BARCELONA.- Uno de cada tres ancianos han ayudado
económicamente a alguno de sus familiares con sus pensiones en los
últimos dos años, y uno de cada cuatro han tenido que acoger de nuevo a
algún hijo en su casa, ha concluido el III Observatorio de
Vulnerabilidad de la Cruz Roja de Cataluña.
El presidente de la entidad, Josep Marquès, ha explicado en rueda
de prensa que las personas mayores se están convirtiendo en "un pilar
imprescindible para paliar las secuelas de la crisis" y son un colectivo
que debe cuidarse para evitar un efecto dominó que alcance al conjunto
de la sociedad.
Tras analizar el impacto de la crisis en 674 usuarios mayores de
65 años, la entidad de ayuda humanitaria ha detectado que el 70% de
ellos han visto disminuir su capacidad de ahorro, debido al
encarecimiento de los precios y al incremento de las cargas familiares.
También el 70% creen que "esta crisis es más grave que las
anteriores" y que las nuevas generaciones vivirán peor que las actuales
debido al deterioro del Estado del Bienestar.
"Cualquier política referida a la vejez puede tener repercusiones
sobre el conjunto de las familias y la sociedad", ha recordado Marquès,
animando a las instituciones a abordar medidas en este ámbito.
El estudio revela que se han invertido los flujos de solidaridad
intergeneracional por los cuales los más jóvenes contribuyen al
bienestar de los mayores a través de la financiación del sistema de
pensiones.
"Ahora ya son más los mayores de 65 años que apoyan a las
generaciones más jóvenes", ha destacado Marquès, cifrando en un 20% los
ancianos que prestan ayuda económica a sus hijos, un 10% los que ofrecen
apoyo alimentario y un 6,5% los que han acogido a algún hijo en casa.
El impacto de la crisis económica tiene consecuencias sobre la
alimentación de los mayores ya que, un 20% de ellos asegura no poder
comer con regularidad fruta, carne ni pescado.
Además, el hecho de tener que destinar sus pensiones a ayudar a
sus familiares ha obligado a la mitad de ellos a privarse de ir al
dentista y revisarse la visión.
Marquès ha alertado de que dos de cada cuatro ancianos no pueden
mantener su casa a una temperatura adecuada y que el 80% de ellos no
pueden permitirse ningún gasto en ocio y descanso.
Debido a todos estos factores, los mayores "tienen la percepción
de ruptura del progreso social a causa del deterioro del Estado del
Bienestar".
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