ALICANTE.- Como cada 6 de diciembre desde hace más de 770 años, los alicantinos veneran hoy a una de las señas históricas de la ciudad, su patrón San Nicolás de Bari. El 6 de diciembre de 1248 Alicante se consagró a su nuevo patrón en una tradición que ha permanecido vigente hasta nuestros días.
Este viernes a partir de las 12:00 horas, finalizada la ceremonia religiosa en su honor, el patrón salió en procesión desde la Concatedral y desfiló por las calles Labradores, Plaza de San Cristóbal, calle Primo de Rivera y luego la Rambla de Méndez Núñez para llegar después hasta la Plaza del Ayuntamiento.
Los compases del Himno de Alicante han sonado
mientras la imagen del patrón se dirigía a la salida desde el interior
del templo
hacia el pórtico principal de la Concatedral. Tras el saluda de un
grupo de policías locales, ataviadas de Gran Gala, han volteado las
nueve campanas de la concatedral.
Frente al Ayuntamiento, el alcalde, Luis Barcala, ha pronunciado el tradicional Voto a la Ciudad para recordar (en presencia del obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla) la entrega histórica de la población, por entonces musulmana, al cristiano Alfonso X el Sabio, quien mandó a edificar una iglesia en honor del Santo y puso Alicante bajo su protección.
La
iglesia terminó siendo concatedral, junto con la del Salvador de
Orihuela, como sede de la diócesis de Orihuela-Alicante.
Tras este acto civil, el patrón de la ciudad, San Nicolás, emprendió el camino de regreso hacia la Concatedral dando por finalizada la procesión en su honor.
Los integrantes de L'Harmonia Societat Musical d'Alacant, dirigidos por José Tomás Moñinos, han interpretado distintas marchas procesionales. Además, a la salida y al regreso de la imagen de San Nicolás al templo, han sonado los compases del Himno Nacional.
¿Por qué es San Nicolás patrón de Alicante?
El 6 de diciembre del año 1244, fiesta de San Nicolás, los musulmanes entregaron la ciudad, al entonces príncipe Alfonso X el Sabio. El príncipe mandó edificar una iglesia en honor a San Nicolás y puso a la ciudad bajo su protección.
Desde hace 778 años los alicantinos le han venerado como patrón y seña de identidad en su historia.
San Nicolás, Obispo de Myra,que nacio en al año 270, no llegó nunca a ser Papa, como se ha llegado a pensar. Lo fueron otros cinco grandes personajes que sí llevaron su nombre. Éste procede etimológicamente del griego, cuyo significado es “vencedor del pueblo”.
Es conocido como San Nicolás de Bari, ya que es en esta ciudad italiana de la costa adriática donde fueron llevadas sus reliquias en 1087. Se cuenta que de su cuerpo sigue manando “una suave mirra”, o sudor con la que se curaba milagrosamente a los enfermos. En Italia es denominado el “Manna di S. Nicola”.
Muy pocas cosas se conocen con certeza acerca de esta mítica figura. Nació en una provincia del Asia Menor, llamada Parara de Licia. Peregrinó siendo joven a diversos lugares de Egipto e incluso Palestina. En la capital de Licia, Myra, llegó a convertirse en su obispo, cuando regresó de tales agotadores viajes. Su vida corrió peligro en tiempos de la persecución del martirizador de cristianos, el emperador Diocleciano.
Fue encarcelado pero gracias a otro soberano, Constantino, pudo ser liberado. También se decía que participó en el Concilio de Nicea en el año 325, aunque no aparece en los listados de los obispos asistentes. Fue un luchador incansable contra la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Cristo.
Fue muy conocida su actuación en la liberación de tres inocentes, justo en el preciso instante en el que el verdugo iba a ejecutarlos. Reprendió públicamente al gobernador Eustaquio, quien llegó a arrepentirse por su injusticia.
En esa ocasión estuvieron presentes tres guardias que, creyéndose al borde de la muerte, rezaron a San Nicolás. Esa misma noche se apareció el santo en sueños al emperador Constantino y éste ordenó la liberación de los oficiales, siguiendo las instrucciones del obispo.
Supo que aquellos miembros de su guardia habían invocado al santo. El magnánimo monarca envió entonces a los tres soldados ante San Nicolás con una misiva en la que pedía que rezase por la paz en el mundo.
A partir de esos momentos, uno de sus más famosos milagros, su culto se extendió por todo el occidente. Según la tradición, en la ciudad turca de Myra, donde ejerció su labor episcopal, tuvo una gran predilección por los niños pobres; de ahí que se convirtiera en su protector.
Tanta fama alcanzó que incluso el emperador Justiniano construyó una basílica en Constantinopla (hoy Estambul) y su popularidad se extendió por todo el orbe cristiano. No sólo es patrón de Alicante, sino que lo es de Rusia, por ejemplo.
En este enorme país, los zares levantaron más iglesias bajo su advocación que a ningún otro santo. Se le conocía aquí muchos siglos antes que en América. Se erigió patrón también de muchas ciudades alemanas, austríacas, belgas, holandesas, italianas… así como de marineros, de mercantes, de viajeros…
Otro de sus grandes y populares milagros fue el conocido como el de las “tres doncellas”. Se trataba de las tres hijas vírgenes de un pobre de Myra. Era tal la miseria en la que se hallaban que, para salir de la miserable situación, trató de prostituirlas .
