MADRID.- La Audiencia Nacional juzgará desde mañana, lunes, y hasta el próximo miércoles a los etarras Óscar Celarain Ortiz, 'Peio', y Andoni Otegi Eraso, 'Iosu', por el atentado contra la casa-cuartel de Santa Pola que el 4 de agosto de 2002 costó la vida a un hombre que esperaba el autobús y una niña de seis años, hija de un agente de la Guardia Civil.
El juicio, que se celebrará en las dependencias de esta sede judicial en San Fernando de Henares (Madrid), fue señalado para el pasado 15 de diciembre pero una avería en el furgón policial que tenía que trasladar a Celarain desde la prisión de Alcalá-Meco obligó al tribunal a acordar su aplazamiento.
El fiscal Miguel Ángel Carballo solicita que los dos etarras sean condenados a 1.180 años de prisión, 60 años de cárcel por cada de uno de los dos asesinatos terroristas, 1.100 por otros 55 en grado de tentativa --en razón del número de heridos que provocó la explosión-- y otros 20 por un delito de estragos terroristas.
Según el escrito provisional de acusación, los dos acusados colocaron un Ford Escort con matrícula falsa que habían sustraído en Francia en junio de 2002 junto a la valla del cuartel y, alrededor de las 20.15 horas, hicieron estallar los 100 kilogramos de explosivo que ocultaba en su interior "con intención de matar a cuantas personas se encontrasen" en la casa cuartel.
La explosión, que se llevó a cabo sin previo aviso, provocó la muerte de Cecilio Gallego Alaminos, que se encontraba en una parada de autobús próxima, y de la menor Silvia Martínez Santiago, que vivía, junto a su familia, en las dependencias del Instituto Armado. El atentado también causó heridas a 56 personas, según consta en el escrito fiscal, y provocó daños materiales que fueron cuantificados en seis millones de euros.
El fiscal Miguel Ángel Carballo sostiene que los dos etarras se alojaron entre el 28 de julio y el 4 de agosto de 2002 en el camping Bahía de Santa Pola, situado apenas a 400 metros del lugar del atentado. Allí, se registraron con una identidad falsa y se desplazaron en ciclomotor y bicicleta para grabar imágenes del cuartel antes de cometer el atentado.
Este extremo se confirmó cuando tras su detención, que se produjo el 20 de septiembre de 2002 en la localidad francesa de Bagneres de Luchon, a los etarras se les ocupó una cinta de vídeo en la que aparecían imágenes y fotografías de las viviendas atacadas, así como la documentación falsa que habían utilizado, un croquis de casas cuartel en Alicante y Torrevieja y un listado de matrículas y modelos que podían utilizar para doblar las placas.
Además, la Justicia francesa ha remitido a la Audiencia Nacional la "autocrítica" manuscrita realizada por Otegi Eraso que se le incautó al ex jefe militar de ETA Juan Ibon Fernández de Iradi, 'Susper'. En ella reconocía la actividad que los dos acusados habían llevado a cabo en España en el verano de 2002, entre los que se encontraba el atentado de Santa Pola.
Otegi y Celarain fueron condenados en 2006 por la Justicia francesa a ocho años de cárcel por los delitos de asociación de malhechores, tenencia de armas y explosivos y uso de documentación falsa. En mayo pasado, la Audiencia Nacional les impuso 18 años y 3 meses de cárcel por la colocación de un coche bomba que estalló el 21 de junio de 2002 en Marbella.
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