MURCIA.- Analizando los datos
del Proyecto de Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura 2009-2015
(PPHDS) se ha detectado un error de exactamente 400 hm3 en el cómputo de
los recursos subterráneos anuales para la serie temporal corta
(1980-2005) y de 491 hm3 para la larga (1940-2005). Pasando éstos a ser
de 1.091 hm3 o de 1.294 hm3/año respectivamente. Es decir, casi el doble
de lo que calcula el Plan para ellos, según fuentes conocedoras a fondo
de la cuestión.
Este descuadre en las cifras se debe a un error conceptual y numérico que se traslada al resto. Pues se asimila la escorrentía superficial a la total; y, en consecuencia, el PPHDS olvida contabilizar, también como recursos propios de la demarcación, los 25,93 mm/año para la serie corta y 30,69 mm/año para la serie larga que él mismo calcula para la recarga del agua de lluvia en los acuíferos confinados, o “no drenantes al río Segura” (en palabras del propio PPHDS). Es decir, omite la otra escorrentía subterránea que no fluye por los ríos: la auténtica agua subterránea.
Lejos de hacer este sencillo cálculo del agua subterránea, que nada tiene que ver con los cauces superficiales y que se pierde anualmente en el mar a través de los acuíferos confinados, multiplicando esos valores anteriores por la superficie de la cuenca (estimación habitual en esta materia que, a modo de ejemplo, podemos ver en el Libro Blanco del Agua de año 2.000 y en el actual borrador del Proyecto de Plan Hidrológico del Júcar) y que para el caso del Segura da como resultado 493 y 584 hm3/año para cada una de las series temporales antes referidas, el PPHDS dice, sin argumentarlo, que estos volúmenes son de 93 hm3 tanto para la serie corta como para la larga./año. Y da ese mismo valor de 93 tanto para la serie corta como para la larga.
Es decir, el PPHDS olvida contabilizar exactamente 400 hm3 anuales para la serie temporal corta o 491 hm3 /año para la serie larga de agua propia de la cuenca del Segura.
Parte de ellos, además de una fracción de los más 50.000 hm3 albergan los embalses subterráneos, y de las que también se olvida el PPHDS, pueden ser aprovechados de forma sostenible y compatible con el medio ambiente para generar nuevos regadíos y otras demandas de bajas dotaciones que favorezcan el progreso social y económico, armonizando el desarrollo regional y sectorial, el crecimiento de la renta y su más justa distribución. Principios éstos a los que debe someterse también esta planificación del Estado y que se recogen en los Artículos 40 y 131 de la Constitución Española.
Máxime, cuando al contabilizar estos otros casi 500 hm3 anuales, se comprueba que la Demarcación del Segura no es deficitaria. En efecto y con los propios datos del PPHDS, los recursos totales de la demarcación, incluidos los desalinizados, pasan de 1.189 hm3/año a 1.824 hm3 de media procedentes del trasvase del Tajo y del Negratín (320+17). Lo que hace un total de 1926 hm3/año, a 1.589 hm3/año (serie corta) o de 1.333 /año en la serie larga. A los que hay que sumar los 337 hm3/año (serie corta) y 2.161 hm3/año (serie larga).
Como las demandas totales son de 1.744 hm3/para el horizonte final de este plan (año 2.015) se demuestra que no hay déficit, y si un superávit de entre 182 y 417 hm3/año.
Este volumen podría ser aún mayor si, como dice la Instrucción de Planificación, los cálculos de las variables meteorológicas medias (tales como Temperatura, Precipitación y Evapotranspiración Real) los hubiera hecho la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y no modelos numéricos de particulares o de entidades ajenas a esta agencia gubernamental.
A modo de ejemplo, el cálculo de la Temperatura media de la cuenca del Segura no aparece en ningún documento del PPHDS, dato que es vital para saber el de Evapotranspiración Real.
Tampoco está el del porcentaje de la lluvia que se evapotranspira. En cambio, en el vecino proyecto de Plan Hidrológico del Júcar este porcentaje es del 80%.
Pues bien, con los propios datos del Plan del Segura e incluyendo los 493 hm3 año antes referidos para la serie temporal corta (1980-2005), este porcentaje, para la cuenca del Segura, es del 81,7%; que es, como se ve, muy similar al del Júcar. El casi 20% restante de la lluvia caída son los recursos naturales propios.
El PPHDS no define ni plasma en un mapa los acuíferos confinados que denomina “no drenantes al río Segura” (como si hace, por ejemplo, en el del Júcar) y por los que circulan hasta el mar esos olvidados 493 hm3 /año de aguas subterráneas, según exhaustivos y olvidados estudios .
