VALENCIA.- El Snipe 100, el primer calzado de piel del mundo cien
por cien biodegradable y completamente compostable, ya tiene colección
para primavera-verano: dos pares de modelos de mocasines para mujer y
otros dos para hombre, uno de ellos con cordón, y en una variada gama de
colores tierra, gris, rojo y azul.
Tras la presentación en sociedad del modelo de otoño-invierno, un
zapato de piel arrugada con titanio y suela termoplástica en color negro
y cordones rojos, que estuvo envuelto en un gran secretismo, el mercado
acogerá la próxima temporada estival una variada colección de calzado
ecológico.
"Para el invierno sólo se lanzó un modelo porque lo importante era el
mensaje que queríamos mandar", explica el creador de este
calzado, fundador de la marca Snipe y su distribuidor en España, Ernesto
Segarra, mientras revive en su ordenador un reportaje de vídeo del día
en que se presentó el zapato en Alemania.
En ese "show", explica, un prestigioso cocinero guisó para los
presentes gazpacho elaborado con tomates producidos en tierras abonadas
con el compost obtenido con la degradación de los zapatos.
El siguiente paso que quiere dar Segarra es aplicar esta tecnología
ecológica a otros productos de consumo como bolsos y complementos porque
valora la importancia de que "las ventajas medioambientales se pongan a
disposición de la gente".
Segarra desarrolló hace veinte años el primer modelo de zapato
totalmente compostable pero no cuajó en el mercado y hace tres años
retomó la investigación con Alfonso del Val, director del proyecto Lorea
de recogida selectiva integral de residuos, y con el doctor en Biología
y gran especialista en compostaje Ramón Plana.
Después de tres años de una investigación que fue acogida con gran
interés en el congreso internacional de compostaje ORBIT2012 celebrado
en Rennes (Francia), este trío consiguió alumbrar un calzado
revolucionario con materiales "todos biodegradables, compostables y no
tóxicos".
Los investigadores "salvaron" las principales dificultades para
conseguir el zapato que querían: la piel y la suela, y lograron ambos
productos degradables y no tóxicos.
Este primer calzado contenía diecisiete materiales diferentes, "todos
ellos naturales", como las punteras, los contrafuertes, los forros, las
plantillas, los cordones e incluso las colas, que también supuso un
problemas aunque al final consiguieron unas "acuosas, compostables y
respetuosas con el medio ambiente".
Los zapatos Snipe 100 están curtidos con titanio, un nuevo sistema de
curtición que permite que "se degrade, se composte y es respetuoso con
el medio ambiente", al contrario de lo que ocurre con las curticiones
tradicionales, que no se degradan.
Para más beneficio, Segarra subraya "los elementos nutritivos" que el
titanio aporta a la tierra y explica qué hacer cuando el zapato ya no
sirve.
Entonces se debe trocear y humedecer y depositarlo en un contenedor
de compostaje propio o junto al resto de residuos orgánicos para que sea
trasladado a una planta de compostaje industrial.
"Al cabo de tres o cuatro meses tendrás un compost, un abono con el
que enriquecer la tierra", apunta Segarra, quien también da la
posibilidad de que sea la propia empresa la que recoja a domicilio los
zapatos que se vayan a retirar.
El modelo de invierno salió a la venta a 149 euros y los de la nueva colección se podrán encontrar en las tiendas por 120 euros.
Discusión aparte sobre su coste, nadie duda de que los Snipe 100
pueden ser una solución en una sociedad que consume 20.000 millones de
pares de zapatos anuales y el punto de partida de un cambio de tendencia
en el sector.
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