PACO POVEDA
ALICANTE.- El legendario locutor en español de "Radio París" durante la época de la dictadura franquista, Julián Antonio Ramírez Hernando, fallecido de madrugada el pasado sábado a los 91 años de edad en San Juan de Alicante, ha sido enterrado esta tarde, junto a su esposa Adela, en el cementerio de Muchamiel, envuelto en la bandera del PCE y de la República, y tras los sones de la Internacional seguida brazo en alto por un centenar de asistentes. El responsable provincial del PCE, Antonio Martín Lillo, ha pronunciado una sentida elegía previa sobre la figura y peripecia del finado, sobre la base de una unión indisoluble con la que fue su compañera para todo y madre de su único hijo. No ha faltado tampoco recitar un poema de amor de Miguel Hernández.
Era el alba del 14 de abril último y 76 aniversario de la proclamación de la II República Española, a la que tan fiel permaneció este donostiarra en el exilio y en el retorno, dentro de un compromiso permanente que le llevó a participar, entre otras, en las batallas del Ebro, Cataluña y Guernica, y a ser miembro de la Resistencia durante la ocupación nazi de Francia, cuando Julián Antonio dejó de existir después de ocho años de vacío interior por la ausencia de Adelita.
Vivía 30 años en el entorno de la ciudad de Alicante, desde 1976, aunque desde algunos años antes era veraneante asiduo en la playa de San Juan, en un apartamento de la avenida Niza, como preludio del lugar elegido para su jubilación, desde donde luego viajaba a Madrid todas las semanas por ser responsable de prensa del comité central del PCE desde su legalización en 1977 y mantenía reuniones clandestinas con la incipiente oposición democrática alicantina, incluidos sus camaradas comunistas. Él fue unos de los artífices de que, la también ya fallecida, la diputada Pilar Brabo, se presentase y saliese elegida parlamentaria por la provincia de Alicante.
Ramírez, comunista temprano como estudiante universitario en el Madrid de los años 30, y que hasta el último momento de su vida residió en Muchamiel junto a su hijo y nieto, ha fallecido por dolencias relacionadas con su avanzada edad en el hospital universitario de San Juan, precisamente él que no era creyente, y sus restos mortales han permanecido en el tanatorio de este municipio hasta las seis de la tarde de hoy domingo, 15 de abril, para esperar la llegada de algunos amigos de Francia y España, que han acudido a despedirlo y rendirle póstumo homenaje por su trayectoria vital sin claudicaciones.
Tanto Ramírez como su mujer, la actriz y locutora catalano-española exilada, Adela Carreras, más conocida como "Adelita del Campo", también fallecida en 1999 y cuyos restos reposan en el cementerio de Muchamiel, donde a las 19,00 horas de hoy domingo han sido inhumados los de su marido en el mismo nicho, fueron dos los artífices de los programas en español de "Radio París", la emisora que durante más de treinta años dio información sobre España desde el exilio francés, soslayando de pleno la censura de la Dictadura franquista sobre los contenidos de los medios de comunicación interiores y las buenas relaciones diplomáticas entre los dos países pirenaicos.
Según el escritor alicantino, también comunista, Enrique Cerdán Tato, el locutor Ramírez mantuvo una gran vitalidad intelectual y física hasta hace muy poco tiempo e, incluso, no era raro verle al volante de su vehículo para desplazarse desde Muchamiel hasta Alicante en su labor constante de recuperación de la Memoria Histórica para así evitar el olvido de vidas y testimonios del bando perdedor de la Guerra Civil, fundamentalmente el de nuestra provincia, como es el caso del poeta oriolano Miguel Hernández, de cuya obra estaban enamorados tanto Julián Antonio como Adelita.
Parte de los archivos sonoros de las emisiones en lengua española de la Organización de la Radio Televisión Francesa (ORTF), más conocida como "Radio París", se encuentran en la Universidad de Alicante gracias a un convenio que firmó el propio Ramírez en 1999 para entregar las cintas que su esposa y él salvaron de la destrucción, y que conservaban todavía en el garaje de su casa alicantina. Especiales momentos de su vida profesional en París fueron la revolución de mayo de 1968, la portuguesa de "los claveles" en 1974, y los fusilamientos franquistas de septiembre de 1975 en España.