Los más importantes, por estar desconectados de los cauces fluviales y humedales y porque almacenan más de 50.000 hm3 hidrogeológicos del IRYDA y del IGME de los años 70. Además, muchos piezómetros que utiliza para estimar la situación cuantitativa de las masas de agua (las “si drenantes al río Segura”, que son las únicas que considera) no son representativos de éstas, al estar afectados por los bombeos propios o de pozos próximos, en contra de lo que dice la propia Instrucción de Planificiación.
Por tanto, y considerando la información que no contempla el PPHDS, en especial la existencia de acuíferos confinados superpuestos en la vertical que conforman masas de agua diferentes y que no se definen, los errores metodológicos detectados en muchas de las evoluciones piezométricas que, más que medir la situación real de acuíferos, miden campos de pozos “sobrebombeados” y los recursos y reservas antedichos que no se contabilizan; se puede decir que la definición de masas de agua sobreexplotadas o en riesgo de no alcanzar el buen estado cualitativo o cuantitativo es errónea y debe ser revisada.
Pues cuando se analiza con rigor los datos de evolución piezométrica de pozos no afectados por bombeo, se comprueba que el nivel del agua actual en el manto acuífero que consideremos se encuentra a la misma profundidad que hace 30 o 40 años en, al menos, el 95% del territorio de la demarcación, y sobre los 40 metros de profundidad de valor medio. Los grandes embalses subterráneos Prebéticos superpuestos, formaciones CHORRO (Jurásico) y BENEJAMA (Cretácico Superior), que ocupan la mitad norte de la cuenca, siguen, a efectos prácticos, “vírgenes” aún hoy, fueron definidos por el IGME a finales de los años 70 y “no aparecen” en el PPHDS.
Por tanto, dada la situación actual de crisis económica y la importancia demostrada del agua para dinamizar la economía de esta tierra, urge disponer de estos otros recursos subterráneos anuales con ciencia y conciencia sostenible para cumplir los principios constitucionales antes referidos y que deben regir también esta planificación.
En consecuencia, se propone modificar la Normativa del PPHDS para que se permitan nuevas concesiones de aguas subterráneas, fundamentalmente para redotar cultivos existentes y establecer nuevos regadíos, hasta un volumen de 120 hm3 en un horizonte temporal de cinco años desde la aprobación del Plan.
Este descuadre en las cifras se debe a un error conceptual y numérico que se traslada al resto. Pues se asimila la escorrentía superficial a la total; y, en consecuencia, el PPHDS olvida contabilizar, también como recursos propios de la demarcación, los 25,93 mm/año para la serie corta y 30,69 mm/año para la serie larga que él mismo calcula para la recarga del agua de lluvia en los acuíferos confinados, o “no drenantes al río Segura” (en palabras del propio PPHDS). Es decir, omite la otra escorrentía subterránea que no fluye por los ríos: la auténtica agua subterránea.
Lejos de hacer este sencillo cálculo del agua subterránea, que nada tiene que ver con los cauces superficiales y que se pierde anualmente en el mar a través de los acuíferos confinados, multiplicando esos valores anteriores por la superficie de la cuenca (estimación habitual en esta materia que, a modo de ejemplo, podemos ver en el Libro Blanco del Agua de año 2.000 y en el actual borrador del Proyecto de Plan Hidrológico del Júcar) y que para el caso del Segura da como resultado 493 y 584 hm3/año para cada una de las series temporales antes referidas, el PPHDS dice, sin argumentarlo, que estos volúmenes son de 93 hm3 tanto para la serie corta como para la larga./año. Y da ese mismo valor de 93 tanto para la serie corta como para la larga.
Es decir, el PPHDS olvida contabilizar exactamente 400 hm3 anuales para la serie temporal corta o 491 hm3 /año para la serie larga de agua propia de la cuenca del Segura.
Parte de ellos, además de una fracción de los más 50.000 hm3 albergan los embalses subterráneos, y de las que también se olvida el PPHDS, pueden ser aprovechados de forma sostenible y compatible con el medio ambiente para generar nuevos regadíos y otras demandas de bajas dotaciones que favorezcan el progreso social y económico, armonizando el desarrollo regional y sectorial, el crecimiento de la renta y su más justa distribución. Principios éstos a los que debe someterse también esta planificación del Estado y que se recogen en los Artículos 40 y 131 de la Constitución Española.
Máxime, cuando al contabilizar estos otros casi 500 hm3 anuales, se comprueba que la Demarcación del Segura no es deficitaria. En efecto y con los propios datos del PPHDS, los recursos totales de la demarcación, incluidos los desalinizados, pasan de 1.189 hm3/año a 1.824 hm3 de media procedentes del trasvase del Tajo y del Negratín (320+17). Lo que hace un total de 1926 hm3/año, a 1.589 hm3/año (serie corta) o de 1.333 /año en la serie larga. A los que hay que sumar los 337 hm3/año (serie corta) y 2.161 hm3/año (serie larga).
