Así lo pone en relieve un informe de la Organización Internacional para el Transporte por Carretera (IRU), que cifra en 30.000 las vacantes en el sector a cierre de 2023. Esta cifra supone un 7% de la fuerza laboral del sector y revela un incremento del 60% con respecto a los puestos sin cubrir -en torno a 18.000- registrados por la organización con sede en Ginebra en el año 2021, según www.forotransporteprofesional.es.
Por volumen, sólo Alemania, con 31.000 vacantes, supera a España en escasez de conductores entre sus homólogos europeos. No obstante, hay una densa lista de países en el continente como Polonia (29.000), Rumanía (23.000) o Francia e Italia (22.000) que se encuentran en una situación similar. De hecho, en el conjunto de la Unión Europea -además de Noruega y Reino Unido- hacen falta más de 233.000 conductores profesionales, o lo que es igual, hay un 7% de posiciones sin cubrir.
A pesar de que la IRU observa que más del 70% de las empresas europeas están aplicando medidas para retener y atraer conductores, la previsión de la organización no desprende especial optimismo. Pues estima que las vacantes se disparen en Europa hasta las 745.000 en 2028, debido a la sucesión de jubilaciones de los conductores que afrontará el sector en los próximos años.
Una de las patronales españolas que forman parte de la IRU, la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), traslada a La Información su preocupación por esta coyuntura que, a su juicio, pone en peligro la cadena de suministro y, como en el caso de España, también el comercio exterior, ya que el 75% de las exportaciones, en términos de tonelada-kilómetro, hacia la Unión Europea viajan en camión.
Una de las patronales españolas que forman parte de la IRU, la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), traslada a La Información su preocupación por esta coyuntura que, a su juicio, pone en peligro la cadena de suministro y, como en el caso de España, también el comercio exterior, ya que el 75% de las exportaciones, en términos de tonelada-kilómetro, hacia la Unión Europea viajan en camión.
Al igual que otras asociaciones del sector como Fenadismer desde Astic ven en el proceso de obtención del carné de conducir una enorme barrera para quien quiere ser conductor profesional dado que la formación, que requiere aprobar el CAP (Certificado de Aptitud Profesional), puede superar los 4.000 euros.
Por ello, la asociación aboga por vincular el proceso de obtención del carné de conducir al sistema educativo reglado y pide que se financie parcial o totalmente su obtención. Una medida a la que, asegura, ya se han adelantado algunas de sus empresas asociadas, además de recurrir a la contratación de personas de otros lugares de la UE como de terceros países de África o Latinoamérica.
En aras de facilitar la contratación exterior, los ministerios de Transportes, Seguridad Social e Interior trabajan para facilitar que personas procedentes de países extra comunitarios puedan trabajar como conductores profesionales en España, siempre que tengan su permiso de conducción de origen en vigor, independientemente de que dispongan o no del CAP inicial.
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