El locutor, nacido en San Sebastián en 1916, entró a la emisora de la mano del intelectual español, también exilado en París, el comunista madrileño Jorge Semprún, quien valoró su voz grave y pausada, aparte de un castellano perfecto como correspondía a su ascendencia de Burgos donde, estando de vacaciones estivales universitarias como estudiante de Ingeniería Industrial, le sorprendió el 18 de julio de 1936. En París ejerció diversos oficios, entre ellos papeles secundarios en algunas películas conocidas y con actores franceses de primera fila en ese momento.
En el citado legado a la Universidad de Alicante figuran entrevistas hechas en el exilio al entonces Príncipe Juan Carlos, al pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, al cardenal castellonense Enrique y Tarancón, al profesor Enrique Tierno Galván, y al ministro español de Asuntos Exteriores del franquismo, Gregorio López Bravo, entre otras personalidades relevantes de la vida española de la época.
Las emisiones en español de Radio París, "Ici París", se escuchaban diariamente a este lado de los Pirineos, no sin cierta dificultad a veces, a partir de las once de la noche, casi a escondidas, en el 945 del dial de la Onda Media. Casi como un ritual, eran muchos los españoles que sintonizaban las voces cálidas y bien moduladas de Julián Antonio y su mujer Adela (se conocieron años antes en el campo de concentración francés de Gurs) quienes, durante la media hora que duraba el boletín informativo, repasaban las noticias de la prensa francesa, libres de la censura impuesta por la dictadura franquista, e informando con veracidad de todo lo que publicaba sobre la actualidad española del momento.
Adelita del Campo (natural de Barcelona) y Julián Antonio Ramírez trabajaron siempre desde el exilio por la libertad de prensa y la pluralidad informativa donde, en gran medida, se sustenta hoy la democracia española, y por su labor incuestionable han pasado a formar parte de la historia reciente de España, según coinciden muchos de los alicantinos que los conocieron y trataron, algunos de los cuales acudieron al cementerio para hacer patente ese reconocimiento a ambos en una tarde primaveral, que aventa un tiempo mejor.
Vivía 30 años en el entorno de la ciudad de Alicante, desde 1976, aunque desde algunos años antes era veraneante asiduo en la playa de San Juan, en un apartamento de la avenida Niza, como preludio del lugar elegido para su jubilación, desde donde luego viajaba a Madrid todas las semanas por ser responsable de prensa del comité central del PCE desde su legalización en 1977 y mantenía reuniones clandestinas con la incipiente oposición democrática alicantina, incluidos sus camaradas comunistas. Él fue unos de los artífices de que, la también ya fallecida, la diputada Pilar Brabo, se presentase y saliese elegida parlamentaria por la provincia de Alicante.
Ramírez, comunista temprano como estudiante universitario en el Madrid de los años 30, y que hasta el último momento de su vida residió en Muchamiel junto a su hijo y nieto, ha fallecido por dolencias relacionadas con su avanzada edad en el hospital universitario de San Juan, precisamente él que no era creyente, y sus restos mortales han permanecido en el tanatorio de este municipio hasta las seis de la tarde de hoy domingo, 15 de abril, para esperar la llegada de algunos amigos de Francia y España, que han acudido a despedirlo y rendirle póstumo homenaje por su trayectoria vital sin claudicaciones.
Tanto Ramírez como su mujer, la actriz y locutora catalano-española exilada, Adela Carreras, más conocida como "Adelita del Campo", también fallecida en 1999 y cuyos restos reposan en el cementerio de Muchamiel, donde a las 19,00 horas de hoy domingo han sido inhumados los de su marido en el mismo nicho, fueron dos los artífices de los programas en español de "Radio París", la emisora que durante más de treinta años dio información sobre España desde el exilio francés, soslayando de pleno la censura de la Dictadura franquista sobre los contenidos de los medios de comunicación interiores y las buenas relaciones diplomáticas entre los dos países pirenaicos.
