GUARDAMAR.- El Ayuntamiento de Guardamar del Segura ha vuelto a izar la bandera roja en sus playas, por lo que está prohibido el baño, al detectar de nuevo cinco ejemplares del conocido como dragón azul ('Glaucus atlanticus').
El alcalde de la localidad, José Luis Sáez, a través de sus redes sociales ha precisado que este viernes se han localizado cuatro ejemplares en la Playa Ortigues y el otro en la Centro, por lo que se ha activado la bandera roja en los arenales.
El Ayuntamiento ha reactivado el dispositivo preventivo para detectar posibles ejemplares arrastrados por las corrientes. Los servicios municipales, policía, salvamento y socorrismo y medio ambiente permanecen atentos a la evolución de la situación e irán informando sobre las diferentes medidas a tomar.
El dragón azul es un pequeño molusco marino cuya picadura puede provocar dolor intenso, vómitos y reacciones adversas. Por la seguridad ciudadana, el baño está totalmente prohibido y han pedido «máxima prudencia y colaboración».
El consistorio ha aconsejado a la ciudadanía que, si ven un ejemplar, no lo toquen, ni con guantes; avisen a socorristas o autoridades. En caso de picadura, recomiendan enjuagar con agua salada, aplicar paños fríos y acudir al puesto de socorro o centro de salud.
El jueves 21 de agosto, Guardamar ya izó la bandera roja tras la aparición de dos ejemplares de dragones azules en la playa de Vivers.
La Policía Local, los socorristas y otros servicios municipales siguen activamente en la costa con un dispositivo preventivo por si nuevas corrientes arrastran a más ejemplares. Ángel Luis Sáez, alcalde de Guardamar, ha insistido en que no se toque al dragón azul, ni siquiera con guantes, y en caso de picadura, que se enjuague con agua salada y se acuda al puesto de socorro o centro sanitario más cercano.
Este nudibranquio marino, de apenas 3–4 cm de longitud, acumula toxinas de organismos como la carabela portuguesa, lo que lo vuelve potencialmente peligroso para el bañista desprevenido. Su picadura puede provocar náuseas, vómitos e irritación en la piel.
Algunos expertos, como el biólogo Juan Lucas Cervera, advierten que el riesgo podría estar sobreestimado. Su veneno es menos potente que el de la carabela portuguesa y no hay evidencia científica de que suponga un peligro grave para los humanos. Aun así, recomienda continuar estudiando estos avistamientos y alertan que la situación puede cambiar rápidamente si se detectan más ejemplares.
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