda parte de una temporada marcada por la crisis económica. El Gobierno prevé un descenso del 10% en la llegada de turistas extranjeros.
La reconversión del sector turístico español desde el tradicional modelo de sol y playa hacia otro de mayor valor añadido puede haber quedado en tierra de nadie.
La crisis obliga a los potenciales turistas a ahorrar. Se puede dar la paradoja de que no estén dispuestos a gastar un poco más en un destino que ha mejorando notablemente su oferta, porque a su vez han ido surgiendo otras alternativas altamente competitivas.
España puede ofrecer mayor nivel tanto en la calidad de los hoteles, como en la oferta cultural y deportiva, pero al mismo tiempo han aparecido en los últimos años nuevos destinos que compiten con las costas españolas. Italia, Malta, Marruecos, Túnez, México o Croacia siguen ampliando su oferta y convirtiéndose en una seria competencia para España.
De hecho, algunas de estas zonas empiezan a presentar un lleno en los hoteles, algo que de momento no se ha logrado en las costas españolas, que se han visto especialmente afectadas por la caída de turistas procedentes del extranjero.
En el primer semestre habían llegado a España 23,6 millones de turistas del exterior, cifra que representa una caída del 11,4% respecto al mismo periodo del año anterior. La crisis, que afecta a una buena parte de las economías desarrolladas de nuestro entorno, como la alemana, la británica o la francesa, ha pesado como una losa en la llegada de visitantes.
No en vano, casi la mitad de los turistas que llegan a España proceden de Alemania y el Reino Unido, cuyas economías se encuentran en estos momentos en recesión.
La opción del sector turístico español ante la crisis también pasa por el ajuste. Si quiere conseguir el lleno o unas cotas de ocupación estables, la oferta turística española tendrá que ajustar sus precios y ampliar su comercialización para atraer a visitantes de otras zonas.
Habrá que ver cómo afectan algunos problemas como la gripe A en otros destinos. España, además de la calidad hotelera, ofrece una seguridad e infraestructuras paras seguir bien posicionada en el sector turístico.
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