Según el escritor alicantino, también comunista, Enrique Cerdán Tato, el locutor Ramírez mantuvo una gran vitalidad intelectual y física hasta hace muy poco tiempo e, incluso, no era raro verle al volante de su vehículo para desplazarse desde Muchamiel hasta Alicante en su labor constante de recuperación de la Memoria Histórica para así evitar el olvido de vidas y testimonios del bando perdedor de la Guerra Civil, fundamentalmente el de nuestra provincia, como es el caso del poeta oriolano Miguel Hernández, de cuya obra estaban enamorados tanto Julián Antonio como Adelita.
Parte de los archivos sonoros de las emisiones en lengua española de la Organización de la Radio Televisión Francesa (ORTF), más conocida como "Radio París", se encuentran en la Universidad de Alicante gracias a un convenio que firmó el propio Ramírez en 1999 para entregar las cintas que su esposa y él salvaron de la destrucción, y que conservaban todavía en el garaje de su casa alicantina. Especiales momentos de su vida profesional en París fueron la revolución de mayo de 1968, la portuguesa de "los claveles" en 1974, y los fusilamientos franquistas de septiembre de 1975 en España.
El locutor, nacido en San Sebastián en 1916, entró a la emisora de la mano del intelectual español, también exilado en París, el comunista madrileño Jorge Semprún, quien valoró su voz grave y pausada, aparte de un castellano perfecto como correspondía a su ascendencia de Burgos donde, estando de vacaciones estivales universitarias como estudiante de Ingeniería Industrial, le sorprendió el 18 de julio de 1936. En París ejerció diversos oficios, entre ellos papeles secundarios en algunas películas conocidas y con actores franceses de primera fila en ese momento.
En el citado legado a la Universidad de Alicante figuran entrevistas hechas en el exilio al entonces Príncipe Juan Carlos, al pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, al cardenal castellonense Enrique y Tarancón, al profesor Enrique Tierno Galván, y al ministro español de Asuntos Exteriores del franquismo, Gregorio López Bravo, entre otras personalidades relevantes de la vida española de la época.
Las emisiones en español de Radio París, "Ici París", se escuchaban diariamente a este lado de los Pirineos, no sin cierta dificultad a veces, a partir de las once de la noche, casi a escondidas, en el 945 del dial de la Onda Media. Casi como un ritual, eran muchos los españoles que sintonizaban las voces cálidas y bien moduladas de Julián Antonio y su mujer Adela (se conocieron años antes en el campo de concentración francés de Gurs) quienes, durante la media hora que duraba el boletín informativo, repasaban las noticias de la prensa francesa, libres de la censura impuesta por la dictadura franquista, e informando con veracidad de todo lo que publicaba sobre la actualidad española del momento.
Adelita del Campo (natural de Barcelona) y Julián Antonio Ramírez trabajaron siempre desde el exilio por la libertad de prensa y la pluralidad informativa donde, en gran medida, se sustenta hoy la democracia española, y por su labor incuestionable han pasado a formar parte de la historia reciente de España, según coinciden muchos de los alicantinos que los conocieron y trataron, algunos de los cuales acudieron al cementerio para hacer patente ese reconocimiento a ambos en una tarde primaveral, que aventa un tiempo mejor.
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Una lección de periodismo francés
Dentro de las actividades programadas por la Escuela Oficial de Idiomas de Soria, para conmemorar el XXV Aniversario de su creación, el jueves, 20 de mayo de 2004, tuvimos la oportunidad - y la suerte - de asistir a una gran lección de periodismo. El profesor: Julián Antonio Ramírez, donostiarra de nacimiento y castellano, de Peñaranda de Duero (Burgos), por parte de padres.
La introducción a su lección magistral la dedicó, en primer lugar, a reivindicar precisamente sus orígenes castellanos. Pero, ¡otra vez será!, no estaba en Soria para hablar de esta cuestión, sino del periodismo que se practicaba en las emisiones en castellano de la Radio Televisión Francesa (denominada popularmente, Radio Paris), en donde el Sr. Ramírez desarrolló una buena parte de su vida activa. Como era de esperar, comenzó su exposición aclarando que aquellas emisiones nada tenían que ver con la información ofrecida por otras emisoras militantes como, por ejemplo, La Pirenaica. En absoluto. Su reto, además de su obligación profesional, era precisamente ése: abordar la actualidad española y mundial con un rigor exquisito. Su éxito en España (salía a las ondas entre las 11 y las 12 de la noche) no dejó de crearle a él y a otros pequeños problemas diplomáticos y laborales.
