De hecho, del análisis de los datos más recientes y de las
perspectivas trasladadas por las organizaciones sectoriales de la CEV,
se puede inferir que la economía regional ha mantenido durante el primer
trimestre de 2024 un ritmo de crecimiento «aceptable», aunque inferior
al del trimestre anterior, con un «alto grado de heterogeneidad» entre
las ramas productivas.
En esta línea, para los siguientes trimestres, por el lado de la
demanda se espera «una paulatina mejoría en la inversión, cierta
estabilidad en el consumo privado y una menor aportación del consumo
público».
El débil crecimiento de la zona euro y resto de los
principales destinos del comercio exterior, unido a una recuperación en
las importaciones, sustentarán «escasos avances» en la demanda externa.
Por el lado de la oferta, destaca que las empresas se siguen
enfrentando a un «elevado nivel de costes financieros, de materias
primas y componentes, transporte, fletes y energéticos».
Por la parte de
los costes laborales, al aumento de los costes salariales se le ha
unido el «considerable aumento» de otros, entre los que destacan las
cotizaciones obligatorias a las Seguridad Social.
Además, se extienden
las «dificultades» para contratar perfiles profesionales específicos
adecuados a las necesidades empresariales.
Ante esta coyuntura, desde la CEV se advierte de que la prórroga de
los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023 para este ejercicio
afectará «de modo especialmente negativo» a la Comunitat Valenciana,
«una región crónicamente infrafinanciada y que acumula elevados déficits
en las inversiones territorializadas, sobre todo en la provincia de
Alicante».
Además, en el marco de los Fondos Next Generation EU, en cuya
ejecución subraya que tanto España como la Comunitat van «rezagadas»,
«la inestabilidad que ha provocado la prórroga de los PGE puede retrasar
la implementación de las reformas que el Gobierno central se
comprometió a realizar con Bruselas para poder acceder a nuevas entregas
de fondos».
Por ello que, a la vista de que las «principales amenazas» provienen
de la «incertidumbre geopolítica y la inestabilidad en la política
nacional», desde la CEV se insiste en la necesidad de «generar un clima
favorable a la actividad empresarial y la inversión, que favorezca
avances en la productividad y la competitividad de nuestra economía y
apoye los proyectos empresariales».
Por otra parte, el documento señala, atendiendo a la estimación de la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que la
economía regional avanzó en el último trimestre de 2023 un 0,6% en tasa
trimestral y un 1,8 % en tasa anual, una evolución superior a la
esperada y que supone un repunte con respecto a los dos trimestres
anteriores.
En el conjunto del año, la economía valenciana acumuló un
crecimiento del 2%, que fue medio punto inferior al de la media del
conjunto nacional, aunque 1,5 puntos superior al de la zona euro. Se
trata de un crecimiento «aceptable», aunque los datos confirman que esta
mejoría «no ha sido homogénea en los diferentes sectores».
En esta línea, el informe señala que el consumo público y, en menor
media, el consumo de los hogares, son los componentes que más han
aportado al crecimiento económico. Por el contrario, la inversión ha
experimentado en el cuarto trimestre un nuevo deterioro, sobre todo en
maquinaria y equipo, y la ralentización del comercio internacional a
nivel global ha tenido su reflejo en la evolución del comercio exterior
de la Comunitat.
La patronal recalca que, pese a repuntar en el último trimestre,
entre enero y diciembre retrocedieron tanto las exportaciones como las
importaciones de bienes. Por el lado de la oferta, las actividades
productivas más dinámicas en el cuarto trimestre han sido algunas ramas
de la industria del metal, la construcción y del sector servicios.
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