ALMERÍA.- Un equipo de investigación de la Universidad de Almería (UAL) ha logrado
una mezcla efectiva contra la contaminación de plásticos en los suelos
al combinar compost con microorganismos capaces de digerir los residuos
sintéticos y transformarlos en materia orgánica que se reintegra al
terreno.
"Las bacterias sobreviven hasta 1.000 veces más que
con otros métodos probados, lo que permite que su acción sea más
duradera y eficiente", ha señalado la Fundación Descubre, entidad
impulsada por la Junta de Andalucía, en una nota. Además, la tasa de
degradación de plástico es hasta un 50 por ciento superior a otras
técnicas utilizadas.
El uso de plásticos en la agricultura que
persisten como residuos contaminantes "alteran la estructura del suelo,
reduciendo su capacidad de retener agua y aire, interfieren en la
microbiota que recicla nutrientes, liberan aditivos tóxicos y pueden
incluso penetrar en las raíces de algunos cultivos, afectando a su
crecimiento y a la calidad de los alimentos".
En el artículo
'Effective microbial formulations using sustainable carriers for the
remediation of plastic-affected soils' de la revista 'Journal of
Environmental Management', los expertos han aplicado "con éxito" una
estrategia basada en la unión de distintos tipos de microorganismos con
sustratos orgánicos para la regeneración de suelos contaminados.
En él evaluaron cómo mantener vivos y activos a los microbios
degradadores antes de aplicarlos al suelo. Tras las pruebas, concluyeron
que el vermicompost, un abono tratado con lombrices, y el biochar,
obtenido del calentamiento de residuos orgánicos, "son los aliados más
eficaces, ya que su unión conserva mejor la viabilidad y la actividad de
las bacterias y aumenta su capacidad de descomponer plásticos".
En otro artículo, 'Co-application of organic amendment and
plastic-degrading microbial inoculum drives functional microbial shifts
in plastic-contaminated soils' de la revista 'Environmental Technology
& Innovation', han analizado cómo es la acción de los
microorganismos una vez que llegan al suelo y lo modifican.
Además, han conseguido obtener un "cóctel bacteriano" que, junto al
compost, consigue mejorar la degradación del plástico y la regeneración
del entorno entre un 35 y un 50 por ciento superior a otras técnicas.
La investigadora de la UAL y coautora del artículo Macarena Jurado ha
señalado que los microplásticos actúan como esponjas que acumulan
pesticidas y contaminantes, "lo que aumenta los riesgos de toxicidad".
"Todo esto convierte a los suelos en una puerta de entrada de microplásticos a la cadena alimentaria humana y animal".
"La importancia
de elaborar estrategias que rectifiquen la contaminación es
prioritaria", ha asegurado.
Así, demuestran que su propuesta
de combinar los microorganismos con compost u otras enmiendas "amplifica
su eficacia y duración, logrando la recuperación de suelos agrícolas".
"Esta estrategia que unifica la aplicación conjunta de materia
orgánica y degradadores de plástico puede ser una alternativa efectiva y
sostenible para rehabilitar sustratos contaminados, ya que estimula
cambios favorables en la comunidad microbiana y potencia la eliminación
de contaminantes", ha añadido la investigadora.
Los investigadores compararon distintos sustratos sostenibles como
biochar, obtenido del calentamiento de residuos orgánicos, vermicompost,
producido con la ayuda de lombrices, y perlas de alginato, pequeñas
esferas hechas a partir de un polisacárido natural que se extrae de
algas marinas.
El objetivo era localizar qué fórmula
sostenible es más efectiva para contener e introducir microorganismos
que degradan plástico en suelos contaminados, y así crear una
herramienta biotecnológica para su descontaminación. Se utilizaron
cultivos puros y combinaciones de 'Bacillus subtilis' y 'Pseudomonas
alloputida', ambos con capacidad para descomponer materia plástica.
Tras un periodo de almacenamiento, se midió tanto la viabilidad
celular, es decir, la cantidad de microorganismos que habían
sobrevivido, como la actividad enzimática relacionada con la degradación
del plástico, en la que se evaluó el nivel de ocupación de los
microbios para descomponerlo.
También se analizó el proceso de
mineralización de los residuos sintéticos durante dos meses, la forma
más completa de restauración, ya que el material original deja de
existir como residuo y se transforma en CO2, agua y biomasa.
De esta manera, determinaron que la opción más eficiente consiste en una
combinación de biochar, vermicompost y urea como mejor enmienda para la
restauración de los suelos.
Además, concretaron que existe una densidad
óptima de microbios, suficiente para degradar eficientemente el
plástico, pero sin saturar el sistema, "ya que demasiados
microorganismos podían competir por nutrientes y reducir la eficiencia".
Los investigadores plantean la posibilidad de trasladar estos
hallazgos al campo, "evaluando la eficacia, seguridad y sostenibilidad
de aplicar estas técnicas a gran escala, con el objetivo de crear suelos
más saludables y resilientes mientras se reduce la contaminación".
Además, valoran nuevas combinaciones para identificar consorcios
microbianos especializados y estudiar las interacciones entre
microplásticos, suelo y biodiversidad microbiana.
Este estudio
fue financiado por la Empresa Común de Industrias de Base Biológica
(BBI-JU) en el marco del programa de investigación e innovación
Horizonte 2020 de la Unión Europea.
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