LONDRES.- A pesar de las recientes recapitalizaciones
efectuadas entre los bancos españoles, el sistema bancario español, con
la excepción de BBVA y Santander, se encuentra quebrado, por lo que,
una vez visto lo ocurrido en Chipre, no resulta racional que los
españoles mantengan sus ahorros en los bancos del país, según sostiene
Wolfgang Munchau, uno de los columnistas de referencia de 'Financial
Times'.
"Menos sus dos mayores bancos, BBVA y Santander, el sistema
bancario español es insolvente, incluso después de las pequeñas
recapitalizaciones recientemente acordadas", afirma Munchau, quien
señala que la 'burbuja inmobiliaria' ya no supone el mayor de los
problemas, sino la "depresión" económica, que, a su juicio, durará la
mayor parte de la década, dadas las políticas actuales.
Ante este escenario potencial, el autor sostiene que "la
consecuencia lógica" de lo dicho por Dijsselbloem, sumado a las
políticas de austeridad y la deficiente unión bancaria en la eurozona,
"es un futurio autorrescate ('bail in') de los bonistas y depositantes
de los bancos españoles".
"El problema es que incluso los depósitos garantizados entonces no
estarán protegidos. Miren lo que ocurre en Chipre, donde los controles
de capital afectan indistintamente a los depósitos grandes y pequeños",
apunta Munchau.
"Yo esperaría que también ocurra en España. Teniendo en cuenta la
política establecida, resulta lógicamente irracional para cualquier
ahorrador español mantener incluso pequeñas cantidades en el sistema
bancario español", añade el autor, para quien "no hay manera de que el
Estado español pueda garantizar el sistema sin incurrir él mismo en
impago".
De este modo, el columnista considera que, como consecuencia de
estas circunstancias, para España llegará un momento en el que resulte
"economicamente racional" abandonar la zona euro y especula con que el
mejor momento para tal decisión sería cuando el país alcance un
equilibrio fiscal antes del pago de intereses de la deuda.
"Si, como es mi caso, usted cree a Dijsselbloem, entonces resulta
racional para todo europeo del Sur llevarse su dinero fuera del país y
depositarlo fuera de la zona euro", defiende el autor.
Así, Munchau considera que, en un entorno en el que los países
acreedores rechazan una genuina unión bancaria, los argumentos en contra
de abandonar la eurozona son "sorprendentemente bajos" y advierte de
que, si bien a corto plazo la política puede imponerse a la economía, a
la larga no se puede sostener una unión monetaria en contra de la lógica
económica.
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