Cuaderno de campaña /La primera vuelta de Etelvina y su capacidad de aprender rápido

FRANCISCO POVEDA

En la primera vuelta, que significa en nuestro sistema electoral la pre campaña, Etelvina aún está por detrás de Díaz Alperi en intención de voto encuestado. Es normal en cualquier aspirante. Pero todavía falta la campaña electoral, la verdadera segunda vuelta. Y ahí la agilidad mental de la candidata socialista alicantina puede, muy bien, poner a definitiva prueba los movimientos políticos, ya más torpones, de un candidato muy gastado, sin capacidad de gestión y bajo sospecha cierta. Y que no se va de la política por miedo a tener que defenderse ante jueces y fiscales, sin privilegios, como cualquier ciudadano. Dinero para pre jubilarse no le falta, desde luego.

Al igual que Sègoléne Royal, la prima de ventaja de Etelvina es su condición femenina con el valor añadido de su buena formación, esfuerzo personal acreditado y maternidad en coexistencia. ¿Quién lo discute? Pero, además, ambas significan el anhelado cambio de época, la innovación, la modernidad, vuelta a una ética civil, sustituir estructuras caducas por parámetros de futuro, dejar atrás un tiempo pasado y entrar de pleno en la "era del Conocimiento". Es el siglo XXI, el siglo de la Mujer en todo el mundo. ¿Quién lo duda, tanto como que la Royal ocupará El Elíseo, que esta alicantina de Benalúa será la primera alcaldesa en la historia de Alicante?

Jurista una y bioquímica nuestra candidata, Etel y Ségol representan, además, la definitiva incorporación, generalizada y no marginal, de la mujer europea con criterio político a la tarea y responsabilidad pública. No hay que pedir mucho más porque ya eso significa tener un proyecto definido a partir de coger los mandos y sufrir el día a día de la gestión. Ésta chica ha demostrado que aprende rápido y bien. Nadie le ha regalado nunca nada. Ahora solamente resta que marque las diferencias y esboce las ventajas comparativas. Lo tiene muy fácil para liderar luego una mayoría social a dos o tres bandas.

Así se precisa mejor, con realismo y consistencia, cualquier gran proyecto con posibilidades. Ella sabrá elegir bien a sus colaboradores para esa gran tarea de transformar Alicante en un nuevo tipo de destino turístico pero con un modelo industrial basado en nuevas demandas asociadas y exigentes. Y prefiero yo no desvelar aquí nada que corresponda a la candidata en otro momento y lugar. ¿Modelo Vancouver o mejor Seattle? No daré más pistas. Y eso lo saben ya los líderes de nuestra sociedad civil, empresarios no ventajistas ni corruptos y, por supuesto, quienes conforman opinión pública desde su estatus social y rol profesional.

Lo otro, es actuar como lo hace un muy deficiente Díaz Alperi, que se va de doce años en el cargo demostrando que nunca ha tenido, ni en sueños, un proyecto de ciudad para Alicante que no se base en la especulación urbanística, el ladrillo y el cemento puesto por sus amigos, y los amigos de sus amigos, para consumar "pelotazo" tras "pelotazo", eso sí, dejando por doquier comisión tras comisión también. Cualquier alternativa es mejor a este ignorante pillo, muy experto, eso sí, en hacer trampas jugando al mus. Si engaña a sus compañeros de timba, ¿a quien no va a tratar de embaucar desde la política municipal? Por empatía, ya no le votan ni los gordos.

Al igual que la candidata francesa a la presidencia ¿de la VI República?, Etel significa la ruptura total con el pasado. Con Alperí se entierra, de verdad, al franquismo entre nosotros y con la socialista se abre la posibilidad real de recuperar los ideales democráticos de la Transición, arrinconados por los estertores posteriores del viejo sistema, ahora parasitario, de antes de 1978. La derecha liberal y progresista, sorprendida en su buena fe por un falso centrismo, no dará esta vez su confianza a quien no la merece por haberla quebrado.

El principal objetivo político de la, casi segura, futura alcaldesa progresista de Alicante debe ser la refundación del sistema con reformas que tiendan a un cambio tranquilo, a imagen y semejanza del de Zapatero, y así poder recuperar con solidez la hegemonía del poder público frente al actual reinado y dictadura de promotores y constructores, que compran su impunidad financiando a determinados partidos políticos y a sus recaudadores puntuales. Lo importante para Etelvina es no perder la iniciativa durante la campaña y desarrollarla sin complejos ideológicos para motivar a la legión de indecisos antes del 27-M.

Sin este marco previo general, de principios éticos, difícilmente se puede armar un proyecto de ciudad para Alicante, cuyo principal destino debiera ser conseguir un orden socio económico justo, que conduzca, tras el debido saneamiento, a una seguridad real en todos los órdenes, comenzando por el empleo. Y esa seguridad sólo puede venir de la calidad de empleados y empleadores desde la formación auténtica de ambas partes. Si no ofrecemos valor añadido no podemos esperar una remuneración agregada.

Etelvina está muy bien valorada por los alicantinos pese a ser, todavía, mucho menos conocida que su oponente. Pero, también es cierto, no va de banquillo en banquillo, y de juzgado en juzgado, lo que ya es otra prima de ventaja sobre un sospechoso de corrupción, continua y generalizada, desde sus tiempos de presidente de la Diputación y luego de la Cámara de Comercio. Está impoluta y despierta simpatías entre gentes de la derecha local moderada y de casi toda la juventud universitaria. ¿Qué más podemos pedirle? Quizá le falte bajar un poco más al detalle de qué tiene pensado hacer si vence, cómo y no le pidamos todavía, que nos diga con quien.