BARCELONA.-
 España lideró el año pasado la venta de carteras de hipotecas morosas 
en Europa, con la venta de créditos con
 un valor nominal de 50.758 millones de euros (de los 104.000 millones 
que se traspasaron en toda Europa), según el estudio sobre el 
inmobiliario problemático elaborado por la consultora Evercore que 
recoge La Vanguardia. 
En
 el 2017 el Santander, con la venta del ladrillo del Popular a 
Blackstone por 30.000 millones de euros, y BBVA, con la venta de una 
cartera de 13.000 millones a Cerberus,
 se situaron entre los cinco mayores vendedores de Europa. “Es 
previsible que este año y el que viene volvamos a ser líderes en la 
venta de inmuebles adjudicados e hipotecas morosas” señala Íñigo 
Laspiur, director de Finanzas Corporativas de la consultora CBRE. “Ahora
 mismo ya hay carteras en venta por más de 8.000 millones”.
Durante los primeros años de la crisis financiera, fueron las 
entidades de Irlanda y Gran Bretaña quienes lideraron la venta de 
activos inmobiliarios adjudicados, pero ahora han tomado el relevo los 
bancos españoles e italianos (líderes en operaciones en el primer 
trimestre de este año). “La regulación del BCE, que dispara las 
provisiones y sobre todo las directrices contables que les obliga a 
aumentar las dotaciones de capital, están acelerando las ventas de los 
activos tóxicos”, señala Laspiur. Las ventas, además, se ven impulsadas 
por la recuperación del mercado inmobiliario y por el alto nivel de 
provisiones que ya han realizado los bancos. “En la mayoría de ventas 
las entidades bancarias ya ganan dinero, o al menos no pierden”.
Laspiur explica que a esto contribuye que los fondos están aceptando 
precios más altos por el ladrillo tóxico español: si en el 2013, cuando 
la Sareb empezó las primeras ventas en bloque, exigían retornos del 15% 
anual para comprar los activos, ahora las rentabilidades han bajado 
hasta apenas el 8% cuando compran créditos hipotecarios sobre inmuebles 
de calidad.
Las ventas de carteras de activos, por su gran tamaño, están en manos
 de muy pocas entidades. “Solo Blackstone, Cerberus, Apollo y Lone Star 
pujan por carteras de más de 5.000 millones de euros, mientras que en 
operaciones más pequeñas están también muy activas firmas como Bain 
Capital, Oaktree o el Deutsche Bank”, señaló Laspiur. Esta falta de 
competencia permite a los fondos comprar inmuebles a un precio muy por 
debajo del de mercado. “No es sólo por una cuestión de tamaño –añade–. 
Los fondos asumen el riesgo de gestionar las deudas (con una negociación
 con el deudor o en los tribunales) para acceder a la propiedad del 
inmueble. Es un proceso sofisticado, que atrae a pocas empresas”. Para 
las entidades financieras, sin embargo, “la venta de activos adjudicados
 y créditos morosos en grandes paquetes les permite acelerar su 
saneamiento y liberar recursos, porque vendiéndolos uno a uno tardarían 
años”.
Laspiur señala que el 2017 marcó un punto de inflexión en la 
estrategia de los bancos de desinvertir en el ladrillo. “Antes se 
estaban haciendo operaciones pequeñas. Sareb, por ejemplo, el más 
activo, ha hecho más de 30 ventas, seguido por el Sabadell, CaixaBank y 
Bankia. El año pasado, sin embargo, Santander y BBVA crearon un vehículo
 (una sociedad) al que aportaron sus activos malos, y lo vendieron 
quedándose una participación minoritaria, lo que les permite a la vez 
desconsolidar los activos y retener parte de la propiedad para 
beneficiarse de las subidas de precios que está viviendo el mercado 
inmobiliario”, señala Laspiur. “Es una fórmula muy buena, y creo que 
vamos a ver más operaciones este año”. A su juicio, serán la Sareb, 
CaixaBank y Sabadell las entidades que van a liderar las ventas del 
ladrillo este año.
En conjunto, las entidades financieras del sur de 
Europa concentran ahora el grueso de los inmuebles adjudicados y 
créditos morosos de Europa, según los datos de la consultora Evercore, 
que prevé que este año se cierren operaciones por valor de unos 80.000 
millones, con España de nuevo a la cabeza (en estos momentos supone el 
78% de las carteras en venta en Europa, según la consultora). España, 
recuerda Íñigo Laspiur, empezó la limpieza del ladrillo de las entidades
 financieras en el 2013, tarde respecto a los países anglosajones, pero 
antes que Italia o Grecia, que apenas han empezado. “Los grandes fondos 
miran al sur”, señala. Los italianos Monte de Paschi y Banca Marche 
estuvieron ya el año pasado entre los vendedores más activos, mientras 
que en Grecia los cuatro grandes bancos están bajo presión de las 
autoridades comunitarias para acelerar su saneamiento.
El banco malo español o Sareb es el mayor propietario de Europa de 
activos tóxicos, según Evercore, con unos activos adjudicados por 75.000
 millones, por delante del de Irlanda (le quedan 27.000 millones) y 
Reino Unido (20.000). Los bancos más afectados son italianos (Intesa San
 Paolo, Unicredito, Atlante Fund y Monte dei Paschi) y griegos (Pireus y
 Alpha). En España es el Sabadell, con activos adjudicados y créditos 
morosos de 14.000 millones,  que tras los saneamientos son apenas 4.000. 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario