Los agentes intervinieron el pescado, 31 piezas de atún rojo, con un peso aproximado de 1.200 kilos, cuyo precio de mercado alcanzaría unos 12.000 euros.
Durante un servicio preventivo y dentro de los controles que se desarrollan en relación con el Plan Anual de control e inspección de las actividades pesqueras, al que se ha adherido de forma particular la Comunitat Valenciana, los agentes detectaron que el pescado, que procedía de Grecia, carecía del etiquetado que garantizaba las tallas mínimas y garantías sanitarias que la legislación española, al amparo de la normativa europea, exige en relación al transporte y comercio de pescado, aunque haya sido extraído fuera de aguas españolas.
El Seprona, en colaboración con la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, e inspectores del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que junto con otros de Unión Europea se encontraban efectuando inspecciones aleatorias en la provincia, levantó las oportunas actas a dos mayoristas de pescado, por una supuesta infracción administrativa grave o muy grave a la normativa vigente.
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