Se cuenta que fue San Nicolás el que, para evitarlo, lanzó varias monedas de oro por la chimenea de su casa. En otra ocasión lanzó la bolsa con el dinero desde la calle. Así hasta tres veces hasta que las tres muchachas pudieron tener una vida digna.
El feliz vecino pudo saber quién era su salvador: una noche en la que estaba acechando, oyó caer algunas monedas en la ropa tendida, momento en el que sorprendió al bienhechor. Este episodio se recuerda en las representaciones de “San Nicolás” con tres bolas de oro, simbolizando las tres dotes de las hermanas a las que salvó permitiéndoles casarse honradamente.
Más terrible fue el suceso de los tres niños asesinados y descuartizados por un carnicero y sumergidos en una tina de abobar llena de sal. Fueron resucitados por el Obispo.
Así, en el fabuloso retablo de “San Nicolás de Bari”, de la iglesia de San Francisco de la capital palmera, Santa Cruz, a los pies del santo (una escultura barroca de 1724 confeccionada en madera policromada de 104 cms. de alto procedente de Sevilla), aparecen las tres pequeñas tallas de los niños (de 23, 5 cms.) saliendo del barril.
Estas figurillas aparecieron al final del Gótico, aunque es en el Renacimiento cuando ya surgen de dentro del cubo. También en el nicho central superior de este precioso altar, al otro lado de la peana de nuestro Santo, aparece la figura de un “copero” (16,5 cms). Se recuerda así la historia de un joven cautivo de un rey pagano que el santo devolvió sano y salvo a su familia.
Se cuenta también que durante una terrible sequía y hambruna, el obispo bendijo a los barcos que acudían a auxiliar a una zona muy castigada y, gracias a su intersección, pudieron salvarse de un terrible temporal.
También pidió a unos mercaderes que dejasen todos los alimentos de su embarcación para poderla entregar a los hambrientos. Cuando llegaron a su destino, encontraron todas las viandas en su lugar original.
Lo de Santa Claus nace en Nueva York y lo de Papá Nöel en Francia
Las casualidades de la historia permitieron que siglos después, cuando los Países Bajos impulsaron la tradición de venerar al santo, el rey de aquellos territorios fuese el español Felipe II, produciéndose una extraña concatenación de ideas que identificaban a su San Nicolás con un santo llegado desde España.
En la fascinante metamorfosis del santo en el modernísimo Papá Noel, muchos desconocen que en 1863, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón, con la que más se le conoce.
Desde el inicio del fervor religioso a San Nicolás (270-345) se le atribuía un carácter solidario con los más necesitados, llevando "regalos a los niños pobres, con su indumentaria roja y blanca, se propagó en la Europa cristiana antes de su muerte". El obispo en la ciudad de Mira, en Licia, Asia Menor, logró muchas conversiones y seguidores.
"La leyenda lo convirtió en protector de los niños y adolescentes, atribuyéndole la resurrección milagrosa de tres muchachos asesinados", prosigue la reseña. "Desde esa época se tejió la leyenda de que el obispo oriental cabalgaba milagrosamente sobre los tejados, en un mágico corcel gris, para llevar regalos a los niños y a los hombres de buena voluntad".
Según la historia de la Iglesia el cuerpo de San Nicolás permaneció enterrado en la catedral de Myra por más de siete siglos. Pero fue en el año 1087, cuando ante la amenaza de la invasión de los sarracenos a Turquía, los sacerdotes trasladaron a la ciudad portuaria de Bari, Italia.
Asimismo, narra la tradición que en el siglo XI, "sus restos fueron robados por comerciantes italianos, aunque dejaron un pedazo de cráneo y la mandíbula, reliquias, a las que se les atribuye el don de hacer milagros".
Con el tiempo se sucedieron debates teológicos, mezclas de tradiciones, intereses políticos en la Reforma Protestante. Nada de eso influyó para que los feligreses siguiesen manteniendo el mito del santo bonachón que llenaba los hogares de regalos en la noche del Nacimiento del Niño Jesús.
En esa época, continúa la historia, "en los Países Bajos San Nicolás se convierte en Sinter Klaas, con lo que empieza a difundirse en todo el mundo católico". Hasta que "en el siglo XVIII, un rey alemán inicia un proceso de secularización del personaje, al sustituir los símbolos cristianos por los antiguos símbolos de la tradición alemana".
La Concatedral alicantina atribuye a esa época parte de la actual iconografía del santo: hadas, los elfos o duendes y el árbol de Navidad, un abeto decorado con regalos.
Casi 200 años después de la colonización de la isla de Manhattan, "el escritor Washington Irving, escribió una sátira, Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas, en la pronunciación angloparlante de Santa Claus, con lo que la fama del personaje empezó a difundirse en los demás estados de la Unión".
En Francia se transformó en "Padre de la Navidad"; es decir, en Papa Nöel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario