El catedrático en Ingeniería Química de la UA y responsable del proyecto, Andrés Fullana, ha explicado en un comunicado que las empresas necesitan plástico reciclado de calidad similar al plástico virgen para implementarlo en sus procesos.
"Gracias a esta planta piloto, podremos contribuir a obtener plástico de alta calidad para aplicaciones tan importantes como el envasado de alimentos, los juguetes, productos del hogar y farmacéuticas", ha enfatizado.
Actualmente, los procesos de reciclaje convencionales producen plásticos reciclados "de baja calidad que no se puede usar para productos de consumo humano" y solo se utilizan en aplicaciones de bajo valor añadido, como bolsas de basura, tuberías o maceteros que representan entre un 20-25 por ciento del mercado de productos plásticos.
Por otro lado, estos procesos de reciclado no son capaces de eliminar todos los contaminantes, ya que la mayoría utilizan agua, detergentes y sosa para lavar el plástico. "Con estos lavados, solo se pueden suprimir contaminantes o impurezas de la superficie. Sin embrago, el proceso desarrollado por la UA se basa en un tipo especial de disolventes con un alto peso atómico y solubles en agua y en un proceso específico ya patentado que resuelve el problema", ha precisado el investigador de la UA.
Las principales aportaciones de esta tecnología es que mejora la calidad de los plásticos reciclados, eliminando el disolvente del plástico fácilmente con un lavado con agua. Con este proceso "apenas se genera un pequeño residuo sólido del tratamiento de aguas, pero no se vierte nada al aire".
Además, permite
trabajar a presión atmosférica, aspecto que "aumenta la seguridad del
proceso y reduce costes de inversión y operación".
El proyecto
de la planta piloto de la UA para descontaminar plástico reciclado, de
tres años de duración, ha obtenido más de 410.000 euros de la Agència
Valenciana de la Innovació (AVI) de la Generalitat Valenciana, en el
programa de ayudas para la valorización y transferencia de resultados de
investigación a las empresas 2023, financiado por la Unión Europea en
el marco del Programa Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)
Comunitat Valenciana 2021-2027.
Colaboran el Instituto
Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU) y el Instituto de
Tecnología del Embalaje Transporte y Logística (ITENE), que llevarán a
cabo la validación del plástico descontaminado en productos del sector
juguetero y de envasado.
La UA ha apuntado que cada año se producen en Europa más de 27
millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales solo un 31%
son reciclados, un 42% son incinerados por su baja calidad y el resto
son enviados a vertederos.
"Si consideramos que podemos
incrementar la recuperación para reciclado en un 10% del plástico que en
la actualidad se destina a incineración, el volumen de mercado
solamente en Europa sería de unos 500 millones de euros anuales", ha
resaltado Fullana.
Las nuevas leyes de residuos se enfocan en
la obligatoriedad del uso de un porcentaje de material reciclado en los
envases. En el caso de a la Unión Europea, será obligatorio un 25% en el
caso del PET para 2025 y el 30% del resto de materiales en 2030.
Al respecto, Fullana ha indicado que el problema es que "en la
actualidad no hay en el mercado suficiente plástico reciclado con la
calidad necesaria para cubrir esta demanda".
"Es necesario desarrollar
una tecnología que permita a este material reciclado alcanzar la calidad
'food contact grade' apta para estar en contacto con alimentos", ha
recalcado.
Con este nuevo reto, la UA contribuye al aumento de la demanda de
plástico reciclado, además de reducir el vertido de residuos plásticos y
la contaminación del medioambiente. "Un mayor consumo de plástico
reciclado se traduce en la disminución del consumo de plástico virgen
que se fabrica con recursos naturales y que conlleva un gasto energético
mucho mayor que el proceso de reciclaje", ha destacado el investigador.
Si no se gestionan correctamente, los residuos plásticos producen
efectos negativos tanto sobre el medioambiente como sobre la salud de
las personas, por ejemplo, por la producción de microplásticos que
pueden llegar a ser consumidos, por diferentes aditivos peligrosos para
la salud como el bisfenol A o, incluso, por contaminar playas o espacios
naturales.
"Al eliminar los contaminantes, se aumenta la
seguridad de los consumidores de los productos que contienen plásticos
reciclados, por ejemplo, niños y niñas que usan juguetes, envases de
productos de higiene personal o envases de comida en caso de que se
consiga la autorización para materiales en contacto con alimentos", ha
subrayado el catedrático de la UA.
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