Como las demandas totales son de 1.744 hm3/para el horizonte final de este plan (año 2.015) se demuestra que no hay déficit, y si un superávit de entre 182 y 417 hm3/año.
Este volumen podría ser aún mayor si, como dice la Instrucción de Planificación, los cálculos de las variables meteorológicas medias (tales como Temperatura, Precipitación y Evapotranspiración Real) los hubiera hecho la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y no modelos numéricos de particulares o de entidades ajenas a esta agencia gubernamental.
A modo de ejemplo, el cálculo de la Temperatura media de la cuenca del Segura no aparece en ningún documento del PPHDS, dato que es vital para saber el de Evapotranspiración Real.
Tampoco está el del porcentaje de la lluvia que se evapotranspira. En cambio, en el vecino proyecto de Plan Hidrológico del Júcar este porcentaje es del 80%.
Pues bien, con los propios datos del Plan del Segura e incluyendo los 493 hm3 año antes referidos para la serie temporal corta (1980-2005), este porcentaje, para la cuenca del Segura, es del 81,7%; que es, como se ve, muy similar al del Júcar. El casi 20% restante de la lluvia caída son los recursos naturales propios.
El PPHDS no define ni plasma en un mapa los acuíferos confinados que denomina “no drenantes al río Segura” (como si hace, por ejemplo, en el del Júcar) y por los que circulan hasta el mar esos olvidados 493 hm3 /año de aguas subterráneas, según exhaustivos y olvidados estudios .
Los más importantes, por estar desconectados de los cauces fluviales y humedales y porque almacenan más de 50.000 hm3 hidrogeológicos del IRYDA y del IGME de los años 70. Además, muchos piezómetros que utiliza para estimar la situación cuantitativa de las masas de agua (las “si drenantes al río Segura”, que son las únicas que considera) no son representativos de éstas, al estar afectados por los bombeos propios o de pozos próximos, en contra de lo que dice la propia Instrucción de Planificiación.
Por tanto, y considerando la información que no contempla el PPHDS, en especial la existencia de acuíferos confinados superpuestos en la vertical que conforman masas de agua diferentes y que no se definen, los errores metodológicos detectados en muchas de las evoluciones piezométricas que, más que medir la situación real de acuíferos, miden campos de pozos “sobrebombeados” y los recursos y reservas antedichos que no se contabilizan; se puede decir que la definición de masas de agua sobreexplotadas o en riesgo de no alcanzar el buen estado cualitativo o cuantitativo es errónea y debe ser revisada.
Pues cuando se analiza con rigor los datos de evolución piezométrica de pozos no afectados por bombeo, se comprueba que el nivel del agua actual en el manto acuífero que consideremos se encuentra a la misma profundidad que hace 30 o 40 años en, al menos, el 95% del territorio de la demarcación, y sobre los 40 metros de profundidad de valor medio. Los grandes embalses subterráneos Prebéticos superpuestos, formaciones CHORRO (Jurásico) y BENEJAMA (Cretácico Superior), que ocupan la mitad norte de la cuenca, siguen, a efectos prácticos, “vírgenes” aún hoy, fueron definidos por el IGME a finales de los años 70 y “no aparecen” en el PPHDS.
Por tanto, dada la situación actual de crisis económica y la importancia demostrada del agua para dinamizar la economía de esta tierra, urge disponer de estos otros recursos subterráneos anuales con ciencia y conciencia sostenible para cumplir los principios constitucionales antes referidos y que deben regir también esta planificación.
En consecuencia, se propone modificar la Normativa del PPHDS para que se permitan nuevas concesiones de aguas subterráneas, fundamentalmente para redotar cultivos existentes y establecer nuevos regadíos, hasta un volumen de 120 hm3 en un horizonte temporal de cinco años desde la aprobación del Plan.
Considerando,
como nuevos regadíos, también los posteriores a la fecha de aprobación
del actual Plan Hidrológico de 1998 y hasta el momento de aprobación del
presente proyecto.
Además, que los aprovechamientos de pozos de menos de 7.000 m3 solo por la norma general del Artículo 54.2 del Texto Refundido de la Ley de Aguas, derogando las limitaciones anteriores del vigente Plan Hidrológico, del Real Decreto Ley 3/86 y de los acuerdos recientes de la Junta de Gobierno de la CHS, como ya han pedido algunos municipios de la provincia de Albacete.
Además, que los aprovechamientos de pozos de menos de 7.000 m3 solo por la norma general del Artículo 54.2 del Texto Refundido de la Ley de Aguas, derogando las limitaciones anteriores del vigente Plan Hidrológico, del Real Decreto Ley 3/86 y de los acuerdos recientes de la Junta de Gobierno de la CHS, como ya han pedido algunos municipios de la provincia de Albacete.
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