El profesor Joaquín Cantó es uno de los psicólogos de moda en España porque pertenece a una nueva generación de profesionales que, instalados en la naturalidad como método de análisis, proporciona instrumentos y herramientas terapéuticas al alcance de cualquiera para alejar a sus pacientes de situaciones límite. Hasta su consulta de Alicante acuden en busca de solución a males imaginarios, fundamentalmente directivos y empresarios de todo el país, y también mujeres, que luego han corrido la voz sobre la ubicación de esta especie de 'oráculo' de su especialidad, la psicología clínica de adultos, entre amigos y conocidos atrapados en la crisis económica y el desempleo.
¿Crecen las consultas en los gabinetes de psicología como consecuencia de la actual crisis?
Diría que sí, aunque la crisis económica nos afecta a todos, han aumentado los casos de personas en situación de desempleo que presentan algún tipo de trastorno psicológico, ya que su situación los hace más vulnerables a padecerlos.
¿Recomienda la farmacología como tratamiento?
Por su puesto, si. ¿Por qué no ayudarnos de instrumentos testados clínicamente y probados en su eficacia? Ahora bien, la intervención farmacológica debe ir precedida por un buen análisis físico y psicológico, y por supuesto, “siempre acompañado de psicoterapia”. Debe ser una intervención controlada por el médico y el psicólogo. Este tipo de intervenciones pueden mostrar algún inconveniente si sólo se sustenta en el apoyo farmacológico.
¿Incrementa la crisis económica los casos de acoso laboral?
Ante una situación prolongada de incertidumbre y estrés, como la actual crisis económica, todos los índices psicológicos se disparan. Y esto se manifiesta también en las relaciones socio-laborales, incrementando los casos de mobbing. Los recortes de plantilla y una mala organización del trabajo, son un “caldo de cultivo” para situaciones de estrés y conductas de acoso. Según destaca Alfonso Rodríguez, psicólogo de la Federación de Servicios Públicos del sindicato UGT, existe la “paradoja” de que en el sector público, sobre todo en los ámbitos relacionados con la Educación y la Sanidad, es donde más situaciones de este tipo se registran.
¿Entonces, significa esto que otros tipos de acoso como el de género y el mal trato a niños aumentan por derivación de la crisis económica?
Hace pocas semanas leí en una revista que publica el Colegio de Psicólogos, las declaraciones del Decano del Colegio de Psicólogos de Baleares (Javier Torres), que avisaba de un aumento de la violencia de género en la islas. “Estar en paro no es justificante pero sí un elemento a tener en cuenta”. El aumento de sustancias tóxicas como inhibidoras de la realidad, la depresión y la frustración ante las expectativas de vida, actúan como detonante de la hostilidad hacia uno mismo o sus congéneres. La situación económica condena a seguir viviendo bajo el mismo techo a parejas que desean divorciarse, por no tener posibilidades de crear un nuevo hogar libre de tensiones y hostilidades, y esto puede aumentar las conductas de violencia.
En cuanto al maltrato infantil, en España no tenemos datos que avalen un incremento de los mismos, pero puede deberse a que no se han realizado estudios que nos informen en una u otra dirección. Por otro lado, sí existen datos de Estados Unidos sobre el aumento del mal trato a niños y la crisis, que indican que las condiciones de pobreza y/o estrés aumentan los casos de traumatismos craneoencefálicos. Por lo que es lógico pensar que los factores culturales y una prolongada exposición al estrés puedan contribuir al aumento de este tipo de violencia.
¿Acusa el sexo la crisis?
Por su puesto, la preocupación y la presión provocan un estrés mantenido que impide un deseo sexual saludable. Como muy bien describe Robert M. Sapolsky en su fantástico libro, “Por qué las cebras no tienen úlcera”."... lo que realmente queremos saber es por qué, cuando estamos estresados, el ciclo menstrual se vuelve irregular, es más difícil alcanzar una erección y perdemos el interés por el sexo".
Es decir cuando la gente está preocupada por su vida, cuando hay problemas de trabajo, vivienda, deudas, etcétera, es perfectamente normal que no se preste atención al sexo y generar problemas de pareja. Hay razones psicofisiológicas para ello.
¿Y qué podemos hacer…?
En primer lugar hay que tratar de despertar el deseo, hay que salir a buscarlo. Resultar atractivo a tu pareja, recuperar conductas del cortejo, mandar sms subidos de tono, buscar lugares nuevos para mantener contacto sexual, leer libros eróticos. En definitiva, procurar nuevas conductas que propicien el sexo.
¿Entonces, significa esto que otros tipos de acoso como el de género y el mal trato a niños aumentan por derivación de la crisis económica?
