ALICANTE.- El pasado 18 de enero
la FAPA Gabriel Miró y el Foro por el Derecho a Elegir Lengua Vehicular
de la Comunidad Valenciana lograron congregar a más de 20.000 personas en Orihuela en contra de la Ley del Plurilingüismo de
PSPV-PSOE y Compromís que obligará a los alumnos de Secundaria,
Bachillerato y FP a partir del año que viene a estudiar varias
asignaturas troncales en valenciano incluso si están exentos por vivir
en zonas de predominio castellanohablante. Y a una semana de la
manifestación de Alicante cada vez son más las adhesiones, según El Mundo.
El
secretario autonómico de Educación, el socialista Miquel Soler, ya
anunció antes de la manifestación que no se cambiaría ni una coma de la
ley se manifestase el número de personas que se manifestase.
Y en esas
sigue el Gobierno Botánico de Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Dalmau,
seis semanas después. Puig no ha querido recibir a las plataformas de
padres que convocaron la exitosa manifestación en Orihuela que han convocado otra para el día 7 de marzo en Alicante.
Les emplazó a mantener el pasado 13 de febrero una reunión con su
delegada territorial en Alicante, la socialista Antonia Moreno. A esa
reunión con los padres acudió también el jefe de Inspección
Educativa, Pablo Ortega.
Según explicó a El Mundo la secretaria
general de la FAPA Gabriel Miró, Sonia Terrero, la actitud de Moreno
fue «muy fría y poco dialogante» a la hora de escuchar sus
reivindicaciones: la derogación de la actual Ley de Plurilingüismo (el
actual Decreto 4/2018) con el objetivo de aprobar una nueva legislación
«que previamente cuente con la opinión de todos, una ley hecha por todos
y para todos, que no discrimine ni genere desigualdad de oportunidades
en los jóvenes castellano parlantes de la Vega Baja».
Según los padres
de los alumnos, mientras el jefe de Inspección se mantuvo en todo
momento con un talante «cordial y amable intentando buscar un solución»,
Antonia Morenoles
recriminó de entrada que ella no es «jurista» que por tanto no podía
hablar de posibles derogaciones de leyes y que tenían que ir al sitio
adecuado, a los juzgados. «No puso mucho de su parte», añadió
Terrero, por lo que los padres entienden que «Ximo Puig no parece querer
ejercer de presidente de los castellanohablantes».
Entre tanto desde el entorno el PSPV-PSOE les llegan a los padres
voces para que centren sus reivindicaciones en la otra pata del
Botánico, Compromís, ya que a diferencia de los nacionalistas ellos sí tuvieron representantes políticos en la manifestación (como el alcalde Benferri).
También,
porque los socialistas abogan por flexibilizar la ratio de asignaturas
troncales en valenciano el próximo curso del 25% al 17% en programas
experimentales. Los padres, sin embargo, no se fían y sostienen que
cualquier acuerdo en este sentido se les entregue por escrito «porque si
no nos estarían diciendo que podemos desobedecer las leyes que ellos
aprueban en las Cortes, y eso es algo que no tiene sentido», manifestó
Terrero.
Sea como fuere los proyectos de cada de los centros en los que se establecerá qué tanto por ciento de cada una de las tres lenguas y en qué asignaturas, deberían estar en la Conselleria antes del 6 de marzo y se ha prorrogado esa fecha hasta el día 23.
«Quienes
hemos ido a la Subdelegación del Gobierno las dos veces para solicitar
los permisos de las manifestaciones, y así tenemos firmado el resguardo,
somos los padres integrados en la FAPA y en el Foro». Con esas palabras
quiso desligarse la secretaria general de la Gabriel Miró las
acusaciones acerca de que detrás de las manifestaciones están los
partido políticos de derechas.
De hecho, asegura que tampoco ninguno de esos partidos les ha llamado para reunirse y conocer sus reivindicaciones tras la manifestación. «Eso sí, luego vendrán a la manifestación y les trataremos a como al resto», añadió
Además,
sobre el voto de Cs en el Ayuntamiento de Alicante que dirige Mari
Carmen Sánchez hace algunas semanas en contra de cambiar la denominación
de 1983 de la ciudad en la que se celebrará la próxima manifestación de
«valencianoparlante» a «castellanohablente», Terrero se mostró muy
crítica.
«Todo el mundo sabe que Alicante es una minoría muy pequeña la
que habla en valenciano.Pero en cualquier caso le decimos a todos los
partidos lo mismo: que dejen de una vez por todas de hacer política en
los centros educativos, que dejen de utilizar a nuestros hijos como armas políticas y se preocupen solo de su educación.
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