ALICANTE.- El fiscal pide al jurado
popular la condena de Miguel López, yerno y único acusado del asesinato a
tiros de María del Carmen Martínez,
viuda de Vicente Sala, expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), por
ejecutar un crimen «horrendo» motivado por cuestiones «de poder y de
dinero».
Así lo solicitó el fiscal José Llor a las seis
mujeres y tres hombres del jurado en la última sesión del juicio por
este homicidio en la Audiencia Provincial de Alicante, donde además del
fiscal presentaron sus conclusiones los abogados de la acusación
particular, que ejerce el primogénito de la víctima y cuñado del
acusado, Vicente Martínez Sala, y el de la defensa.
El
fiscal, que al igual que la acusación particular pidió 24 años de
cárcel para López, sustentó su petición de culpabilidad en «las pruebas
no directas sino de indicios» que concluyen que el acusado, «que había
vivido a la sombra de la víctima y su marido hasta el punto de que le
habían dado trabajo», fue el autor material de los disparos.
Calificó el crimen de «horrendo» porque los dos disparos se efectuaron en «un lugar oscuro»
del lavadero del concesionario de coches que López regentaba en
Alicante, y dejaron ciega a la víctima, que falleció desangrada, y todo
por «poder y dinero».
El fiscal hizo una encendida defensa de la
validez de las «pruebas de indicios» con el argumento de que las mismas
fueron reconocidas por el Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional
como «pruebas de cargo» siempre que, como ocurre en su opinión en este
caso, vayan «en la misma dirección y con un resultado razonable».
Y
recalcó ante el jurado que existen «muchas sentencias» condenatorias
por pruebas de indicios, entre las cuales citó el conocido 'caso Asunta
Basterra', donde se condenó a los padres Rosario Porto y Alfonso
Basterra.
El fiscal concluyó que Miguel López cometió el crimen
pese a que la familia «tenía suficiente dinero, mucho más de lo que la
mayoría de los españoles podemos disfrutar», y lamentó especialmente que
el acusado se haya acogido a su derecho de no declarar durante el
juicio.
Apuntó que, cuando existen «indicios fuertes» de un
delito, si el acusado «es inocente tiene que dar una explicación» y
recordó las malas relaciones entre el acusado, su esposa y las dos hermanas de esta con
el otro bando familiar, que encarnaban la víctima y su hijo
primogénito, por el control de unos negocios con un valor de 120
millones de euros, y citó como ejemplo mensajes enviados a la víctima
por sus hijas o los hijos de éstas.
Una vez descartada la
hipótesis del robo o la de un sicario por asuntos de negocios, el fiscal
subrayó que, aunque todo crimen entraña «riesgos» para el autor, López cometió el homicidio «en su ambiente» por ser su lugar de trabajo.
Añadió
que el yerno fue el último en ver a María del Carmen Martínez, porque
fue la persona que le entregó el coche, que conoce el manejo de armas y
que tuvo tiempo en su casa de lavarse y cambiarse de ropa antes de
regresar al concesionario, cuando se supo lo ocurrido.
El
abogado
de la acusación, que ejerce el hijo primogénito, Francisco Ruiz Marco,
afirmó que el crimen tuvo lugar «en el único sitio donde el acusado
tenía coartada por ser su lugar de trabajo», y recordó que los testigos
explicaron que un par de semanas antes López gritó a la víctima por los
problemas en los negocios y que, además, era la persona del otro bando
familiar «con soluciones para todo».
«Y decidió solucionarlo», añadió.
Este
letrado centró su intervención en tratar de demostrar que la víctima
había recibido los disparos antes de que López abandonara el
concesionario, a las 18.38 horas del 9 de diciembre de 2016.
Como
el fiscal, reprochó al acusado que no haya querido declarar porque le
habría preguntado por los indicios que, en su opinión, le incriminan,
como por ejemplo los tres minutos que estuvo en su casa antes de
regresar a Novocar, tiempo en el que cree que pudo lavarse y cambiarse, o
el motivo por el cual a la hora del crimen su teléfono «desapareció»,
sin poder estar geolocalizado por «ninguna» antena de Alicante.
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