Astiz, que dice querer huir de cualquier «teoría de la conspiración» y aclara que solo se refugia en datos públicos, centra su ensayo en la que posiblemente sea una de las figuras más debatidas a nivel internacional desde el inicio de la pandemia: Bill Gates. El fundador de Microsoft, irónicamente el máximo donante privado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la vez inversor de Pfizer, le sirve a este experimentado periodista para tejer un relato de lo no oficial y presentarnos el «Gran Reinicio» (del inglés, «reset»), según el que un pequeño conglomerado de entes supranacionales pretende llevarnos a una «nueva y oscura» era.
La nueva ingeniería social
Gates, que ha diversificado sus inversiones desde la conversión de los excrementos en agua potable hasta la posible computación del sudor humano como croptomeda de cambio, es en el libro un personaje poliédrico y al que podemos entender casi, en su ascenso desde genio informático hasta «pope» del Nuevo Orden Mundial, pasando por su faceta de empresario sin escrúpulos con demandas por doquier.
¿Y cómo es el plan que está ejecutando con la connivencia, como se afirma en algunos pasajes, de estamentos como la Unión Europea? Astiz responde: «Esto viene de los planes oficiales del Fondo Monetario Internacional, que cualquiera puede consultar. Y lo que se pretende es transformar el mundo desarrollado sobre unas líneas estratégicas que son, básicamente, el cambio de modelo energético dejando atrás los combustibles fósiles; un descenso drástico de la natalidad para que haya menos pobres, que siempre les han sobrado; el buscar ejes divisorios en la sociedad a través de temas como el aborto, la inmigración masiva o la destrucción de las identidades nacionales para basarse en las personales, las individuales; y la medicalización permamente de las sociedades, a través de opiáceos y demás sedantes, con la eutanasia como última fase».
No hay comentarios:
Publicar un comentario