lunes, 11 de junio de 2012

Sonia está pasota y preocupada / Apunte de Argárico

La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, del PP, sector campista, lleva semanas pasota y preocupada hasta parecer que todo le importa ya muy poco. Según sus amigos, ha optado por un perfil público más discreto y son bastantes los militantes que piensan que si la imputan por el sumario abierto por el juez Manrique, a cuenta del nuevo PGOU del término municipal, hoy en un cajón, su partido desde Valencia la invitará a marcharse a sugerencia del propio Mariano Rajoy, su paisano, desde hace meses puesto al corriente por alicantinos con acceso mediante introductores y escocidos.

Y pronto han comenzado también las pequeñas traiciones de los aspirantes a ocupar su sillón desde las filas fabristas conversas. Y, al menos, dos con posibilidades, han quedado al descubierto tras la aprobación del 'Plan Rabasa' y el desgaste político lógico que ha supuesto para la alcaldesa. Ni ella ni él están en los planes sucesorios de Castedo, una alcaldesa que va directa al grano de lo que dejó pendiente su mentor político Díaz Alperi, quien pudo contraer compromisos irresolubles visto con la perspectiva y el entorno nacional actual.

Pero yo creo que la alcaldesa se precipita, al no estar tan claro que se le pueda probar la comisión de varios delitos, hasta tener que imputarla. La Fiscalía parece no tener en su mano lo suficiente como para acabar políticamente con una alcaldesa que le ha salido tan respondona públicamente, dentro de una estrategia escogida por su asesor político y periodista de cabecera, que pienso le perjudica hoy así como a todas las partes en juego en su mismo campo. La imagen de niña suelta arremetiendo contra el fiscal como si se tratara de su vecino del quinto, tiene efectos secundarios a medio plazo aunque a corto dé la sensación de haber podido salvar los muebles ante la opinión pública local.

La maniobra de anunciar ya, que el concejal Andrés Llorens es el escogido para vicealcalde de Alicante, se puede interpretar como que Castedo ya sabe de su eventual imputación y quiere que le cubra la retirada alguien de confianza personal, de un lado, y de otro, como ocurrió con ella al dimitir a la fuerza Díaz Alperi, procurar la continuidad con alguien de su misma cuerda dentro del partido y, a la vez, copartícipe de secretos a dos del grupo con el que se la relaciona fuera del Ayuntamiento.

El empecinamiento del fiscal anticorrupción, Felipe Briones, en la onda de Izquierda Unida y miembro activo de Fiscales Progresistas, es lo que tiene a Sonia muy desmoralizada y con ganas de poco al ver el ritmo de vértigo conque se suceden los acontecimientos globales, con independencia de donde se produzcan, y la presión discreta en Madrid de determinadas grupos de presión local que se la tienen jurada hasta la difamación.

Por eso necesita unas largas vacaciones después de Hogueras y no ver a nadie de quienes la han conducido hasta aquí. La alcaldesa ha servido los intereses de su clan pero quiere ahora aprovechar para un ascenso político, que se considera bien merecido, y jugar en otra división conforme al balance que ella pueda presentar. Y en su sitio no puede dejar a otro que no sea de su máxima confianza, igual que ocurrió cuando Alperí impuso a Camps que Castedo le sucediese y se presentase a las elecciones siguientes, descartando definitivamente al zaplanista Ripoll.

También hay que jugar con otros factores como que Llorens viene del mundo de las fiestas de Alicante y es muy popular en los barrios, mientras que Juan Seva o Marta García-Romeu son más ilustrados pero no arrastrarían ni a sus vecinos para votarles por falta de imagen pública y manifiesta incapacidad para construirla por ya demostrado.

Como conclusión hay que recordar que esta Sonia Castedo - obviamente no la designada por Alperi y a la sazón concejala de Urbanismo y sus claves- fue elegida en las urnas pese a toda la información -en gran parte verosimil- arrojada sobre su imagen pública en el periódo preelectoral, lo que implica una legitimidad política personal al margen de pigmaliones que sí deberían estar mucho más preocupados que ella con la dinámica desatada en el país y que exigirá, para calmar a la soliviantada clase media, el escarmiento primero de aquellos irrelevantes de provincias salidos de tiesto y hasta de madre convencidos de su impunidad en base a buenos amigos en Madrid con palco en el Bernabeu.

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