Como es lógico, durante los años en que el Sr. Ramírez estuvo en esta emisora francesa, muchas fueron las personalidades con las que tuvo que tratar. Lo cuenta todo en un libro de obligada lectura (Ici, Paris. Memorias de una voz de libertad. Alianza Editorial, 2003), no ya por su contenido histórico, anecdótico, informativo, sino, sobre todo, por el rigor con el que está escrito y el estilo reposado, comprensivo, machadiano - sobre todo -, que emplea para describir situaciones tan contradictorias de su vida.
Julián Antonio Ramírez conoció mucho - entre otras muchas personalidades del mundo de la política, la cultura, etc. - a Mario Vargas Llosa, el escritor peruano de quien - según contó en la conferencia - recibió un largo abrazo hace tan solo dos meses en Alicante. Y conoció a Mario Benedetti y a Rafael Alberti, Picasso, Severo Sarduy, Ramón Chao (padre del cantante Manu Chao), Paco Ibáñez, El Cardenal Tarancón, Manuel Jiménez de Parga, Paco Camino, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, el Rey D. Juan Carlos.
Curiosamente, una de sus ultimas misiones como enviado especial de aquella emisora fue visitar El Pardo, para cubrir la entrevista entre el ministro francés de Asuntos Exteriores, Maurice Schumann, y el general Franco.
Además de periodista, Julián Antonio Ramírez fue siempre un actor vocacional: en La Barraca de García Lorca, primero; en los pequeños grupos teatrales que organizaba, en Francia, junto su esposa, Adelita Del Campo, locutora también de Radio Paris ("El Correo del Oyente", etc.),......... Y actor, además, de cine, participando, como actor secundario, en muchas películas francesas: "Pas de panique", "Le cave de rebiffe", "Trois enfants dans le désordre", y otras, junto a actores como Jean Gabin, Louis de Funes, Catherine Deneuve, Annie Girardot. Si, a todo este curriculum, añadimos sus trabajos de traducción, interpretación, doblaje, podemos damos una idea de que La Lección de Julián Antonio Ramírez el jueves, en el Centro Gaya Nuño de Caja Duero de Soria, fue una de esas que merecen la pena recordar en la memoria histórica de una ciudad tan culta como Soria.
Mayo, 2004. Jesús Bozal Alfaro
A mediados de los años cincuenta, escuchar Radio París era un pequeño y cotidiano acto de afirmación, de consuelo y de esperanza. Durante algunos minutos éramos, o nos sentíamos, un poco más libres y, sobre todo, sabíamos que algún día llegaríamos a ser libres. Además de reportajes deportivos, culturales, turísticos y de todo tipo, así como del diario «Boletín Informativo», Julián Antonio Ramírez fue el responsable, con Adelita del Campo, de la sección «Kiosco de periódicos», que varias veces a la semana pasaba revista a la prensa francesa para informarnos de lo que realmente ocurría en España, y de programas como «Tribuna Juvenil», «El correo del oyente», «Alma de la canción francesa», «Tarjeta de visita», etc. Las voces inconfundibles de Adelita y de Julián pertenecen a la historia de España y a la historia de la Radio, y las podremos ahora volver a escuchar en el CD incluido en este libro, que recoge una selección de sus programas y entrevistas.
Julián Antonio Ramírez, de 90 años, es otra de las joyas de esta caravana. Su historia es la de los miles de intelectuales que tuvieron que huir al exilio. "Luché en la guerra civil pero tuve que escapar a Francia para evitar el fusilamiento. Después, volví para participar en la batalla del Ebro. De ahí pasé a varios campos de concentración en Francia. Pude haber escapado, porque hablaba francés, pero quise seguir con mis compañeros". En todos los campos por los que pasó se encargó del comisionado cultural y, después de la guerra, pilotó Radio París durante 25 años.
LA RADIO DE LA ESPERANZA
El libro Ici Paris, autobiografía de Julián Antonio Ramírez, uno de los locutores de Radio París
durante la Guerra Civil y la época franquista se presentó en 2003 en la UA en el
transcurso de una mesa redonda coordinada por el profesor Francisco Moreno.
Según el autor "el libro no se limita a reflejar los recuerdos de un veterano de la radio, sino que
incluye toda una serie de vivencias durante la Segunda República, el período de efervescencia, y la
Guerra Civil como preludio de la Guerra Mundial". Además, se ha escrito "con el propósito de no
dejar que se incluyera el más mínimo ápice de ficción. Todo lo que se cuenta es verdad".
En una época en la que toda la información estaba sometida a una extrema censura y el panorama
mediático era desolador, los españoles esperaban ansiosos el momento de escuchar las emisiones
extranjeras que permitieran conocer lo que realmente ocurría en el país. Por ello se presenta este
libro como Memorias de una voz de libertad. Sin embargo Julián Antonio Ramírez nunca ha podido
ser una voz en libertad, porque debido a su participación en actividades culturales y como
corresponsal ha sido perseguido e incluso condenado a muerte por recitar poemas en un homenaje
a García Lorca, algo que, según afirma, ha pesado sobre él durante toda su vida.
Desde Francia él y su mujer, Adelita del Campo, consiguieron mantener la voz de libertad y decir
las verdades que en España no se reconocían. Mediante entrevistas realizadas a españoles que
viajaban a Francia ofrecían una visión distinta de la situación. Además se realizaban tanto a
personajes relevantes como Picasso, el entonces Príncipe Juan Carlos, Tarancón, … como a
personas que iban a trabajar en los viñedos franceses.
El libro incluye, aparte de sus más de 500 páginas, un CD con muchas de estas entrevistas y otras
partes del programa de radio. Al morir Franco, Julián Antonio Ramírez pudo regresar a España, y lo
hizo con la intención de no hablar de todo lo vivido, pero le fue imposible, pues no pudo negarse a la
petición de escribir este libro, y afirma que todavía tiene información y experiencias a contar para
escribir otros muchos. Los profesores Francisco Moreno y Juan Martínez le han ayudado mediante
numerosas y extensas a entrevistas a la labor. Hoy en día este veterano sigue participando en actos
culturales y hace unos meses la Unión de Periodistas de Valencia le concedió el Premio a la
Libertad de Expresión.
BIOGRAFÍA de JULIÁN ANTONIO RAMÍREZ
Desde mediados de los años cincuenta, hasta la llegada de la Democracia, cada día a las once de la noche, miles de españoles y españolas teníamos una cita semi-secreta con una emisora que lograba desde Paris traspasar los Pirineos hasta los hogares de nuestro país.
Entre interferencia e interferencia llegaba puntualmente la información de lo que ocurría en aquella España tan celosamente vigilada por la censura de la Dictadura franquista, a través de una notable relación de periodistas, locutores y colaboradores.
Pero para quienes recordamos aquellos años, fueron las voces inconfundibles de Julián Antonio Ramírez y de su esposa Adelita del Campo, los que mejor simbolizaron las aspiraciones de libertad, en medio de la intolerancia, la dictadura y el silencio.
Escuchar “Radio Paris” pronto se convirtió en un pequeño acto cotidiano de esperanza en la que Julián y su compañera se encargaron de la sección: “Quiosco de periódicos” y de programas como “Tribuna Juvenil”, el “Correo del oyente”, “Tarjeta de visita”. etc.
Programa tras programa llegó el fin de la Dictadura y pudieron regresar a España para afincarse en Alicante, donde se incorporaron intensamente a la actividad política y cultural, pero sin perder el contacto con sus compañeros y compañeras de la Resistencia contra el nazismo y de la larga lucha antifranquista.
Empezaba la tarea de mantener y recuperar del olvido la memoria de quienes protagonizaron la ilusionante experiencia que se forjó durante la Segunda República y de los ideales por los que habían luchado tantos miles de españoles.
La propia vida de Julián, fue ejemplo de ello, desde que siendo joven marchó de San Sebastián a Madrid para cursar estudios de Ingeniería Técnica. Allí tomó contacto con el mundo de la cultura, del cine y del teatro a través del grupo “ La Barraca”.
La sublevación militar de 1936 le llevó a defender la legalidad republicana en los Frentes del Norte y Cataluña. Tras la caída de Barcelona pasó la frontera y fue internado en los campos de concentración del Sur de Francia, donde conoció a su mujer. Meses mas tardes, desde el campo de Gurs se incorporó a la lucha contra la invasión nazi en el Primer Batallón de las Fuerzas Francesas.
Acabada la Segunda Guerra Mundial emprendió una intensa labor periodística en Toulouse, París y Praga, participando también en varias películas como actor secundario. Su entrada en Radio Paris le permitió entablar un estrecho contacto con opositores al régimen franquista como; Enrique Tierno Galván, López Bravo, Tarancón, Hugh Tomas, Pablo Picasso, o con personajes de Latinoamérica como Mario Benedetti, Vargas Llosa o Severo Sarduy.
La conciencia y la personalidad de Julian Antonio Ramírez quedaron fuertemente fraguadas por sus experiencias y lo que podía haber sido una vida rutinaria de funcionario, se convirtió en una vida comprometida con las causas justas.
El paso de los años nunca frenó si implicación en numerosas actividades, recuperando la figura de Miguel Hernández a través de la fundación que lleva el nombre del poeta.
De igual forma su participación en la organización de homenajes a los que lucharon en la Resistencia, las Brigadas Internacionales o en la guerrilla antifranquista, han ido dejando una profunda huella en cada lugar de su trayectoria. Hoy una vez más, su testimonio y su presencia son sin duda otra nueva victoria capaz de sobreponerse a las derrotas del pasado contra la amnesia y el olvido.
Adelita del Campo y Julián Antonio Ramírez recibieron un cálido homenaje en Mutxamel (L'Alacantí).
Los míticos locutores de Radio París, que durante la dictadura franquista ofrecían cada noche un programa radiofónico desde el exilio en castellano fueron protagonistas en la Cadena SER.
Inaki Gabilondo, director del programa Hoy por hoy, dedicó parte de su espacio matinal a recordar las emisiones que hacían desde Radio París y a rescatar entrevistas y testimonios de la época.
Manuel Vicent y Mario Vargas Llosa se sumaron al homenaje a Julián Antonio Ramínez, y a su esposa, Adelita del Campo, cuyos restos mortales descansan en el cementerio de Mutxamel desde hace cuatro años. "Ha sido un día lleno de alegría, emociones y recuerdos" aseguró Ramírez, visiblemente afectado por la ocasión.
Radio Alicante dedicó su magazine matinal a este homenaje y el pueblo de Mutxamel también recordó el trabajo de lucha contra la dictadura que estos dos locutores realizaron desde Radio París.
En 1999 con motivo del 75 aniversario del nacimiento de Radio España, la Universidad de Alicante recibió el legado y los archivos sonoros de las emisiones en español de la Radio Televisión Francesa.
Julián Antonio Ramírez Hernando nació en San Sebastián hace 90 años. Fue la “voz de la libertad” durante veinticinco años, junto a Adelita del Campo, su mujer, en Radio París.
Celebró el “Homenaje a los poetas de sacrificio” (Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández) en las paredes del antiguo Reformatorio de Adultos de Alicante en 1985. Fue actor en La Barraca de García Lorca y en múltiples obras puestas en escena por grupos franceses.
En 2003 publicó el primer tomo de sus recuerdos: “Ici París. Memorias de una voz en libertad”. Es miembro de la Junta Directiva de la Fundación Antonio Machado de Collioure (Francia), forma parte de la Asociación Archivo de Guerra y Exilio, de Alicante y preside la Asociación de Estudios Miguel Hernández, sita en la misma ciudad.
En marzo de 2003 recibió un homenaje en la Casa de Cultura de Mutxamel, localidad donde reside actualmente acompañado de su hijo.
El Patronato de la Fundación Cultural Miguel Hernández acordó otorgarle, en mayo pasado, la Medalla al Mérito Hernandiano en consideración a la difusión realizada por él del poeta oriolano.
