MADRID.- Aunque el terremoto vivido en Nápoles fue muy superficial y no tuvo una magnitud muy elevada, el epicentro se situó en el corazón de una zona densamente habitada por lo que generó temor entre la población. Un nuevo temblor reavivó el miedo entre los residentes a las 8:20 horas del 22 de mayo, con una magnitud de 3,6.
Lo más preocupante es que estos seísmos no son más que el enésimo de una larguísima serie de terremotos cuya frecuencia ha ido en aumento en los últimos meses, en una zona conocida por albergar el mayor "supervolcán" de Europa.
En las afueras de Nápoles, la vasta caldera volcánica de los Campos Flégreos se ve afectada desde 2005 por un fenómeno de levantamiento del terreno.
Los Campos Flégreos son una caldera volcánica, es decir, una zona deprimida debida al colapso de una enorme cámara magmática subterránea tras gigantescas erupciones en el pasado. Hoy es un territorio densamente poblado, que incluye los municipios de Bacoli, Monte di Procida, Pozzuoli, Quarto, Giugliano in Campania y Nápoles.
Uno de los fenómenos de vulcanismo secundario que se genera desde hace tiempo en la zona de los Campos Flégreos es el denominado bradisismo, es decir, una deformación lenta del suelo que, a lo largo de varios años, puede provocar la elevación o el hundimiento del terreno en varios metros.
Este fenómeno ha causado graves daños en los edificios de la zona, provocando evacuaciones y abandonos.
Otro efecto de esta elevación y descenso del terreno son los terremotos y estruendos.
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