ALICANTE.- La Dirección General de Aviación Civil ha
emitido una decena de recomendaciones de seguridad tras detectar que un
avión, con 174 personas a bordo, aterrizó el Día de Reyes del año 2011
en el aeropuerto alicantino de El Altet, sin contar con la
correspondiente autorización de la torre de control y con las luces de
aterrizaje apagadas.
Según recoge un informe de Aviación Civil, los hechos se produjeron del 6 de enero, cuando las
operaciones de control aéreo civil se encontraban bajo supervisión
militar, debido a la huelga encubierta de controladores civiles que
obligó al Gobierno a decretar el 'estado de alarma' entre el 4 de
diciembre de 2010 y el 15 de enero de 2011.
La aeronave, un avión de la compañía Ryanair procedente de Reino
Unido que contaba con todas las licencias y certificados válidos y en
vigor, recibió sobre las 21.00 horas la autorización de la torre de
control de Valencia para realizar la maniobra de aproximación a la pista
del aeropuerto de Alicante.
No obstante, y "posiblemente debido a que habían sido autorizados
por la torre de Valencia para descender y a las buenas condiciones
meteorológicas, que permitían ver la secuencia de aeronaves de
aterrizaje, la tripulación creyó inconscientemente que ya contaban con
la autorización para hacerlo".
Durante la operación de acercamiento y aterrizaje, la tripulación
mantuvo el equipo 1 de comunicaciones con la frecuencia de la torre de
Valencia, y el equipo 2 con la frecuencia de la torre de Alicante y el
volumen bajado, debido a que esta frecuencia de emergencia, según alegó
la tripulación afectada, "es utilizada como 'chat' en algunas
ocasiones".
En este sentido, el informe de Aviación Civil reconoce que ya ha
advertido anteriormente sobre el "uso incorrecto" de las frecuencia de
emergencia por parte de algunas tripulaciones, e incluso ha emitido dos
alertas de seguridad en este sentido, la última de ellas relativa a los
'chats' efectuados para comentar el desarrollo del campeonato de la
Eurocopa 2012".
El avión aterrizó sin problemas en la pista de Alicante, y el
controlador de Alicante la autorizó a seguir a un señalero para el
guiado hacia el estacionamiento correspondiente. No fue hasta ese
momento en que la tripulación se percató de que la luz de aterrizaje no
estaba encendida.
La investigación realizada sobre lo ocurrido revela que el
controlador de la torre de Valencia no contactó en ningún momento con la
aeronave antes del aterrizaje, y que no fue consciente de la
trayectoria e intenciones del avión hasta que hubo aterrizado.
Por su parte, el controlador de la torre de Alicante tampoco
intentó contactar con Valencia ni con la aeronave antes del aterrizaje, y
tampoco fue consciente de que no había autorizado a aterrizar al avión
hasta que fue informado por Valencia y la aeronave ya estaba en tierra.
Esta situación, confirmaría que la torre de Alicante "trabajaba
con una idea equivocada respecto a la situación real en el entorno del
aeropuerto, circunstancia que pudo constituir un riesgo para las
operaciones".
Las conclusiones de la investigación consideran que el incidente
se produjo debido a que la tripulación "no pidió autorización para
aterrizar, considerando inconscientemente que ya contaban con ella", y a
la "deficiente supervisión y seguimiento de las torres de Valencia y
Alicante".
Por todo ello, Aviación Civil ha emitido una decena de
recomendaciones de seguridad para evitar que se repitan las deficiencias
encontradas en el desarrollo de este incidente, tanto en el uso de las
comunicaciones, como en el uso de las listas de comprobación, así como
en la comunicación y procedimientos de vigilancia por parte de las
torres de control.
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