¿Qué supuso para usted recibir la Medalla al Mérito Hernandiano?
Una satisfacción indescriptible, estoy verdaderamente emocionado.
¿Cómo surgió su interés por la figura de Miguel Hernández?
Surgió al calor de todas aquellas aventuras que vivimos en aquellos años y que nos hacían acercarnos. Yo no lo conocí personalmente, porque yo pasé la guerra de España en el Norte y luego en Cataluña. Pero me había impresionado su manera de abordar los graves problemas que tenía España en aquel momento.
¿Qué fue aquello que más le cautivó, en un primer momento, del poeta?
Su sinceridad, creo que es muy sincero. Expresa como una gran verdad todo lo que siente y sentía cosas muy buenas, muy bellas, muy hermosas y lo expresaba muy bien.
En la época en la que usted trabajó en Radio París, ¿tenía trascendencia la figura de Miguel Hernández?
No demasiada en aquel momento, pero empezaba a penetrarse.
¿Para cuándo la continuación de ICI PARÍS?
Estoy trabajando en el, lo llevo con calma.
¿Cómo conoció la Fundación Cultural Miguel Hernández?
En uno de mis pasos por Orihuela con motivo de la figura de Miguel Hernández y supe que existía esta Fundación. En 1994, cuando fue creada la Fundación, la presidenta era doña Lucía Izquierdo, la nuera de Miguel, y en 1998 abandonó el Patronato de la Fundación y creo que ya no tiene ninguna vinculación con la misma.
Y creo que fue así como la conocí, por la figura de Miguel que me llevó a su pueblo, Orihuela.
¿Ha colaborado alguna vez con dicha entidad?
He colaborado participando en todas las actividades que desarrollo al estar en contacto con ella de una u otra manera. Y agradezco la invitación que me hizo Aitor, director del Taller de Empleo de dicha Fundación, a colaborar en la revista y sin duda lo haré.
¿Cómo surgió la idea de la creación de la Asociación de Estudios de Miguel Hernández?
Yo soy vasco de nacimiento, nací en San Sebastián, y llegué aquí atraído por lo que estas tierras significaban para la que era mi esposa, Adelita del Campo. Y empecé a sentir la importancia que se daba en estas tierras a la figura y a la obra de Miguel Hernández, y me interesé yo por el.
Se aproxima el centenario del nacimiento del poeta. ¿Qué actividades se le ocurrirían para la conmemoración?
Acabar la edición de sus obras completas de una manera muy cuidada. Me parece que sería una de las tareas importantes que hacer. Luego conmemorarlo aquí, en su tierra y fuera de aquí. Porque es muy necesario que se conozca mucho más de lo que se conoce la figura y la obra de Miguel Hernández.
¿Tiene preparada la Asociación alguna actividad o iniciativa de cara al centenario?
En este momento no, pero voy a pensar en ello.
¿Considera que se pueden inculcar valores a través de la poesía?
Absolutamente. Creo, incluso, que es el mejor vehículo para propagar la poesía.
¿Qué piensa de la obra poética de Miguel Hernández?
No me atrevo a decir nada, me parece que es una labor grandiosa y que todavía no tiene el reconocimiento público general que merece.
¿Puede ser que no todo el mundo pueda entender el verdadero mensaje de la poesía?
Sí, claro que puede ser. De hecho hay mucha gente que no lo entiende y hay muy poca gente que lo entiende, que es la que sirve. La causa de la poesía es una gran causa humana.
¿Qué opina del trabajo que esta realizando la Fundación Cultural Miguel Hernández?
Hasta ahora me parece muy bien. Lo que deseo es que continúe y que mejore cada vez más.
¿Está escribiendo actualmente? ¿Tiene en mente algún proyecto?
Yo no paro de escribir, pero se amontonan los papeles, no sé qué será de ellos. Pero yo no paro de escribir.
Maribel Doblado
María Antonieta M. Lidón
Mayte Sánchez Gómez
Monse Serna
LA VOZ DE RADIO PARÍS
Durante años fue la voz de Radio París. Cada noche, entre las 23 y 24 horas, miles de españoles contactaban con una emisora que lograba traspasar las fronteras. La madrugada del pasado sábado, el locutor Julián Antonio Ramírez fallecía a los 91 años de edad en el Hospital Universitario de San Juan.
Ramírez, locutor de Radio París durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, residía en los últimos años en Mutxamel. Tanto él como su mujer, Adelita del Campo, también fallecida y cuyos restos reposan en el cementerio del municipio, fueron dos de los artífices de Radio Televisión Francesa, la emisora que durante más de treinta años dio información sobre España desde el exilio francés tratando de soslayar la censura de la dictadura franquista. Según el miembro de la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica y escritor Enrique Cerdán Tato, Ramírez mantuvo una gran vitalidad intelectual y física hasta hace muy poco e, incluso, no era raro verle al volante de su vehículo para desplazarse desde Mutxamel a Alicante. Sin embargo, dolencias relacionadas con su avanzada edad le llevaron a ingresar en el Hospital de San Juan.
Sinónimo del antifranquismo, Julián Antonio Ramírez nació en San Sebastián en 1916. A los 20 años marchó a Madrid a estudiar Ingeniería Técnica, donde entró en contacto con el mundo de las letras y del teatro con la compañía La Barraca de García Lorca. Defensor de los republicanos durante la sublevación militar de 1936, tras pasar la frontera fue internado en los campos de concentración del sur de Francia.
Actualmente, parte de los archivos sonoros de las emisiones en lengua española de Radio París se encuentran en la Universidad de Alicante gracias a un convenio que firmó en 1999. En el citado legado figuran entrevistas hechas en el exilio al entonces Príncipe Juan Carlos, al pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso con motivo de su 85 cumpleaños, al cardenal Tarancón y al profesor Enrique Tierno Galván, entre otras personalidades de la vida española de la época. Entre las numerosas actividades en las que participó destaca la recuperación de la figura de Miguel Hernández a través de la fundación que lleva el nombre del poeta oriolano.
De "Las Provincias"
Los colores rojo, amarillo y morado inundaron ayer domingo el centro de la ciudad en la «Marcha del Tren Republicano Castellón-Alicante», que unió a un total de 2.000 personas con motivo del 76 aniversario de la II República y para reivindicar que haya una tercera. Allí estuvieron sindicatos, Esquerra Unida, el Partido Comunista, miembros de la Comisión por la Memoria Histórica y del Foro por la III República, además de ciudadanos particulares.
La marcha se inició en la estación de Alicante, donde más de mil personas esperaban a los republicanos que venían en el «Tren Republicano del País Valenciano», que había recorrido 18 paradas antes de llegar a Alicante para que todas estas personas estuvieran presentes en esta marcha.
Desde la estación, el recorrido llevó a los asistentes por diferentes espacios alicantinos significativos durante la historia del republicanismo. Por ello, se desplazaron hacia la Plaza de los Luceros, para llegar después hasta el Mercado Central. Allí se hizo un homenaje a las doscientas víctimas de un bombardeo fascista que hubo en ese lugar. Desde allí se desplazaron al Cine Ideal, que sirvió de cárcel durante la Guerra Civil. El siguiente punto en el itinerario fue el Ayuntamiento de Alicante, donde el 14 de abril de 1.931 se proclamó la II República. Por último, se llegó hasta el Puerto, donde miles de personas quedaron atrapadas al no poder iniciar el viaje hacia el exilio en alguno de los barcos que salían de la ciudad. En el parque del Paseíto Ramiro, los asistentes a la marcha escucharon los manifiestos de la Comisión por la Memoria Histórica y el Foro por la II República de Alicante, en los que se reclamaba la restauración de la República y la reivindicación de la defensa de los derechos sociales y laborales, la laicidad del Estado, la defensa del territorio y la defensa de la memoria histórica, entre otros.
José Antonio Fernández Cabello, candidato a la Alcaldía de Alicante por EU, manifestó que «es una experiencia maravillosa porque supone la vertebración del País Valenciano, ya que viene gente desde Castellón para reivindicar que la II República fue el régimen más democrático en la historia de España. Creo que debemos recuperar los valores republicanos y volver a este sistema para alcanzar la plena madurez democrática».
De "Información"
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