Hace pocas semanas leí en una revista que publica el Colegio de Psicólogos, las declaraciones del Decano del Colegio de Psicólogos de Baleares (Javier Torres), que avisaba de un aumento de la violencia de género en la islas. “Estar en paro no es justificante pero sí un elemento a tener en cuenta”. El aumento de sustancias tóxicas como inhibidoras de la realidad, la depresión y la frustración ante las expectativas de vida, actúan como detonante de la hostilidad hacia uno mismo o sus congéneres. La situación económica condena a seguir viviendo bajo el mismo techo a parejas que desean divorciarse, por no tener posibilidades de crear un nuevo hogar libre de tensiones y hostilidades, y esto puede aumentar las conductas de violencia.
En cuanto al maltrato infantil, en España no tenemos datos que avalen un incremento de los mismos, pero puede deberse a que no se han realizado estudios que nos informen en una u otra dirección. Por otro lado, sí existen datos de Estados Unidos sobre el aumento del mal trato a niños y la crisis, que indican que las condiciones de pobreza y/o estrés aumentan los casos de traumatismos craneoencefálicos. Por lo que es lógico pensar que los factores culturales y una prolongada exposición al estrés puedan contribuir al aumento de este tipo de violencia.
¿Acusa el sexo la crisis?
Por su puesto, la preocupación y la presión provocan un estrés mantenido que impide un deseo sexual saludable. Como muy bien describe Robert M. Sapolsky en su fantástico libro, “Por qué las cebras no tienen úlcera”."... lo que realmente queremos saber es por qué, cuando estamos estresados, el ciclo menstrual se vuelve irregular, es más difícil alcanzar una erección y perdemos el interés por el sexo".
Es decir cuando la gente está preocupada por su vida, cuando hay problemas de trabajo, vivienda, deudas, etcétera, es perfectamente normal que no se preste atención al sexo y generar problemas de pareja. Hay razones psicofisiológicas para ello.
¿Y qué podemos hacer…?
En primer lugar hay que tratar de despertar el deseo, hay que salir a buscarlo. Resultar atractivo a tu pareja, recuperar conductas del cortejo, mandar sms subidos de tono, buscar lugares nuevos para mantener contacto sexual, leer libros eróticos. En definitiva, procurar nuevas conductas que propicien el sexo.
Pero cuidado: no hay que forzarlo. Cuando así lo hacemos no funciona. Pero un error de igual calibre es no hacer nada. Así el deseo no vuelve. Hay que pensar en el sexo y en lo que significa de comunicación y placer. Según el psicólogo y sexólogo Andrés López de la Llave (director del proyecto de divulgación y educación sexual de la UNED), “la ansiedad es el origen del 90% de los problemas y dificultades sexuales humanas”
Además es un fantástico antídoto contra el desanimo y el mal humor, un maravilloso revitalizador físico y optimizador mental.
¿Si el entorno es tan hostil y la crisis nos afecta de forma tan compleja, que nos recomienda usted?
En primer lugar habría que tener en cuenta lo que señalamos los psicólogos como la interpretación de la realidad: la intensidad de la respuesta de estrés o mal estar, no sólo depende del estímulo estresante o de la personalidad del individuo, (que también...) depende además, de las estrategias que adopte la persona para afrontar el estímulo ansiógeno. Es decir que la mayoría de las veces los problemas surgen en mayor medida de cómo los interpretamos y de las estrategias que llevamos a cabo para modificarlos.
En segundo lugar, según estudios recientes, se revela que "la mayor diferencia entre quienes se declaran más felices y los menos felices es su vivencia de las relaciones personales". Con lo que se destaca que el apoyo social (la familia, conocer gente nueva, mostrar y recibir afecto, tener alguien con quien compartir las dudas y problemas, ser escuchado...) es un elemento crucial y determinante para la felicidad.
En tercer lugar, la investigación científica ha demostrado que la risa es capaz de reducir el estrés y la ansiedad y mejorar así la calidad de vida y la salud, permite liberar tensiones y disipar preocupaciones. El humor es una de las maneras más fáciles, rápidas, seguras, económicas, y socialmente aceptables de generar una sensación positiva. Produce una sensación de placer y bienestar que en sus versiones más intensas se ha comparado con el sexo.
También sabemos, que es muy contagiosa…a través de su expresión: la risa. Y que fomenta el refuerzo social mediante la cohesión interpersonal. Además motiva y está asociada al juego (se acuerda de los niños…) Por eso recomiendo que hagan uso frecuente de esta herramienta para reducir aquellos momentos difíciles que nos generan tanta desazón y malestar emocional.
Además les dejo con algunas consideraciones que los que saben nos recomiendan...
La felicidad no es un estado, es una actitud. Póngase el objetivo de ser feliz. Crea en sus posibilidades. Acepte las cosas que no puede cambiar y luche por las que usted puede modificar. Busque actividades que le diviertan y disfrute del tiempo libre cuanto pueda. Cultive el sentido del humor (se aprende). Apóyese en su familia y amigos para comunicar sus miedos y pesares. Y por último ayude a otros en la medida de sus posibilidades (es muy satisfactorio recibir de los demás el ánimo que nosotros ofrecemos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario